Las nuevas acusaciones de presunta corrupción que salpican a Ricardo Roa
En esta ocasión, los señalamientos lo vinculan a presuntos malos manejos cuando fue presidente del Grupo de Energía de Bogotá. Exgerente de una filial de ese grupo asegura que, por instrucciones de Roa, favoreció a dos contratistas conocidos. Ellos se defienden.
Juan David Laverde Palma
El ingeniero electrónico Néstor Ferney Pérez dice tener las pruebas de un oscuro capítulo del pasado de Ricardo Roa Barragán, hoy presidente de Ecopetrol. No lo contó antes, sostiene, por miedo. De hecho, atiende a El Espectador vía virtual desde un país extranjero donde tiene condición de asilado, según pudo constatar este diario. De acuerdo con su relato, el primero que entrega a un medio de comunicación, Roa Barragán no ha sido precisamente un modelo de transparencia. “El que tiene rabo de paja no debe acercarse a la candela”, dice. La historia de su denuncia se remonta a 2015. El 24 de febrero de ese año Néstor Pérez fue designado por el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), entonces en cabeza de Ricardo Roa, gerente en Guatemala de la Transportadora de Energía de Centroamérica S. A. (Trecsa) y EEB Ingeniería y Servicios (EEBIS), compañías filiales del GEB. A ese cargo, asegura Pérez, llegó por recomendación de Ricardo Roa.
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El ingeniero electrónico Néstor Ferney Pérez dice tener las pruebas de un oscuro capítulo del pasado de Ricardo Roa Barragán, hoy presidente de Ecopetrol. No lo contó antes, sostiene, por miedo. De hecho, atiende a El Espectador vía virtual desde un país extranjero donde tiene condición de asilado, según pudo constatar este diario. De acuerdo con su relato, el primero que entrega a un medio de comunicación, Roa Barragán no ha sido precisamente un modelo de transparencia. “El que tiene rabo de paja no debe acercarse a la candela”, dice. La historia de su denuncia se remonta a 2015. El 24 de febrero de ese año Néstor Pérez fue designado por el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), entonces en cabeza de Ricardo Roa, gerente en Guatemala de la Transportadora de Energía de Centroamérica S. A. (Trecsa) y EEB Ingeniería y Servicios (EEBIS), compañías filiales del GEB. A ese cargo, asegura Pérez, llegó por recomendación de Ricardo Roa.
Una versión muy distinta ha dado el presidente de Ecopetrol, quien le dijo a este diario, en marzo de 2023, que la designación de Pérez en Guatemala se dio luego de que un cazatalentos recomendara su nombre y que antes de ese proceso no lo conocía. “Primera gran mentira del señor Roa”, dice Néstor Pérez en diálogo con El Espectador. Y continúa: “Nunca me contactó una firma cazatalentos. Fue Ricardo Roa quien propuso mi nombre ante el Consejo de Administración para ese cargo. Al señor Roa lo conocí a mediados de 2014 en un asado en Guatavita. Yo estaba en la finca de un amigo de la universidad. Me lo presentó Tomás Moreno Comas”. Para probar su versión, Pérez le envió a este diario una fotografía que se tomó —sostiene— esa noche junto a Roa en esa finca. Ambos salen sonrientes: Roa luce una chaqueta negra y Pérez una camisa azul de cuadros (ver foto). “Por qué entonces mintió Ricardo Roa”, le pregunto. “Hay una mentira en cada una de sus palabras”, recalcó.
El nombre de Tomás Moreno Comas, empresario santandereano que se mueve en el mundo de los hidrocarburos, salió a relucir esta semana luego de que La Silla Vacía denunciara que estaba buscando directivos de la firma Cenit, la firma más rentable de Ecopetrol, para direccionar contratos con el fin de pagar deudas de la campaña Petro 2022. Según la investigación de ese medio, un directivo de Cenit grabó una reunión en la que Moreno Comas le habría hecho esta propuesta al alto funcionario, cuyo nombre no revela La Silla Vacía. No obstante, el portal publicó las intimidades de ese audio en el que Moreno Comas sostiene que hoy Ecopetrol está dividido en dos bandos: el del presidente de esa compañía, Ricardo Roa, y su pareja, Julián Caicedo; y el que representaba Moreno Comas, el presidente de Cenit, Alexánder Cadena, y el empresario Danilo Romero, muy cercano del presidente Gustavo Petro.
