El dinero que perdió el exsenador Luis C. Avellaneda en Quarzo Bal Harbour

Otro nombre que figura en la lista de más de 160 inversores que creyeron en el proyecto hotelero Quarzo Bal Harbor, los cuales les entregaron entre US$30 y US40 millones a los colombianos Carlos Mahecha Díaz y Juan Arcila -para descubrir luego que su dinero no volvía en los términos prometidos-, es uno representativo para la izquierda colombiana: el del exsenador Luis Carlos Avellaneda. Él tiene otra característica como inversionista de este proyecto: su dinero pasó a Quarzo Bal Harbour desde Luna, otra de las sociedades que Mahecha Díaz y Arcila crearon en Estados Unidos. (Las preguntas que deja la inversión de cientos de miles de dólares del general (r) Montoya)

Otro nombre que figura en la lista de más de 160 inversores que creyeron en el proyecto hotelero Quarzo Bal Harbor, los cuales les entregaron entre US$30 y US40 millones a los colombianos Carlos Mahecha Díaz y Juan Arcila -para descubrir luego que su dinero no volvía en los términos prometidos-, es uno representativo para la izquierda colombiana: el del exsenador Luis Carlos Avellaneda. Él tiene otra característica como inversionista de este proyecto: su dinero pasó a Quarzo Bal Harbour desde Luna, otra de las sociedades que Mahecha Díaz y Arcila crearon en Estados Unidos. (Las preguntas que deja la inversión de cientos de miles de dólares del general (r) Montoya)

Al principio, a Avellaneda no le fue tan mal con los socios Mahecha y Arcila, quienes trabajaban en Estados Unidos en el mundo de la finca raíz. O administraban edificios o compraban propiedades para restaurarlas, como pasó con el hotel Quarzo Bal Harbour, ubicado en una de las zonas más exclusivas de Miami. Entre 2007 y 2008, tres propiedades distintas fueron adquiridas y el plan de Mahecha Díaz y Arcila era volverlas un hotel boutique de lujo. A los inversionistas les prometieron rentabilidad de hasta 18 % anual. Los líos comenzaron cuando los pagos a los inversores dejaron de hacerse.

“A Luna llegué por conducto de Rodrigo Soto, una persona colombiana que conocía de inversiones en Estados Unidos. Él conocía a Carlos Mahecha, quien lo invitó a buscar inversionistas colombianos. Los dos proyectos (Luna y Quarzo Bal Harbour) inicialmente eran de hacer remodelación de propiedades, le dijo Avellaneda a este diario. Para la época en que el exsenador conoció a Mahecha Díaz, este era un hombre de negocios de la alta sociedad bogotana, esposo de una mujer millonaria -Anastasia Casas- y accionista de la administradora Country, que tiene las clínicas El Country y La Colina.

De acuerdo con los documentos del expediente ante la Corte de Quiebras del Distrito Sur de la Florida, en 2006 el excongresista hizo su primer pago: US$150.000. En mayo de 2007, Arcila le envió una carta contándole que ya era el momento del retorno de la inversión y a Avellaneda le devolvieron su capital y 18 % más, unos US$178.000 en total. A Luna Development Group LLC, Avellanada le entregó más de US$1’614.000 entre 2006 y 2007. En 2008 arrancó el proyecto del hotel Quarzo Bal Harbour y Avellaneda depositó US$104.280 más. Es decir, su capital inicial fue US$1’719.155. (Juan Arcila, promotor de Bal Harbour, trató de recaudar fondos a raíz del COVID-19)

“El capital que he obtenido en m mi vida ha sido fruto de mi trabajo. Empecé trabajando como educador público y luego me volví abogado, sobre todo de temas laborales, pleitos y con sindicatos. Al empezar a tener excedentes empecé a invertir en bienes raíces en Colombia, luego en Mutual Benefit en Estados Unidos y parte de eso último lo envié a Luna”, asegura el exsenador al preguntársele el origen del dinero. Avellaneda explica que a él ya lo han cuestionado antes en medios de comunicación por sus recursos, como lo hizo este mismo diario en 2003, pero sostiene que está tranquilo al respecto.

