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El pasado 30 de septiembre, varios integrantes de la familia Llano Narváez presentaron una denuncia ante la Fiscalía sobre hechos de acoso y abuso sexual en contra de varios miembros de la Compañía de Jesús ocurridos en los años 70. Entre los denunciados están los padres Luis Javier Sarralde, Hans Zollner y Francisco De Roux.
Lo que cuenta el recurso judicial es que el padre Darío Chavarriaga, ya fallecido, abusó de Fernando Llano y sus siete hermanas cuando eran menores de edad. Los hechos empezaron en 1976, cuando el jesuita entró a trabajar al Colegio San Bartolomé de Bogotá, donde estudiaba Fernando.
Como director de estudios, el padre Chavarriaga se encargó de revisar el caso de Llano Narvaéz, pues sabía de las dificultades económicas que enfrentaba su familia. Por esa razón, le informó al joven estudiante que se había ganado una beca en “reconocimiento a su desempeño académico y en consideración”.
El padre Chavarriaga se ganó la confianza de la familia y empezó a frecuentar su hogar. “Nos alegraba la compañía y el cariño del padre Darío (...) Nos visitaba en la casa y rápidamente nació un sentimiento recíproco. Venía con bizcochos y regalos”, le contó Fernando Llano al periodista Miguel Estupiñán del portal Hacia El Umbral.
La cercanía y confianza que el padre Chavarriaga logró consolidar con la familia le permitió asegurar una figura de autoridad y respeto con los niños de la familia, incluyendo a las siete menores de edad que en esa época tenían entre 8 y 16 años. De esta manera, el padre aprovechó su figura y sometió a los niños a abusos sexuales.
Todo lo que les ocurrió a los Llano Narváez lo conoció el padre Francisco De Roux, cuando Fernando Llano le envió una carta, luego de enterarse de que no era el único miembro de su familia que había sido víctima del padre Chavarriaga. Según la denuncia, Llano lo buscó buscando que una situación tan grave como la de él no podía quedar impune.
“Hoy puedo decirlo sin pecar de desagradecido, fui víctima por medio de un disimulado chantaje: la ayuda económica (…) Lo que nos ocurrió es algo muy grave que no debe quedar impune. Estos delitos contra la dignidad infantil no pueden evadir ni tiempo ni fronteras y deben ser llevados ante los tribunales para obtener justicia y reparación”, escribió Llano en la carta que reprodujo Estupiñán en Hacia El Umbral.
Fernando Llano también intentó hablar con el papa Francisco, a quien le escribió: “Respetuosamente le pido que la justicia que merecemos las víctimas sea también impartida en el sentido de la reparación integral como usted humanamente ha expresado. La institución debe, antes que nadie, dar un paso en la dirección de las víctimas y tomar una actitud madura y responsable”.
Además, Fernando Llano le contó toda su historia al padre alemán Hans Zollner en 2017. Lo hizo, pues sabía que tenía línea directa con el papa Francisco y la cúpula de la Iglesia. Además, el padre era en ese momento miembro de la comisión del Vaticano para la prevención de los abusos en la Iglesia.
Según Miguel Estupiñán, Zolnner le aseguró a Llano que, en comunicación con el padre provincial de Colombia (Carlos Eduardo Correa), quien le aseguró que habían respondido al caso siguiendo “las normas en apego a la ley y al protocolo de la provincia en relación a este tema”.
Correa agregó. “De su respuesta entiendo que sí ha habido oportunidad de escucharle y de expresarle solidariamente el pesar ante este acontecimiento doloroso. La información proporcionada por él y el proceso seguido me permite comprender que probablemente no habrá más medidas posteriores por parte de la Compañía de Jesús”.
Según Hacia El Umbral, la comunidad jesuita halló responsable al padre Chavarriaga de abuso sexual de menores, pero el hecho nunca avanzó ante la justicia. Otro hecho que llevó a las víctimas a contar su historia es que, antes de morir, Chavarriaga fue condecorado por los jesuitas y en sus libros ha sido reseñado como un ejemplo de la Compañía de Jesús.
La denuncia de la familia Llano Narváez busca que la justicia investigue la presunta omisión de la Iglesia y la Compañía de Jesús en su caso. Por eso es que ahora el nombre del padre Francisco De Roux ha sonado en este caso. La familia Llano también busca que sean investigados los padres Javier Sarralde y Hans Zollner.
Consultado por este diario, el padre De Roux señaló: “Estoy atento al llamado de la justicia colombiana para responder sobre mi conducta. Solo tengo para decir que frente a este caso de abuso por el que me preguntan y que conocí como superior provincial de los jesuitas en Colombia en 2014, actué con el respeto que siempre he tenido por las víctimas”.
Y agregó: “Tomé con todo rigor las medidas canónicas que en ese momento tenía a mi alcance para actuar con una dura sanción en justicia. Quisiera precisar lo siguiente: el titular me refiere como presidente de la Comisión de la Verdad, cargo que ejercí entre 2018 y 2022; los hechos referidos en el artículo datan de varios años atrás, por lo tanto, fueron decisiones que en absoluto nada tienen que ver con la circunstancia de haber sido presidente de la Comisión de la Verdad”.
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