El directivo que grabó la reunión y abordó Tomás Moreno Comas no aceptó su propuesta y además la denunció en Ecopetrol. Tres días después fue despedido. En el audio, Moreno Comas le dijo lo siguiente: “Yo hago una tarea jarta. Hay unos intereses tanto económicos como políticos detrás de esto con los movimientos políticos del país. Triste, pero es la realidad. Y ante eso pues hay un compromiso que se generó en campaña y en poscampaña, pues algunos cargos del Estado, dirigentes del Estado pues ya saben, han llegado a cubrir compromisos”. Mientras la justicia indaga este episodio, Ricardo Roa señaló “que aquí hubo alguna irregularidad que ya estamos averiguando” y que es posible que haya inescrupulosos que estén usando su nombre. En el audio dice que Moreno Comas ya no hace parte del círculo de confianza de Roa. Sin embargo, en el pasado fueron muy amigos y por donde pasaba Comas pasaba Roa. Es más, viajaron juntos a Indianápolis.
La denuncia contra Ricardo Roa Barragán, presidente de Ecopetrol
De vuelta a Néstor Pérez, su paso por las gerencias de Trecsa y EEBIS en Guatemala fue corto y accidentado: apenas cinco meses. El 15 de julio de 2015 salió de allí luego de que una auditoría forense del GEB descubriera irregularidades en su gestión: gastos suntuosos y compras personales por US$11.500 en su tarjeta corporativa, el incremento salarial a 43 funcionarios de Trecsa sin autorización y la adquisición de vehículos de alta gama para él y varios directivos en Guatemala. Pérez fue capturado el 20 de junio de 2017 e imputado por el delito de administración desleal agravada. Ese mismo día aceptó su responsabilidad y fue condenado a 67 meses de prisión. Siete años después, Néstor Pérez asegura que se declaró culpable porque fue amenazado, pues dice que tenía cómo explicar lo que hizo. No obstante, añade, aceptó irse por la puerta de atrás porque tuvo miedo. Según él, antes de su salida de Trecsa estaba a punto de denunciar a Ricardo Roa.
“¿Pero denunciarlo por qué?”. “El me ordenó direccionar dos contratos”, responde. Néstor Pérez se toma su tiempo en su relato, pero lo entrega con lujo de detalles vía Zoom. Asegura que es un chivo expiatorio y que Roa le montó esa auditoría para sacarlo de la compañía porque tenía información que podía comprometerlo en posibles actos de corrupción. De acuerdo con él, apenas llegó a su cargo en Guatemala, Ricardo Roa le pidió que le diera un contrato por US$11,6 millones a la firma Edemtec, del grupo económico de William Vélez Sierra, reconocido empresario del mundo del aseo y la energía. Dicho contrato, en poder de este diario, tenía como objeto el desarrollo de obras civiles, montaje electromecánico y tendido de líneas de transmisión de energía del Anillo Pacífico Sur, proyecto de interés gubernamental en Guatemala. Fue suscrito el 20 de mayo de 2015 por Pérez, como gerente de EEBIS, y Luis Armando Córdoba, en representación de Edemtec.
El contrato se ejecutó y fue liquidado en 2019. No obstante, alegando desequilibrios en el negocio, Edemtec, de William Vélez, presentó una reclamación por US$885.000 (hoy más de $3.900 millones) contra EEBIS, pleito que hoy enfrenta el Grupo de Energía de Bogotá. El caso tiene varias aristas. Según Néstor Pérez, se les pidió una oferta a tres empresas para ese negocio y la de Vélez quedó segunda en la calificación. “Se había hecho un estudio y estaba casi asignado a la empresa Cobra, que es de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. A esa empresa le faltaba solo una carta de aceptación, y no la tenían y eso tiene unos tiempos, pero ellos eran los que iban a desarrollar el proyecto. Cuando yo llego, el señor Ricardo Roa me pregunta por el negocio. Yo le explico cómo es la situación y me dice: ‘¿Quién quedó de segundo dentro de este estudio?’. Y yo le dije: ‘La empresa de William Vélez’. Y me dice entonces: ‘Vamos a asignarle ese contrato’”.