“Tengo a mi favor una providencia de la Corte Suprema de Justicia, que me hizo una indagación preliminar sobre presunto enriquecimiento ilícito. La Corte decidió no abrir investigación, pues se estableció la licitud de mis recursos”, asegura. Se refiere al fallo del 17 de abril de 2007, en el que el alto tribunal indagó por el patrimonio del entonces senador del Polo Democrático a raíz de sus inversiones. Los ingresos de Avellaneda entre 2000 y 2002, año en que se posesionó como senador de la República por primera vez, justificaban el negocio, encontró el CTI de la Fiscalía.

El fallo indica que, en 2003, Avellaneda se acogió a una amnistía tributaria por los ingresos que omitió declarar en 2001 y 2002, pero en 2003, señaló él, “su situación tributaria [quedó] absolutamente regularizada”. El cuestionamiento a Avellaneda llegó por la revelación de supuestas operaciones de lavado de activos relacionadas con Mutual Benefit. “La Sala [Penal] concluye que no se presentan los posibles delitos de lavado de activos y de enriquecimiento ilícito que presuntamente se le imputan al H. Senador (…) tampoco existe incremento injustificado en [su] patrimonio”, dijo el alto tribunal.

Otra pregunta acerca del negocio de Avellaneda en Quarzo Bal Harbour tenía que ver con la manera en que envió los dineros: lo hizo por medio de una sociedad panameña llamada Eurorenaissance Holdings. ¿Por qué a nombre propio? “Yo fui objeto de extorsión por parte del Eln”, dice Avellaneda. Como siempre ha estado en mi cabeza la idea política de construir paz, no iba a hacer caso a esas extorsiones, las cuales en su momento denuncié y protegí mis recursos con Eurorenaissance. Yo era el único socio, pero no la volví a renovar, pues daba por perdida la plata de Bal Harbour”, la cual aparece relacionada en su declaración de renta. (Promotores colombianos del lujoso proyecto Quarzo Bal Harbour en Miami irían a juicio)

Él, al igual que los cientos de inversionistas de Quarzo Bal Harbour, llevan años sin ver los rendimientos prometidos ni la devolución de su capital. En febrero de 2018, Carlos Mahecha Díaz y Juan Arcila tuvieron que declarar la sociedad en bancarrota, por lo que la Corte de Quiebras del Distrito Sur de la Florida asignó un agente liquidador llamado Drew Dillworth. En febrero de este año, Dillworth le dijo a la Corte que Carlos Mahecha Díaz, su esposa Anastasia Casas y sus hijos Camilo y Felipe Mahecha Casas -todos involucrados con el manejo de Quarzo Bal Harbour- deberían ser llamados a juicio por 18 cargos.

Al revisar la contabilidad y los documentos de la compañía, Dillworth halló que los Mahecha Casas habrían sido irresponsables con los recursos de los inversores, al punto que habrían sacado de allí para cubrir gastos personales, como el mantenimiento de su apartamento en Miami o la cuota mensual de sus carros de alta gama. A Arcila lo detuvieron en diciembre del año pasado, le prohibieron salir del país y lo llamaron a juicio. Del indictment contra Arcila se concluye que él y los Mahecha Casas manejaron Quarzo Bal Harbour como una especie de pirámide, cubriendo huecos a medida que entraban nuevos recursos.

Según la justicia estadounidense, el proyecto Quarzo Bal Harbour era inviable financieramente desde 2008, pero sus socios continuaron captando dinero del público por ocho años más, hasta 2016. Dillworth resaltó que los Mahecha Casas tomaron recursos del proyecto hotelero incluso cuando ya era evidente que este iba en picada. Como reveló este diario, Juan Arcila aceptó cargos en febrero de este año y espera que en la primera semana de julio le dicten su sentencia, mientras a los Mahecha Casas acaban de llamarlos a juicio civil por este mismo asunto.

Este año se aprobó el primer pago a inversionistas para que traten de recuperar algo de lo que invirtieron. Lo quame muestran los papeles de la Corte de Quiebras del Distrito Sur es que, de la reclamación que hizo, el exsenador Avellaneda podría recibir no más del 10 %.

Promotores colombianos del hotel Quarzo Bal Harbour van a juicio...