“El caso de Sergio Urrego se está olvidando”: Alba Reyes
El lunes 9 de julio está citada la audiencia preparatoria en el proceso contra Amanda Castillo, rectora del colegio donde el joven fue discriminado por ser homosexual.
Redacción Judicial
El próximo mes se cumplen cuatro años de la muerte del joven Sergio Urrego, quien se quitó la vida en el centro comercial Titán Plaza (en Bogotá) después de ser discriminado en el colegio Gimnasio Castillo Campestre por ser homosexual. Su caso sentó un precedente judicial y puso en evidencia la exclusión que padecen en Colombia los menores LGBT en espacios educativos. A nivel penal, tres personas están implicadas: Rosalía Ramírez e Ibonne Andrea Cheque, veedora y piscología del colegio que ya fueron condenadas; y Amanda Castillo, rectora de la institución. Este último proceso aún no se ha definido y el próximo lunes 9 de julio se llevará a cabo la audiencia preparatoria, donde se espera el descubrimiento de pruebas para iniciar el juicio oral. (Lea aquí: Sergio Urrego, el nombre que Alba Reyes limpió)
Previo a la realización de esa audiencia, Alba Reyes, mamá de Urrego, aseguró que la defensa de Castillo ha tratado de dilatar el proceso y les pidió a las autoridades no olvidar este caso. “La audiencia se ha aplazado en dos ocasiones. La última vez fue porque el abogado suplente de la rectora se presentó al juzgado sin el poder. Fue evidente que buscaban dilatar, les dije que eso era un circo y me salí de la sala”, dijo Reyes a este diario.
Amanda Castillo, quien hace un año quedó en libertad por vencimiento de términos, es procesada por los delitos de discriminación agravada, falsa denuncia contra persona determinada y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. De acuerdo con las pesquisas, la rectora realizó actos de discriminación contra Urrego por ser gay y, una vez el joven perdió la vida, habría intentado ocultar la verdad alterando y escondiendo pruebas. Por último, el delito de la falsa denuncia se le imputó porque habría presionado a la pareja de Sergio a que lo denunciara por acoso sexual a sabiendas de que no era cierto, pues se trataba de una relación consentida. (Fotos: Rinden homenaje a Sergio Urrego con mural en el centro de Bogotá)
Amanda Castillo, exrectora del Gimnasio Castillo Campestre. / Archivo El Espectador
La historia de discriminación contra Urrego inició cuando el Gimnasio Castillo Campestre le abrió un proceso disciplinario por besarse con su novio en las instalaciones de la institución. El menor fue obligado a contarle a sus padres sobre su orientación sexual y a asistir a un psicólogo para poder volver a clases; una exigencia que violaba sus derechos fundamentales. (Lea aquí: “La conexión entre madre e hijo nunca termina”: madre de Sergio Urrego)
El 3 de agosto de 2015 la Corte Constitucional aseguró que Sergio sí fue discriminado por la institución y ordenó al Ministerio de Educación revisar los manuales de convivencia de todos los colegios del país, con el fin de garantizar que respeten la orientación sexual e identidad de género de los estudiantes. Sin embargo, hasta el año pasado el ministerio solo había revisado 5.610 manuales de los 19.600 que existen en los colegios del país, es decir, el 28 %. No hay certeza de que el 72 % de los colegios no discriminen a sus alumnos.
“Frente a esa sentencia no se ha hecho nada. En lo penal, ya están libres las condenadas y a la rectora se le vencieron los términos, entonces tampoco tiene cárcel; por eso no asiste a las audiencias y volvió a asistir al colegio. Además, las condenas no se han implementado como deben ser. Ibonne Cheque se comprometió a pedir disculpas públicamente y todavía no lo ha hecho. Esas disculpas no son para mí, porque a mi hijo no me lo van a devolver. Pero socialmente ella debe reconocer que como psicóloga atropelló a un niño y faltó a su ética profesional. No siento que haya reparación y el caso de Sergio se está olvidando”, agregó Reyes a El Espectador.
Después de llegar a un acuerdo con la Fiscalía, Ibonne Cheque, psicóloga del Gimnasio Castillo Campestre, aceptó el 2 de octubre de 2017 su responsabilidad en el caso de Sergio Urrego. Fue condenada a 35 meses de prisión y se comprometió a testificar en contra de la rectora del plantel educativo. Un año antes, Rosalía Ramírez, veedora del colegio, también había aceptado su responsabilidad. Ambas sentencias fueron trascendentales porque se convirtieron en las dos primeras condenas penales en el país por discriminación debido a la orientación sexual, tipificada como delito desde 2011.
Sergio Urrego se quitó la vida hace cuatro años debido a la discriminación que sufrió en su colegio. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Además del proceso penal, en la jurisdicción administrativa cursa otro proceso por la muerte de Sergio Urrego. Alba Reyes interpuso el 20 de septiembre de 2016 una acción de reparación directa con la que busca que la Secretaría de Educación de Cundinamarca responda por no haber vigilado y detectado a tiempo que el Colegio Gimnasio Castillo Campestre no contaba con los mecanismos para prevenir y atender el acoso escolar del que fue víctima el alumno de 16 años por parte de las directivas y docentes.
