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El álgido debate sobre el aborto parece ser un tema de nunca terminar. Una vez más la discusión que prometía estar zanjada vuelve al ruedo de la Corte Constitucional con dos ponencias diferentes, pero que en el fondo proponen lo mismo: despenalizar el delito completamente y hacer más flexibles las reglas para acceder a este procedimiento médico. Los nueve magistrados ya tienen ambas ponencias en sus escritorios y esta semana se incluyeron los dos expedientes en el orden del día del alto tribunal para iniciar un debate jurídico que podría cambiar la jurisprudencia de manera radical.
Los magistrados Alberto Rojas Ríos y Antonio José Lizarazo son los ponentes. El primero tuvo lista su ponencia hace un par de semanas, mientras que el segundo tardó un poco más en terminarla. Ambos estudiaron dos demandas diferentes, pero que buscan eliminar el aborto como delito en el Código Penal. Una idea que no resulta descabellada para los dos juristas que así lo plantearon en sus proyectos de fallo y que, por tener argumentos y fuentes similares, estuvieron de acuerdo en que debe existir una métrica definida en ambos expedientes para procurar que el debate vaya acompasado al mismo ritmo.
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Varias fuentes del alto tribunal le confirmaron a este diario que Rojas Ríos y Lizarazo pactaron un acuerdo para lograr ir al mismo compás. Aunque el primero ya tenía todo listo para presentar su plan de trabajo la semana pasada, aceptó demorarla unos días para que Lizarazo tuviera tiempo de acabar su ponencia “y no quedar en desventaja en la Sala Plena”. Y así fue. Ambos expedientes quedaron en el orden del día de esta semana. Aunque el cronograma se atrasó el pasado miércoles y la jornada de hoy quedó aplazada por un conversatorio nacional de género al que asisten todos los juristas de las corporaciones de justicia, la Corte está lista para iniciar el debate.
Funcionarios de ambos despachos agregaron que la idea de ponerse de acuerdo en cómo iniciar la discusión en la Sala Plena podría tener una incidencia aun mayor, pues ni Rojas ni Lizarazo han descartado la idea de unirse en una sola ponencia. En otras palabras, que ambos sean cooponentes y puedan unir ideas y argumentos de ambos proyectos de fallo en uno solo. El aborto, que es un tema de gran magnitud y ha recibido negativas sobre el posible cambio en Colombia, promete sacar callo en algunos sectores por la decisión que se avizora.
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Los ánimos están caldeados. Hay conservadores que consideran que la vida existe desde su concepción; liberales que piensan más en los derechos y la libertad de las mujeres; y quienes se apegan al derecho aduciendo que existe cosa juzgada desde 2006, cuando quedó despenalizado en tres circunstancias: malformación del feto, peligro de vida de la madre o abuso sexual a la mujer. Las cartas ya están barajadas, los argumentos de los ponentes están expuestos y el plan de trabajo está listo. Rojas es el único que trabaja a contrarreloj, pues su período en la Corte acaba en febrero próximo y una reñida votación podría definir lo que sería la decisión más grande del año.
Por el momento, y sin ánimo de cambios, los magistrados Jorge Enrique Ibáñez, Cristina Pardo, Paola Meneses y Gloria Stella Ortiz pretenden que la jurisprudencia sentada en 2006 se mantenga igual. Es decir, que no haya modificaciones en las causales para acceder al aborto. Los primeros tres juristas, por sus posturas conservadoras en debates sobre el tema, han considerado que hay vida desde la concepción. Mientras que la última estima que existe cosa juzgada. Es decir, que el tema ya fue abordado por la Corte y no debe haber un nuevo estudio.
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En la otra orilla están los magistrados Alejandro Linares, José Reyes, Lizarazo, Rojas e incluso Diana Fajardo, quien está indecisa, pero se inclinaría a darles el voto a los liberales. La discusión se concentra en tres puntos: la vulneración de los derechos de las mujeres, la omisión legislativa para regular la intervención médica y el debilitamiento de la cosa juzgada. Así, las cuentas de la votación estarían cuatro en contra de las ponencias de Rojas y Lizarazo, y cinco a su favor (el voto de Fajardo sería decisivo). Pese a que el debate hasta ahora está madurando, la Corte no descarta que la decisión de fondo se conozca al finalizar noviembre.