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De acuerdo con Pérez, Ricardo Roa lo presionó para beneficiar a la compañía de William Vélez, pues lo que correspondía era iniciar un nuevo proceso y pedir tres nuevas ofertas. “Teníamos urgencia para empezar el proyecto, pero se había podido hacer de otra manera”, asegura. “¿Usted cree que esa presión era porque quería beneficiar a William Vélez o porque tenía la urgencia de que ese proyecto saliera adelante pronto?”, le preguntó El Espectador. Su respuesta es categórica: “Usted sabe la historia y con quién ha trabajado el señor Ricardo Roa. Después de haber sido presidente del Grupo de Energía de Bogotá, manejó la empresa del señor William Vélez en Honduras”. En efecto, tras su salida del GEB, Roa trabajó con el grupo empresarial de Vélez. Hace una semana, el periodista Daniel Coronell reveló que William Vélez habría pagado la remodelación del apartamento de Ricardo Roa en la calle 92 en Bogotá. Así se lo confesó el contratista a Coronell. Ese trabajo costó $2.300 millones.
“¿Cómo considera usted que ese supuesto direccionamiento del contrato en Guatemala a favor de William Vélez favoreció después a Ricardo Roa?”, le preguntó este diario a Pérez. “Pues usted pone a un directivo de esos [a Roa] a gerenciar su empresa en Honduras, que también es el mismo modelo de Trecsa, porque tiene que tener una relación de confianza. Ahí creo que además hay un litigio por más de US$800.000. Estamos hablando de unas cantidades que son bastante altas y no pones a una persona desconocida para hacer ese trabajo”. Efectivamente, hay un litigio millonario promovido por la firma de Vélez, Edemtec, contra EEBIS, del Grupo de Energía de Bogotá, por el contrato supuestamente direccionado por Ricardo Roa. Con una última particularidad: hasta 2017 Edemtec ejercía un gran poder de negociación sobre EEBIS, pues de ellos dependía exclusivamente la ejecución de los proyectos en Guatemala. Es decir, la firma de Vélez era socia del GEB.
El segundo contratista supuestamente favorecido por Roa, según el relato de Néstor Pérez, habría sido Giovanny Builes Arango, representante legal de la sociedad Ingema, cuya sede principal queda en Medellín. El contrato supuestamente direccionado también fue conocido por este diario: fue firmado el 1.° de junio de 2015 por Pérez y Builes con el objeto de construir una subestación para la transmisión de energía en el municipio de San Juan Sacatepéquez, a 50 kilómetros de Ciudad de Guatemala. Ingema ha tenido contratos con la Gobernación de Antioquia, la Electrificadora del Huila, Ecopetrol y Edemtec como parte de varios consorcios. “Se dieron estos contratos y Ricardo Roa fue el que empujó para que eso se diera. Están todos los lineamientos para que se investigue más a fondo. Hay unos principios de corrupción, hay unas alarmas de corrupción dentro del actuar del hoy presidente de Ecopetrol”, sentencia Pérez.
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El viaje de lujo a Indianápolis de Ricardo Roa Barragán
Pero hay más. Néstor Ferney Pérez le contó a este diario detalles desconocidos de un viaje que tuvo, en mayo de 2015, a Estados Unidos junto con Ricardo Roa y su entonces amigo Tomás Moreno Comas. Los tres fueron invitados para ver en un palco privado las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más famosas y antiguas del mundo del automovilismo. El empresario Wilson Saavedra, padre del reconocido corredor Sebastián Saavedra, los invitó al espectáculo. En dos fotografías se ve a Néstor Pérez y a su hijo junto al corredor el día de la carrera. Según Pérez, Saavedra los invitó no solo al palco, sino a todo: tiquetes, hoteles y restaurantes. De su bolsillo, les financió un fin de semana de lujo. La invitación constaba de estadía, comidas, la entrada al evento y dos noches de hotel. “Estuvimos en un evento con el patrocinador del equipo de Sebastián Saavedra, que es Chip Ganassi” cuenta Pérez.