Al contestar esta demanda y para argumentar que no tenía responsabilidad, la Secretaría de Educación culpó a los papás de Urrego por su muerte. Al conocerse públicamente este concepto, la entidad se retractó.
El próximo mes se cumplen cuatro años de la muerte del joven Sergio Urrego, quien se quitó la vida en el centro comercial Titán Plaza (en Bogotá) después de ser discriminado en el colegio Gimnasio Castillo Campestre por ser homosexual. Su caso sentó un precedente judicial y puso en evidencia la exclusión que padecen en Colombia los menores LGBT en espacios educativos. A nivel penal, tres personas están implicadas: Rosalía Ramírez e Ibonne Andrea Cheque, veedora y piscología del colegio que ya fueron condenadas; y Amanda Castillo, rectora de la institución. Este último proceso aún no se ha definido y el próximo lunes 9 de julio se llevará a cabo la audiencia preparatoria, donde se espera el descubrimiento de pruebas para iniciar el juicio oral. (Lea aquí: Sergio Urrego, el nombre que Alba Reyes limpió)
Previo a la realización de esa audiencia, Alba Reyes, mamá de Urrego, aseguró que la defensa de Castillo ha tratado de dilatar el proceso y les pidió a las autoridades no olvidar este caso. “La audiencia se ha aplazado en dos ocasiones. La última vez fue porque el abogado suplente de la rectora se presentó al juzgado sin el poder. Fue evidente que buscaban dilatar, les dije que eso era un circo y me salí de la sala”, dijo Reyes a este diario.
Amanda Castillo, quien hace un año quedó en libertad por vencimiento de términos, es procesada por los delitos de discriminación agravada, falsa denuncia contra persona determinada y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. De acuerdo con las pesquisas, la rectora realizó actos de discriminación contra Urrego por ser gay y, una vez el joven perdió la vida, habría intentado ocultar la verdad alterando y escondiendo pruebas. Por último, el delito de la falsa denuncia se le imputó porque habría presionado a la pareja de Sergio a que lo denunciara por acoso sexual a sabiendas de que no era cierto, pues se trataba de una relación consentida. (Fotos: Rinden homenaje a Sergio Urrego con mural en el centro de Bogotá)
Amanda Castillo, exrectora del Gimnasio Castillo Campestre. / Archivo El Espectador
La historia de discriminación contra Urrego inició cuando el Gimnasio Castillo Campestre le abrió un proceso disciplinario por besarse con su novio en las instalaciones de la institución. El menor fue obligado a contarle a sus padres sobre su orientación sexual y a asistir a un psicólogo para poder volver a clases; una exigencia que violaba sus derechos fundamentales. (Lea aquí: “La conexión entre madre e hijo nunca termina”: madre de Sergio Urrego)
El 3 de agosto de 2015 la Corte Constitucional aseguró que Sergio sí fue discriminado por la institución y ordenó al Ministerio de Educación revisar los manuales de convivencia de todos los colegios del país, con el fin de garantizar que respeten la orientación sexual e identidad de género de los estudiantes. Sin embargo, hasta el año pasado el ministerio solo había revisado 5.610 manuales de los 19.600 que existen en los colegios del país, es decir, el 28 %. No hay certeza de que el 72 % de los colegios no discriminen a sus alumnos.
“Frente a esa sentencia no se ha hecho nada. En lo penal, ya están libres las condenadas y a la rectora se le vencieron los términos, entonces tampoco tiene cárcel; por eso no asiste a las audiencias y volvió a asistir al colegio. Además, las condenas no se han implementado como deben ser. Ibonne Cheque se comprometió a pedir disculpas públicamente y todavía no lo ha hecho. Esas disculpas no son para mí, porque a mi hijo no me lo van a devolver. Pero socialmente ella debe reconocer que como psicóloga atropelló a un niño y faltó a su ética profesional. No siento que haya reparación y el caso de Sergio se está olvidando”, agregó Reyes a El Espectador.
Después de llegar a un acuerdo con la Fiscalía, Ibonne Cheque, psicóloga del Gimnasio Castillo Campestre, aceptó el 2 de octubre de 2017 su responsabilidad en el caso de Sergio Urrego. Fue condenada a 35 meses de prisión y se comprometió a testificar en contra de la rectora del plantel educativo. Un año antes, Rosalía Ramírez, veedora del colegio, también había aceptado su responsabilidad. Ambas sentencias fueron trascendentales porque se convirtieron en las dos primeras condenas penales en el país por discriminación debido a la orientación sexual, tipificada como delito desde 2011.
Sergio Urrego se quitó la vida hace cuatro años debido a la discriminación que sufrió en su colegio. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Además del proceso penal, en la jurisdicción administrativa cursa otro proceso por la muerte de Sergio Urrego. Alba Reyes interpuso el 20 de septiembre de 2016 una acción de reparación directa con la que busca que la Secretaría de Educación de Cundinamarca responda por no haber vigilado y detectado a tiempo que el Colegio Gimnasio Castillo Campestre no contaba con los mecanismos para prevenir y atender el acoso escolar del que fue víctima el alumno de 16 años por parte de las directivas y docentes.
Al contestar esta demanda y para argumentar que no tenía responsabilidad, la Secretaría de Educación culpó a los papás de Urrego por su muerte. Al conocerse públicamente este concepto, la entidad se retractó.