“El dolor de una mamá no es igual”: un año buscando a Andrés Camilo Peláez
365 días dice en la publicación que hoy escribe Claudia Yepes, la mamá de Camilo, como le dice ella, en sus redes sociales. El joven desaparecido se ha convertido en un símbolo de los líderes ambientales de los que, cada tanto, se desconoce su paradero o son asesinados en Colombia. Esta es la historia de su búsqueda y lo que se sabe de la investigación al respecto.
Valentina Arango Correa
Quizá Claudia Yepes ya perdió la cuenta de las tantas oraciones diarias que ha encomendado por su hijo Andrés Camilo, pero hay una cuenta que no pierde, que no ha cesado de publicar ni un solo día en sus redes sociales. La publicación de hoy parece gritar, de nuevo: ¿Dónde está Camilo? 365 días desde que desapareció, un año sin él. Del ingeniero ambiental de 26 años, egresado de la Universidad Nacional, y contratista de Hidroituango, se sabe que su último paradero fue en la cabecera de San Andrés de Cuerquia (Antioquia) siendo la noche del 3 de abril de 2022.
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Quizá Claudia Yepes ya perdió la cuenta de las tantas oraciones diarias que ha encomendado por su hijo Andrés Camilo, pero hay una cuenta que no pierde, que no ha cesado de publicar ni un solo día en sus redes sociales. La publicación de hoy parece gritar, de nuevo: ¿Dónde está Camilo? 365 días desde que desapareció, un año sin él. Del ingeniero ambiental de 26 años, egresado de la Universidad Nacional, y contratista de Hidroituango, se sabe que su último paradero fue en la cabecera de San Andrés de Cuerquia (Antioquia) siendo la noche del 3 de abril de 2022.
Lo que se sabe de Andrés Camilo Peláez está en los recuerdos que evidencian su cordialidad, su humanidad, que no conciben una razón para que el joven haya desaparecido voluntariamente. Andrés Camilo realizaba un trabajo de campo con comunidades para la reforestación en la zona de Hidroituango. La empresa Williams Sale Partnership (WSP), a la que estaba vinculado con contrato hasta el 5 de mayo de 2022, es la encargada de realizar interventorías a los proyectos ambientales que incluyen las obras de la hidroeléctrica y lo transportaba en cada uno de sus viajes.
“Hasta que no aparezca Andrés Camilo, de alguna u otra forma, esté como esté, yo no voy a descansar”, dice Claudia Yepes. El último día que recibió una llamada de su hijo, aquel 3 de abril, se convirtió en el primer día de la búsqueda. Siendo las 8:54 de la noche ella colgó sin imaginarse que sería la última vez que escucharía su voz. Después, el joven salió del hotel Luz del Norte donde se hospedaba en San Andrés de Cuerquia siendo las 9:00 de la noche, pero nunca volvió, según se ve en las cámaras de seguridad. Tal parece que su última ubicación fue la casa de un hombre, de la que salió en supuesto estado de ebriedad para luego encontrarse con otros dos hombres.
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Luego, en la cámara de un establecimiento comercial, a una cuadra del parque principal del municipio, se observa que Andrés Camilo Peláez sube y baja por una calle. Esas serían las últimas imágenes en las que se ve claramente su rostro. Lo que hay ahora son un conjunto de fotos detenidas en murales, volantes y vallas que acompañan los rituales con los que se reitera su búsqueda. En casa de Claudia Yepes flores de Jericó, municipio en el que nació su hijo, acompañan una gran foto de él. En la vía hacia Hidroituango, unos carteles grandes de EPM disponen de las líneas de atención para acudir con información de su ubicación y describen que el joven vestía pantalón gris, camisa negra, tenis verdes oscuros y gorra negra.
En la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín ya no está la valla que estaba hace un año con la foto de “Milo”, como le decían sus amigos; pero sí hay dos murales: uno de ellos fue el que a finales de 2022 borraron las directivas de su alma máter, la academia que le otorgó el título de ingeniero ambiental y que volvieron a pintar sus compañeros, amigos, amigos de ellos, y otros que ni siquiera conoció Andrés Camilo Peláez, pero lo buscan en cada rostro de la ciudad. En una pared de la Universidad de Antioquia reposan cartas que le han escrito, algunas ya rasgadas y deterioradas con el paso del tiempo, el tiempo de la espera.