Aquí empiezan las versiones encontradas. Varios medios en su momento cuestionaron a Ricardo Roa por ese viaje a Indianápolis. Él siempre sostuvo que se encontró por casualidad allá con Néstor Pérez, que no viajaron juntos y que él pagó su desplazamiento. En abril de 2016, Ricardo Roa le dijo esto a la W Radio: “Yo recibo una invitación para ir a una de las competencias y asistí a esa carrera. Nunca fui en plan de negocios, no tuve ninguna reunión de negocios. Un fin de semana haciendo uso de mi tiempo libre fui en razón de que había la competencia y que había una persona, uno de los competidores, que tomó la decisión de hacerme una invitación (...) Yo fui por mi lado, llegué con mi vuelo independiente, aparte y el señor (Pérez) también llegó”. Desde el principio hubo cosas raras en ese viaje. Por ejemplo, Trecsa le pagó US$746 de viáticos a Néstor Pérez por concepto de “acompañamiento reuniones varias: presidente del GEB”. ¿Fue un viaje oficial?
Néstor Pérez explica con detalle la realidad de ese viaje a Estados Unidos. Para empezar, desmiente con vehemencia a Ricardo Roa. A El Espectador le contó que Wilson Saavedra, además de ser padre del corredor Sebastián Saavedra, era propietario de la firma Seringel, contratista en Colombia y Guatemala del Grupo de Energía de Bogotá. Según Pérez, Saavedra los llevó con todo pago a Indianápolis un fin de semana y no lo hizo porque sencillamente le cayeran bien. La verdad, de acuerdo con su relato, es que Saavedra necesitaba hablar con Roa para pedirle su intermediación en un asunto muy delicado. “El señor Saavedra trata de acercarse a él porque tiene intereses en unos temas de contratación que tiene con Codensa. Él busca la manera de llegarle a Roa y a través mío le llega la invitación. Por eso vamos a Indianápolis, compartimos los mismos hoteles, las mismas reservaciones, nos devolvemos en el mismo avión a Bogotá”, recuerda.
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Según Pérez, Saavedra lo buscó en abril de 2015 para gestionar esa invitación. Desde el principio, asegura, le contó a Ricardo Roa por qué ese contratista tenía tanto afán por reunirse con él. “Don Wilson fue muy honesto conmigo. Él me dijo que necesitaba reunirse con el presidente del Grupo de Energía porque tenía un contrato de operación y mantenimiento de subestaciones con Codensa, hoy ENEL”. Para la renovación de ese contrato, Seringel estaba teniendo problemas con Codensa. Por eso le urgía buscar “aliados para que pudieran apoyarlo en ese tema contractual”. ¿Qué tenía que ver Roa con Codensa? Pues que como presidente del Grupo de Energía de Bogotá en ese momento hacía parte de la junta directiva de esa compañía. Es decir, Saavedra buscó a Roa porque quería que le ayudara a seguir manteniendo el contrato con Codensa. Pérez señaló que le informó a Roa de todo esto y aun así él aceptó el viaje y la invitación a Indianápolis, junto con Moreno Comas.
Desde esa perspectiva, Néstor Pérez es así de tajante: “Ricardo Roa miente cuando dice que nos encontramos por pura casualidad en Indianápolis. Él sabía a qué iba. Yo tuve la oportunidad de ir allá con mi hijo mayor. Él llega a Indianápolis en la tarde del 22 de mayo de 2015, a él lo recoge otro hijo de don Wilson Saavedra, él se hospeda en el mismo hotel que paga don Wilson, él hace todo ese recorrido, está en las reuniones que organiza ese evento por intermedio de don Wilson con todos ahí. O sea, es falso que por obra y gracia del espíritu nos encontramos en el palco, eso es mentira. A veces me aterra la facilidad que tienen las personas para mentir cuando hay otros intereses asociados”. Además de las fotografías del viaje, Néstor Pérez le hizo llegar a El Espectador otras pruebas. Por ejemplo, los correos que en 2015 se cruzó con el contratista Wilson Saavedra en los que se evidencia que él pagó los tiquetes de todos desde su empresa Seringel.
