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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó un memorando para la continuación de la asistencia de interdicción de drogas de ese país al gobierno de Colombia, en este caso particular, con respecto a las aeronaves que parten desde suelo colombiano.
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El Congreso estadounidense ya fue notificado de la determinación, la cual está basada en las leyes de autorización de defensa nacional del país norteamericano. Según Biden, es necesario interceptar aeronaves de las que se sospeche razonablemente que se dedican a tráfico ilícito de drogas en el espacio aéreo de ese país.
Para Washington, Colombia cuenta con procedimientos apropiados para evitar la pérdida de vidas inocentes en el aire y en tierra, con respecto a las interdicciones. Y, en pocas palabras, que el trabajo de Colombia será identificar y advertir a las aeronaves, antes de que Estados Unidos haga “el uso de la fuerza”.
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Según conoció El Espectador, la nueva política de drogas, que será expedida por el Ministerio de Justicia, proyecta cesar la persecución al campesino cultivador de plantas de uso ilícito y fortalecer las labores de la fuerza pública con respecto a la interdicción en mares y en el aire.
El ministro Osuna ha señalado que se prepara una política de “asfixia” contra las organizaciones criminales narcotraficantes. Y que esa persecución se verá representada en incautaciones. A la par, esta estrategia dependerá de las eventualidades de las conversaciones de paz y los procesos de sometimiento con grupos armados como el ELN, las disidencias Farc, el Clan del Golfo, la Oficina de Envigado y demás.
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