“Disparo provino de donde estaban policías”: Fiscalía sobre asesinato de Santiago Murillo
El Espectador conoció el informe de la Fiscalía que reconstruye cómo mataron a Santiago Murillo en Ibagué, que sirvió de sustento para detener al mayor Jorge Mario Molano. Cuatro testigos detallaron cómo le dispararon y aseguraron que la Policía no lo quiso ayudar.
Jhoan Sebastian Cote
“El hoy fallecido (Santiago Murillo) salió corriendo. Pasó la calle y cuando va por la acera (…) cae al piso. Los muchachos que iban delante de él se devolvieron a auxiliarlo, y una motocicleta que pasaba en ese momento por el lugar auxilió al hoy fallecido. Mientras esto pasaba, unos muchachos les gritaban a los policías para que ayudaran al hoy fallecido, pero los policías se quedaron quietos y les decían con señas que se fueran”. Ese es un fragmento del testimonio de Carlos Pérez*, un ciudadano que vio cómo murió violentamente el joven Santiago Murillo el pasado 1° de mayo en Ibagué durante las manifestaciones del paro nacional.
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“El hoy fallecido (Santiago Murillo) salió corriendo. Pasó la calle y cuando va por la acera (…) cae al piso. Los muchachos que iban delante de él se devolvieron a auxiliarlo, y una motocicleta que pasaba en ese momento por el lugar auxilió al hoy fallecido. Mientras esto pasaba, unos muchachos les gritaban a los policías para que ayudaran al hoy fallecido, pero los policías se quedaron quietos y les decían con señas que se fueran”. Ese es un fragmento del testimonio de Carlos Pérez*, un ciudadano que vio cómo murió violentamente el joven Santiago Murillo el pasado 1° de mayo en Ibagué durante las manifestaciones del paro nacional.
Mencionar las multitudinarias manifestaciones es parte del contexto, pero al menos cuatro testigos concuerdan en que el estudiante de 21 años “solo iba caminando”. De jean y saco oscuro, coinciden los testigos entrevistados por la Fiscalía, así iba vestido Santiago Murillo la noche que cayó baleado en la calle 60 con carrera 5 de la capital del Tolima. En el lugar hay una papelería Panamericana y ahora hay un grafiti que dice: “Santiago no murió. Lo mataron”. Los detalles del caso reposan en un informe de 20 páginas que conoció El Espectador y permiten reconstruir los hechos.
Detalla que la bala que lesionó los músculos pectorales de Murillo generó una contusión en el pulmón izquierdo y luego perforó el miocardio del corazón, el tejido muscular que permite bombear la sangre. Las autoridades concluyeron que el disparo se originó entre 32 y 35 metros de distancia del joven, y el proyectil quedó alojado cerca de su hombro derecho. “El proyectil que ocasionó dicha trayectoria provino del lugar donde se encontraban dos policías, uno de ellos con un chaleco verde fluorescente, quien, de acuerdo con lo establecido en diligencia de reconstrucción de hechos, fue quien realizó el disparo”, señalan las conclusiones del informe.
Las autoridades, esa noche, llegaron al lugar de los hechos y tomaron el testimonio en caliente de cuatro personas, quienes también enviaron a la Fiscalía soportes documentales entregados al ICBF y a otros organismos. La diligencia de reconstrucción de la muerte se realizó el pasado 7 de mayo, tres días antes de que el juez 188 penal militar ordenara la captura del teniente Andrés Parra y del mayor Jorge Mario Molano. Ambos quedaron libres, pero la Fiscalía los recapturó y consiguió medida de aseguramiento contra Molano el pasado 18 de junio. Se espera que pronto la Corte Constitucional defina si el caso continúa su curso en la justicia ordinaria o la militar.
Tras el análisis documental, cruzando las entrevistas y con lo que se halló en la reconstrucción de los hechos, la Fiscalía encontró que los cuatro testigos dijeron la verdad y su versión es verosímil. Sobre el testimonio de Carlos Pérez*, quien vive cerca del lugar, las autoridades encontraron que, luego de que unos manifestantes le lanzaran piedras a un grupo de seis uniformados, uno de ellos (al parecer Molano) desenfundó su arma y disparó contra Murillo. Luego una motocicleta que pasaba por el lugar se ofreció a llevar al joven a la Clínica Nuestra, donde falleció mientras su madre gritaba: “¡Me matan a mí, me tienen que matar a mí!”.
La esposa de Pérez* aseveró en su entrevista que fue un policía quien impactó a Murillo. Tras el impacto de la bala, el joven se tomó del hombro y posteriormente se desplomó, recordó la testigo. De acuerdo con la mujer, tras el disparo, dos manifestantes corrieron hacia el uniformado para recriminarle. “Le gritaban que llamaran a una ambulancia, esos dos muchachos querían que (los policías) le ayudaran al que estaba herido. Pero la Policía no hizo nada, no se movían, no llamaban a la ambulancia”, manifestó la testigo. Esta versión fue confirmada por una de las personas que les gritó a los uniformados presentes.
Se trata de Luisa Páez*, una menor de edad quien también entregó su versión al ICBF. La joven aseguró que el uniformado era “blanco, medio gordo, no tan alto” y que “tomó una posición de disparo hacia la gente”. Páez* estaba a 14 metros de Santiago Murillo y a 38 metros del grupo de policías que custodiaba la papelería. El último testigo, César Ramírez* les explicó a los investigadores que la persona que disparó era de “contextura gruesa”. “Esta persona era el único con arma en mano (…) y además Luisa Páez* estaba reclamándole por el disparo. El policía nos decía: ‘váyanse para la casa, váyanse a dormir’”, recordó el joven.
Y Ramírez continuó: “Este policía era el único que no tenía chaleco ni cinturón, nosotros le decíamos que llamaran la ambulancia y hacía caso omiso y nos decía no más que nos fuéramos, moviendo su arma”. Este último testigo fue quien atendió a Murillo cuando perdió el equilibrio.
El documento fue de gran valor para la jueza quinta de garantías de Ibagué, quien envió al mayor Molano a la cárcel La Picaleña de Tolima. Según expuso la Fiscalía, el proyectil encontrado tras la necropsia coincide con el arma de dotación del policía desde 2017. También concluyó que Molano habría intentado inculpar al patrullero Óscar Devia, haciéndolo bajar de una moto, quintándole el casco y saliendo del lugar como si nada. Miguel Ángel del Río, representante de la familia de Santiago Murillo, aseguró que a Devia lo presionaron para que se declarara culpable.
*Los nombres de los testigos fueron cambiados por su protección.