Los pasajes del lujoso viaje:
Previo al viaje a Indianápolis, Saavedra le hizo llegar al correo de Pérez las reservas de los tiquetes y los hoteles. “Me envió toda la reserva, la reserva del hotel, quién nos iba a recoger, la reserva de los viajes, quién nos iba a recoger allá para ir al evento, los pases para ir al palco”, sostiene. Los invitados fueron cinco: Ricardo Roa, presidente del Grupo de Energía; Néstor Pérez, gerente de Trecsa en Guatemala, su hijo mayor, el empresario Tomás Alberto Moreno Comas y su hijo. El itinerario del viaje fue: Bogotá-Miami el viernes 22 de mayo de 2015 en el vuelo de las 9:07 de la mañana. Y luego de Miami- Indianápolis a las 6:31 de la tarde por American Airlines. El regreso fue el lunes 25 de mayo con llegada a Bogotá a las 12:38 de la tarde. Así se lee en las reservas de esos tiquetes en poder de este diario. Dichos documentos fueron adjuntados en un correo electrónico que le envió Wilson Saavedra a Néstor Ferney Pérez, el 19 de mayo de 2015.
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“Estimado, dr. Néstor. Como conversado (sic) anexo los tiquetes electrónicos para el viaje a Indianápolis. Están en primera clase Bogotá-Miami y Guatemala-Miami. Para el trayecto Miami-Indianápolis el avión es de una sola cabina y no tiene primera clase disponible. Afortunadamente ese vuelo ya es corto. Atte: Wilson Saavedra. Pd: El hotel es el Sheraton de Keystone Crossing. Mañana le hago llegar las reservas. Yo los recojo en el aeropuerto”. Este fue el correo que le envió Saavedra a Pérez. Al día siguiente, 20 de mayo de 2015, Wilson Saavedra le envió otro email a Néstor Ferney Pérez: “Por favor me confirmas el recibido de los tiquetes enviados ayer. Fue lo mejor que conseguimos, todo está full por la carrera. Espero tengan un muy buen vuelo”. De acuerdo con los documentos y los correos cruzados, la cotización y compra de los tiquetes la hizo Angely Silva, secretaria administrativa de Seringel.
Estos son algunos de los correos que se cruzaron antes del viaje:
Entre el 22 y el 25 de mayo de 2015 el viaje se concretó a Indianápolis. Allá estuvieron Ricardo Roa, su amigo Tomás Moreno Comas (hoy salpicado en un caso de presunta corrupción en Ecopetrol), y Néstor Ferney Pérez. De acuerdo con este último, allá el empresario Wilson Saavedra habló con Roa sobre los líos que estaba teniendo con la renovación del contrato que tenía con Codensa. Saavedra se lo confesó a Pérez y de ello hay constancia en más correos que se cruzaron. Por ejemplo, el 27 de mayo de 2015, dos días después de que se acabara ese fin de semana de lujo en Estados Unidos, Saavedra le envió otro correo al entonces gerente de Trecsa. Allí le contó que, tal como lo habían discutido en el paseo, necesitaba que Ricardo Roa le ayudara a enderezar en Codensa un contrato que se le estaba embolatando. El email es así de gráfico: “Estimado dr Néstor. Anexo correo enviado al dr Ricardo esperando sus buenos oficios a ver si podemos enderezar estos procesos”.
El correo continúa así: “Como les había comentado es imperativo proceder rápidamente antes de que sean hechos ya cumplidos y se haga difícil devolver las cosas. Como le solicité al dr. Ricardo sería que él llamara al dr. David Felipe de Codensa y le solicitara se tuvieran en cuenta los índices correctos de frecuencia y eso nos permitiría continuar el proceso”. No es todo. En esos mensajes cruzados, Saavedra le reenvió a Pérez el correo que le había enviado al propio Ricardo Roa pidiéndole su ayuda. Es decir, quedó por escrito el favor solicitado que Néstor Pérez guardó en sus archivos y que hoy divulga El Espectador. Ese mensaje decía lo siguiente: “Estimado dr. Ricardo. De acuerdo a lo conversado le anexo la información cruzada con Codensa respecto de la supuesta eliminación de los procesos del asunto de Seringel, mi empresa, por el mal cálculo del índice de frecuencia de accidentes en contratos externos a Codensa”. El mail es muy técnico, pero el trasfondo es claro.
