Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Procuraduría llamó a juicio disciplinario al director de la Policía, general Óscar Atehortúa. El alto oficial deberá responder por supuestas irregularidades halladas por el Ministerio Público en un proyecto de viviendas fiscales en el Tolima y con cuyo trámite, según el pliego de cargos, Atehortúa habría cometido conductas como la extralimitación de funciones y el tráfico de influencias mientras estuvo al frente del Fondo Rotario de la institución. Deberá aclarar su posible responsabilidad en cuatro faltas disciplinarias.
(Lea también:¿Por qué se enfrentan el director de la Policía y el inspector general de la institución?)
El Ministerio Público, que puso al frente de la investigación a cinco procuradores, inició el proceso contra el alto oficial en noviembre pasado, luego de que el inspector de la Policía, general William Salamanca, presentara una queja formal en la que cuestionaba el actuar de Atehortúa en el proyecto de viviendas. Ahora, luego de que en una semana desfilaran varios uniformados citados a declarar en el proceso, la Procuraduría le formuló pliego de cargos al general por cuatro potenciales fallas.
La primera falla tiene que ver con un supuesto "desconocimiento del principio de responsabilidad", pues, dice la Procuraduría, habría "faltado a su deber de adelantar la revisión sobre la obra ejecutada y velar por la buena calidad del objeto contratado" en el desarrollo del proyecto. Es decir, tras firmar el contrato no estuvo pendiente de su cumplimiento. De allí se desprende el segundo cargo, pues las potenciales irregularidades de la construcción de este proyecto de viviendas derivó en unas investigaciones disciplinarias en las que, a pesar de ser parte en ese contrato, Atehortúa no se habría declarado impedido.
(Le puede interesar: General Salamanca vuelve a Inspección de la Policía por orden presidencial)
Estas posibles irregularidades venían siendo estudiadas por la Inspección general de la Policía, agrega la Procuraduría, y, al parecer, el general Atehortúa intentó inmiscuirse en ese proceso a través de un subornidado. Según el pliego de cargos, el director de la Policía recurrió a un capitán para que le suministrara una línea de tiempo de todo el proceso en el que él estaba siendo investigado. Esto constituiría una extralimitación en sus funciones.
Por último, el cuarto cargo endilgado a Atehortúa tiene que ver con que mandó a unas vacaciones de 400 días al inspector del Policía, cuando éste estaba investigándolo. Esto desencadenó roces en la cúpula de la institución que se hicieron públicos y, finalmente, el general Salamanca pudo regresar a su cargo. No obstante, para la Procuraduría, la decisión podría constituir un uso indebido de la influencia derivada del ejercicio de su cargo. Es decir, el director pudo haberse aprovechado de su prominencia en la institución para buscarse un resultado favorable.
(Le recomendamos: “La Policía no va a parar, no va a ceder”: General Óscar Atehortúa)
Otras fuentes cercanas al proceso le han dicho a este diario que el proceso contra Atehortúa no tendría asidero y que todo se trataría de una disputa de poder entre altos mandos de la Policía por quedarse con la dirección. Entre los testigos que fueron llamados a declarar en el proceso están, por ejemplo, los funcionarios de la Inspección que recibieron la denuncia y adelantaron la investigación inicial. Otro de los citados, que no asistió, fue el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.