El Bloque Metro de las AUC, un asunto que poco se ha indagado

Uno de los aspectos más importantes de la reciente sentencia de la Corte Suprema son los cuestionamientos que hace alrededor del bloque Metro, el cual, según exparamilitares, crearon personas como Álvaro Uribe y Santiago Gallón Henao.

-Redacción Judicial
21 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.
Álvaro Uribe Vélez / Archivo El Espectador
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La sentencia de la Corte Suprema que se emitió el pasado 16 de febrero, en la cual se determinó que Iván Cepeda no será investigado por abuso de la función pública, fraude procesal y calumnia agravada, como lo pedía su denunciante –Álvaro Uribe Vélez–, habla de un aspecto de la guerra en el que poco se ha profundizado: la supuesta relación entre el expresidente Uribe y el bloque Metro, un grupo paramilitar que nació “desde el seno de las Autodefensas de Córdoba y Urabá a principios de la década de los 90”, decía la propia web de la organización armada, página creada por la casa Castaño.

Se trataba de un grupo especialmente destinado a hacer “inteligencia urbana antisubversiva”. Para el año 2002, reconocía tener presencia “en un 70 % de la geografía antioqueña”, con una “influencia preponderante en el control de las comunas populares en Medellín”. Lo que el fallo de la Corte –que ha generado una gran controversia– pregunta es si Álvaro Uribe, como indican ciertos desmovilizados exparamilitares, tuvo responsabilidad en el surgimiento del bloque Metro, contra el cual se unieron varios frentes paramilitares para aniquilarlo justo cuando comenzaban las negociaciones en Santa Fe de Ralito.

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Es por eso que la Corte pidió remitir a la coordinación de fiscales delegados ante la Corte Suprema los testimonios de Ramiro de Jesús Henao, Gabriel Muñoz Ramírez, Pedro Manuel Benavides, Mario Humberto Jiménez, John Jaimes Granja, Wílser Molina Molina, Carlos Enrique Areiza Arango y Juan Guillermo Monsalve Pineda. Aunque no aparece en ese listado, hay un testigo clave: Pablo Hernán Sierra García, quien le contó a Iván Cepeda que el expresidente Uribe tenía nexos, junto con Santiago Gallón Henao, con grupos de autodefensas. Con el bloque Metro, para ser más precisos.

Gallón Henao fue noticia recientemente. En enero pasado fue capturado en Cúcuta, como resultado de una operación de la Fiscalía que perseguía a un cartel de narcotráfico que estaba sacando droga del país camuflada en comida para perros y gatos. La red, estableció la Fiscalía, transformaba la cocaína en productos agropecuarios y veterinarios, y con múltiples sustancias controladas, esencias y colorantes conseguía que el estupefaciente tuviera similitud en forma, olor, textura y apariencia a los productos lícitos. Y esa no era la primera vez tampoco en que Henao resultaba detenido.

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Este empresario antioqueño, reconocido caballista, tiene dos condenas a cuestas: la primera por encubrimiento, en relación con el crimen de Andrés Escobar. Tanto él como su hermano Pedro fueron investigados y sentenciados porque, supuestamente, encubrieron a su conductor, Humberto Muñoz Castro, que fue quien jaló el gatillo contra Escobar apenas días después de que el jugador de fútbol hubiera cometido un autogol en el Mundial de Estados Unidos. La segunda condena vino en 2010, por paramilitarismo: se acogió a sentencia anticipada y recibió una pena de tres años y tres meses de prisión por apoyo a bloques de las Auv que dependían de Vicente Castaño.

El expresidente Uribe, por su parte, negó todo. A la Corte Suprema le dijo que con los hermanos Gallón Henao nunca había tenido vínculos ni negocios; y que a Juan Guillermo y Luis Alberto Villegas Uribe los conocía desde su juventud por ser hijos de Guillermo Villegas Ceballos, “persona que fue muy importante en el sector agropecuario y político de Antioquia”. A las acciones de Iván Cepeda las calificó de “maltrato”: aseguró que el congresista del Polo Democrático tenía una “obsesión” con su familia. “Aquí hubo un concierto de personas para maltratarme”, señaló el jefe del Centro Democrático.

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Uribe agregó que Cepeda tomaba esa especie de represalias en su contra en respuesta, supuestamente, a su “proceder” cuando, como presidente, le tuvo que pedir perdón en nombre del Estado por el asesinato de su padre, Manuel Cepeda. Uribe le dijo a la Corte que ni siquiera recordaba bien el acto. Se trató del momento en que, por orden de la Corte Interamericana, el entonces jefe de Estado pidió perdón por el papel del Estado en ese crimen; Uribe dijo: “Yo no puedo decir que el Estado asesinó al senador Cepeda o al uno o al otro. Lo que sí puedo decir es que lo asesinaron. Y que eso es muy grave y que eso no se puede repetir. Y yo pido perdón”. Para Cepeda, esas palabras fueron una bofetada.

Ahora, Cepeda y Uribe vuelven a verse cara a cara pero en otro escenario. Cepeda, para la Corte Suprema, no ha cometido delito. Las actuaciones de Uribe, por el otro lado, están cobijadas por un gran manto de duda.

Por -Redacción Judicial

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