Los impulsos a la esperanza
Aunque la frustración por el paso de tantos días sin mayores respuestas parece arrebatarle parte de su esperanza, Claudia Yepes se ha visto motivada por momentos en los que su caso ha recibido la atención de las autoridades y los medios. En enero de este año, por ejemplo, durante una visita del presidente Gustavo Petro al municipio de Jericó (Antioquia), el mandatario le respondió a la petición de acelerar las investigaciones a la madre de Andrés Camilo: “El Gobierno tiene una comisión dedicada a la tarea de buscarlo y la dirige el ministro de Defensa, le he pedido elevar las recompensas, priorizar el caso, para que algún día encontremos a su hijo, sepamos qué pasó. Pero no crea el Gobierno está de espaldas al dolor de su corazón”.
El 16 de junio de 2022, la Gobernación de Antioquia aumentó la recompensa que inicialmente fue de $10 a $30 millones para quien entregue información sobre su paradero. Esto después de que familiares y amigos de Andrés Camilo lideraran una movilización en San Andrés de Cuerquia, la cual contó con participación del gobernador Aníbal Gaviria, en solidaridad con los familiares de personas víctimas de este delito. Hasta esa fecha, más de 14.000 personas continuaban desaparecidas en Antioquia, por causa del conflicto armado o por otras razones.
Estas respuestas de los mandatarios se dieron después de una serie de acciones lideradas por familiares, amigos y demás personas que se solidarizaron para impulsar la búsqueda. Las primeras apenas fueron una velatón el 10 de abril del 2022 en el parque principal de Jericó y otra el 12 abril en la portería de la Universidad Nacional sede Medellín, y hay una que no falta diariamente: el rezo de un rosario a las 8:00 de la noche que Claudia encabeza a través de una videollamada.
De alguna manera, obligada por las circunstancias, Claudia Yepes se convirtió en un referente de búsqueda. Varias mujeres, madres que buscan a sus hijos al igual que ella, comenzaron a llegar en busca de su consejo, de la fuerza que ella dice ya no tener. El 27 de octubre pasado, ella misma lideró a nivel nacional un plantón en memoria de las víctimas de desaparición forzada en el país. Viajó desde Jericó hasta el búnker de la Fiscalía de Medellín con algunos integrantes de su familia y se unió a otras personas de forma virtual que conoció ese día personalmente, las abrazó por primera vez. Antes de la protesta se había sentido mal, pero sabía de su compromiso con las otras personas que buscan. “Si yo me caigo, las demás se caen”, pensó.
Aunque para Claudia Yepes todo esto ha sido poco, si de poder dejar de trabajar pudiera, “yo me dedicaría mañana tarde y noche a buscar Andrés Camilo por todas partes, pero desafortunadamente tengo que trabajar para sobrevivir para apoyar a mi otro hijo en sus estudios, para pagar arriendo, para mercar”, dice con la impotencia de una madre que busca y afirma que su dolor es distinto y a su vez mayor. “El dolor de la mamá no es igual al del hermano, al del papá, al del tío, el primo, el amigo”, y explica, “porque es que la mamá lo tuvo en el vientre, porque es un hijo que nació de mí, salió de mí, de mi cuerpo, tiene mi sangre”.
Dos capturados, ninguna pista
Claudia dice que las autoridades sí han actuado para la búsqueda de su hijo, pero el hecho de que no lo hayan encontrado le demuestran que todo ha sido insuficiente. Siente que con el paso del tiempo ha disminuido la intensidad y que no se ven avances, es decir, respuestas o certezas sobre qué pasó con Andrés Camilo. Ella anhela verdad, información. “Hay algo en el fondo de mi corazón que me motiva a continuar con esa búsqueda, a mover oficinas, personas, redes sociales, eventos, o sea, donde yo tenga la oportunidad de ir a hablar y preguntar dónde está Andrés Camilo lo voy a hacer y voy a continuar en esta búsqueda”, dice.
Los hallazgos, hasta el momento no son tan nuevos a lo que ha sido divulgado en medios. Andrés Camilo Peláez salió a comer desde el Hotel Luz del Norte donde se hospedaba. Su última andanza quedó registrada en una cámara de seguridad de un local del municipio a eso de las 3:00 de la mañana. Posterior a esa hora, nada. Al medio día siguiente, Luis Miguel Calisto, coordinador de ingenieros de WSP fue quién solicitó el mecanismo de búsqueda urgente, ya que cuando fue a recogerlo al hotel donde lo dejó el día anterior y trató de ubicarlo no lo encontró.
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Fue así como, antes de averiguar con la familia si sabían algo de Andrés Camilo, la empresa ya había activado el mecanismo de búsqueda y además retiraron, junto con la Policía, y sin permiso de Claudia, sus objetos personales del hotel. Se otorgaron la facultad de hacerlo justificados en que había información de la empresa. En su momento, WSP le respondió en una carta al medio de comunicación El Armadillo que priorizaron informar a las autoridades, ya que su asesor de seguridad no contaba con datos de los familiares. Además, dijeron que retiraron las pertenencias por seguridad ya que esos objetos estaban expuestos en el alojamiento. Esta actuación ha sido sospechosa para la familia.