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El correo detallaba los problemas que estaba teniendo Seringel con la contratación. “Como verá, dr. Ricardo, en el último cruce de correos con el gerente de aprovisionamientos, ellos aducen, no que no tengamos razón, sino una extemporaneidad de entrega de mi documento aclaratorio (para seguir el proceso contractual). Soy claro en mi respuesta que no existe esta extemporaneidad, pues el proceso está vigente y la información entregada no fue objeto de ningún plazo o término. Así las cosas, dr. le solicitó muy amablemente sus buenos oficios para hablar con el dr. David Felipe y se arregle este impase. Pues sería un golpe terrible para nuestra empresa después dejarte (sic) dedicado más de 20 años al servicio de Codensa (…) Somos una empresa colombiana que genera más de 500 empleos de muy buen nivel y capacidad técnica que es un orgullo de desarrollo”. La carta a Roa cierra así: “Convencido de su apoyo y su ayuda. Atte: Wilson Saavedra. Presidente de Seringel”.
¿Hizo o no Ricardo Roa el favor solicitado? Néstor Pérez sostiene que hay indicios de que sí. “El doctor Wilson (Saavedra) a mí me dijo que ya estaba entregando unos primeros dineros con el fin de generar una motivación. En ese entonces me mencionó que él tenía un regalo como de $150 millones para el señor Ricardo Roa”. El Espectador tiene varios correos más en los que el entonces presidente de Seringel le envía a Ricardo Roa, entonces presidente del Grupo de Energía de Bogotá, reportes de un “accidente fatal que se generó en una excavación dentro de la ampliación de la subestación Chinú de Isa” que tuvo otra firma que le prestaba sus servicios a Codensa y que los desclasificaría de la competencia. Para Néstor Pérez, este episodio de Indianápolis “es el principio de un acto de corrupción: tratar de aliarse con un contratista, recibir este tipo de beneficios, y al final del día buscar un beneficio propio”, dice, en referencia a Ricardo Roa.
Este diario le envió un derecho de petición a ENEL, antes Codensa, preguntando si Seringel, empresa de Wilson Saavedra, había sido contratista de esa entidad, cuántos contratos tuvo y por qué valor y si en 2015 le renovaron el que tenía. La respuesta de la compañía fue escueta y cortante. Lo único que confirmaron es que Seringel fue contratista de Codensa en obras de mantenimiento de infraestructura eléctrica de media y alta tensión. Nada más. Las demás preguntas quedaron en el aire bajo el argumento de que, a las empresas de servicios domiciliarios, las cobija el régimen de derecho privado, por lo cual “no estamos en la posibilidad de proporcionar esos datos”. Seringel, la firma de Wilson Saavedra, fue liquidada por la Superintendencia de Sociedades en 2019. Tres años antes, en 2016, Saavedra falleció. Es decir, al año siguiente del viaje de lujo a las 500 millas de Indianápolis.
El Espectador se contactó con el corredor Sebastián Saavedra, hijo de Wilson Saavedra, quien lleva muchos años en Estados Unidos compitiendo en automovilismo. Según dijo, no recuerda nada de ese episodio del viaje a Indianápolis ni los invitados que asistieron en mayo de 2015, pero sí explicó que eran usuales esas invitaciones porque ese deporte es muy costoso y siempre estaban buscando patrocinios. De vuelta con las denuncias, Néstor Pérez dice estar dispuesto a contarles a las autoridades todo lo que vivió en su momento. Eso sí, desde el extranjero y por vías virtuales, porque asegura que tiene temor. De hecho, después de haber purgado varios años de prisión domiciliaria, señala, le tocó irse de Colombia, en febrero de 2022, tras recibir amenazas de muerte. Hoy tiene condición de asilado en un país del norte. Y un juez lo condenó a pagarle $800 millones al GEB. En ese dinero se tasaron los daños que causó su mala gestión en Guatemala. A pesar de su pasado, él dice que tiene mucha información para aportarle a la justicia.
