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Una requisa realizada por funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) a la medianoche logró evitar la fuga de tres reclusos de la cárcel La Picota en Bogotá. El pasado sábado 26 de octubre, la Unidad de Policía Judicial recibió una llamada radial aproximadamente a las 12:50 a.m. solicitando su presencia en el pabellón 31 de la estructura Tres del centro penitenciario.
Haciendo requisas dentro del pabellón, los dragoneantes decomisaron una maleta, la cual contenía diferentes elementos que daban muestra de un plan de fuga de tres reclusos, utilizando ropa camuflada que les daría el aspecto de arbustos para escapar.
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Entre los objetos hallados se encontraban tres chaquetas verdes recubiertas con camuflaje, tres pantalones verdes recubiertos con camuflaje tipo ejército de manera artesanal, tres pasamontañas verdes, un par de guante del mismo color, una cortina de manchas tipo camuflaje y una maleta de color gris y negro. Los disfraces quedaron bajo la custodia de la Unidad de Policía Judicial.
El último registro de fuga que se tuvo de ese penal, se dio el pasado 28 de junio, el Inpec informó sobre el escape de dos internos. Según los datos preliminares, los reclusos pertenecían al pabellón 30, que es considerado de alta seguridad. En un comunicado, el Instituto explicó que la fuga ocurrió en la madrugada y los internos eran Eusebio de Jesús Agudelo Hernández y Sebastián Molina López.
El director del Inpec, el coronel Daniel Gutiérrez, mencionó en su momento que había solicitado a la Policía Nacional y al Ejército implementar un “plan candado” que se está llevando a cabo en este momento para localizar a los fugados.
Asimismo, en ese entonces se ordenó una investigación disciplinaria de todos los funcionarios que estaban de turno en el establecimiento la noche de la fuga. Actualmente, este centro penitenciario tiene 7,249 internos, superando su capacidad de 6,123, lo que representa una sobrepoblación de 1,126, es decir, un hacinamiento cercano al 18%.
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El director del Inpec también reveló que uno de los fugados cumple una condena de 13 años por delitos de concierto para delinquir, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, con dos años aún pendientes de su pena. El otro fugitivo enfrenta un caso por homicidio y concierto para delinquir.
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