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Dairo Antonio Úsuga David, conocido como Otoniel, va a aceptar uno de los cargos que Estados Unidos le endilga por narcotráfico. Después de tener una carrera criminal en la que pasó de grupos guerrilleros a paramilitares, hasta comandar la organización narcotraficante más grande de Colombia, el Clan del Golfo, Úsuga fue capturado en octubre de 2021 y enviado a Estados Unidos en mayo de 2022. En tres acusaciones (indictments) distintas, se le señalaba de dirigir una red de tráfico de drogas con tentáculos en Centroamérica y el Caribe que había logrado ingresar cocaína a suelo estadounidense por casi dos décadas.
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Según escribieron en una de esas acusaciones los fiscales que lo están procesando, el Clan del Golfo es “una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas de Colombia, y uno de los mayores distribuidores de cocaína en el mundo”. Y, aunque los términos de la aceptación de cargos de Otoniel están todavía por definirse, el documento revelado hasta ahora deja ver que el máximo jefe de esa organización criminal solo aceptará que cocaína enviada por él y su organización fue incautada en jurisdicción de Estados Unidos, no que dirigía una organización criminal dedicada al tráfico de drogas.
Mientras estaba recluido en Brooklyn, en el estado de Nueva York, Otoniel, de 51 años, estaba siendo procesado en dos expedientes allí y en uno más en el estado de Florida. Y, aunque hasta ahora Otoniel se había declarado inocente, en los primeros días de 2023 el caso dio un giro. El 3 de enero, Úsuga firmó un documento en el que da su consentimiento para que todos los expedientes en su contra pasen a la corte del Distrito Este de Nueva York, luego de que decidiera que se va a declarar “culpable” por uno de los dos cargos por los que estaba siendo enjuiciado.
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Otoniel va a aceptar que, “a sabiendas y deliberadamente se unió, conspiró, asocióy acordó con personas poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada a bordo de un buque sujeto a la jurisdicción de los Estados Unidos”. La sustancia sería cocaína y la cantidad hallada es superior a los 5 kilogramos, por lo que el máximo jefe del Clan del Golfo se enfrenta hasta a cadena perpetua como pena por el entramado criminal. Los hechos, dice el expediente, comenzaron en abril de 2009 y se extendieron hasta octubre de 2021, cuando finalmente fue capturado por las autoridades colombianas en las selvas del Urabá.
Al parecer, Otoniel no aceptará el otro cargo por el que era acusado en Estados Unidos, que se refiere a que se alió con personas en Venezuela, Ecuador, Panamá, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, México y otros países, para ingresar cocaína a Estados Unidos. Este delito también es castigado con una pena máxima de cadena perpetua.
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Este documento es el primer paso para que los fiscales que lo investigan en Nueva York puedan presentarle al juez del caso un acuerdo (plea agreement) que consigne formalmente cuáles son los hechos que aceptará Otoniel, bajo qué condiciones y qué está dispuesto a dar a cambio (si va a ser testigo de la justicia, por ejemplo). En cualquier caso, no sería el primer miembro del Clan del Golfo en aceptar cargos: ya su hermana, Nini Johana Úsuga David, reconoció que manejó las finanzas de la organización y está próxima a recibir sentencia en Estados Unidos.
También el segundo de Otoniel, Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias Nicolás, tuvo acercamientos similares, que hasta ahora no han prosperado. En suma, mientras los jefes del Clan del Golfo, llamadas por otros Agc, están llegando a acuerdos con la justicia de Estados Unidos, en Colombia son una de las organizaciones con las que el Gobierno del presidente Gustavo Petro decretó un cese al fuego bilateral de cara a buscar una salida negociada a la guerra. El rumbo de esas negociaciones, tanto en suelo norteamericano como en colombiano, no es todavía muy claro.
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