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A propósito de las dos revelaciones de la semana sobre el presidente de Ecopetrol, es decir, los artículos de La Silla Vacía y de Daniel Coronell, este diario consultó nuevamente a Néstor Pérez para conocer sus impresiones, quien señaló: “Estamos ante unos hechos que ratifican lo que he mencionado: pago de favores y contratación dirigida del actual presidente de Ecopetrol. Es lo mismo que realizó cuando fue Presidente del Grupo de Energía de Bogotá. Están las mismas fichas con las que él se rodea y todo el andamiaje que está detrás de esta persona. En Colombia aún no creen todo lo que pueden hacer estas personas por mantenerse en el poder y salir sin ningún requerimiento de la justicia. Por el bien de nuestro país debería la Junta Directiva de Ecopetrol cambiar el rumbo de quien la dirige y el Presidente de la Republica ser consecuente con sus palabras de no tolerar la corrupción. Las evidencias y pruebas seguirán saliendo a la opinión pública”.
Las otras respuestas
El Espectador buscó al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, le dejó mensajes y también a su jefe de comunicaciones, pero al cierre de esta edición no fue posible contactarlo. También buscó a Tomás Moreno Comas, a quien muchos relacionan como el verdadero mecenas de Ricardo Roa, aunque hoy estén distanciados, según los audios de La Silla Vacía. Pero el empresario no contestó los mensajes. En mayo pasado, cuando este diario inició la investigación de las denuncias de Néstor Ferney Pérez, el presidente de Ecopetrol señaló que, mientras fue presidente del Grupo de Energía de Bogotá, la junta directiva no firmó ningún contrato con Seringel, la empresa que fue de propiedad de Wilson Saavedra. “En ningún año ni en ningún mes aparece un proceso de contratación asociado a esa compañía. No hay ninguna posibilidad de que yo haya tenido ninguna injerencia en esos procesos”, puntualizó Roa Barragán.
Por su parte, Giovanny Builes Arango, representante legal de Ingema, una de las firmas supuestamente beneficiadas por Ricardo Roa, contestó varias preguntas formuladas por este diario y afirmó estar tranquilo, dijo que el contrato en Guatemala se culminó con éxito y sin ningún reproche y que está presto a dar las explicaciones necesarias a las autoridades. “Siempre que he contratado con Trecsa y la Empresa de Energía de Bogotá, lo he hecho participando en convocatorias públicas y respetando la libre competencia”, explicó. Builes Arango, ingeniero electricista y especialista en transmisión y producción de energía, agregó que conoció a William Vélez hace varios años y ha mantenido una relación comercial que, incluso, está vigente, pues trabajan juntos en un proyecto en Colombia. Dijo no conocer las denuncias de Néstor Ferney Pérez. “Estoy atento al llamado de la justicia para dar las explicaciones del caso”, concluyó el empresario.
Por último, en comunicado de prensa enviado a este diario, el grupo empresarial de William Vélez sostuvo: “Rechazamos categóricamente los señalamientos sobre presuntos beneficios otorgados por el presidente de Ecopetrol, señor Ricardo Roa Barragán, a las empresas propiedad del señor William Vélez. Estas acusaciones carecen de fundamento y contradicen los hechos documentados. Y agregó: “Las actividades empresariales mencionadas públicamente se han llevado a cabo bajo estrictos estándares de transparencia y en cumplimiento de las mejores prácticas empresariales”. El grupo de Vélez detalló cómo se realizaron los procesos de contratación en los que, dice, no se cometieron irregularidades y culminaron sin ningún tipo de problemas o demoras. “Las relaciones empresariales se fundamentaron en criterios de mérito, experiencia y cumplimiento normativo, desmintiendo cualquier insinuación de trato preferencial o irregularidad”, concluyó.
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