Sin embargo, los jóvenes que han sido capturados y relacionados con la desaparición de Andrés Camilo no tendrían relación con la empresa contratista de Hidroituango. Al parecer, hacían parte de la banda delincuencial Los Mesa, con origen en Bello (Antioquia). Inicialmente las autoridades indagaron sobre hipótesis como la de un suicidio en el río y hasta la de un secuestro, pero nunca hubo un llamado a pedir recompensa o alguna pista relacionada. Luego se concibió como una desaparición forzada. No fue sino hasta el 13 de septiembre de 2022, que una juez de control de garantías envió a la cárcel de Santa Rosa de Osos a José Fernando Chavarría Ramírez, alias Huevito, presunto responsable de la desaparición forzada del ingeniero.
Más tarde, el pasado 22 de febrero en 2023, fue capturado Juan Fernando Tapias Guzmán, alias Juancito, en Carolina del Príncipe (Antioquia), quién tampoco aceptó los cargos que una juez le imputó por el delito de desaparición forzada. Según la investigación adelantada por la Fiscalía, Juancito y Huevito fueron las dos últimas personas que vio el testigo con el ingeniero en San Andrés de Cuerquia. Sin embargo, no han dado respuestas al respecto y se han declarado inocentes. Según Claudia, que ha estado presente en las audiencias, quizás están temerosos de decir la verdad de lo que sea que sepan o, por el contrario, no tuvieron nada que ver con la desaparición de su hijo.
Por su parte, la abogada Luz Mercedes Valencia, quien representa a la familia Peláez Yepes, afirma que, a la fecha, se dispuso un equipo especial para que se dedicara solo al trabajo de ubicar a Andrés Camilo Peláez conformado por investigadores expertos en diferentes asuntos de la búsqueda. “Como apoderada de la víctima yo considero que sí hay un trabajo muy fuerte y sí hay un interés y un deseo de poder darle solución desde la justicia y darle respuestas a Claudia”, dice Valencia. Lo complejo ha sido la relación de los presuntos responsables de la desaparición con grupos delincuenciales de la región y que los capturados pueden estar bajo amenaza si comparten información. El proceso ahora se encuentra en etapa preparatoria de juicio.
El peligro de defender a la naturaleza en Colombia
Desde la firma del del Acuerdo de Paz en 2016, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) aseguró que 712 líderes ambientales han sido asesinados. Además, Colombia ocupa oprobioso primer lugar del mundo por crímenes contra defensores de la naturaleza, según el registro de la organización Global Witness desde 2012. Por eso, la investigación adelantada por la Fiscalía no ha descartado que la desaparición del ingeniero esté relacionada con los grupos armados que operan en la zona como el Clan del Golfo, el Eln y la banda “Los Pachelly”, que ahora y al parecer, delinquen en unión y nombre de “Los Mesa” en la región Norte de Antioquia.
Más que mencionarlo como el ingeniero desaparecido, su familia ha insistido en describirlo como un apasionado por la naturaleza, y el peligro, al que, por ser un defensor del medio ambiente, se ven amenazadas personas como él en Colombia. Según cifras de la Gobernación de Antioquia, el Registro Único de Víctimas (RUV) documentó en Colombia, entre el 1 de enero de 1985 y mayo de 2022, una suma de 9.263.826 víctimas, de las cuales el 20% corresponde a Antioquia, es decir que 1.868.183 personas han sido afectadas por la guerra este departamento.
(En contexto: UBPD dice que 104.602 personas fueron víctimas de desaparición en el conflicto)
De la anterior cifra corresponden a víctimas directas de desaparición forzada 12.464 personas en el marco del conflicto armado. Mientras que, el Sistema de Identificación y Registro de desaparecidos y cadáveres de Medicina Legal, en Antioquia, en el mismo periodo de tiempo, ha reportado 22.995 personas como desaparecidas, bajo cualquier modalidad, de 14.426 todavía se desconoce su paradero, esto es el 39% de los casos reportados.
Aunque Facebook le bloqueó a Claudia Yepes una de las cuentas en redes sociales con las que buscan a Andrés Camilo Peláez, a través de Twitter, Instagram y otro perfil de Facebook siguen buscándolo con una publicación diaria. La investigación judicial continúa, sin muchos avances, según la familia en su anhelo de verdad. Muchos detalles no se pueden revelar porque involucran a grupos que podrían poner en riesgo la investigación. Por ahora, este lunes, como un ritual para mantener intacta la fe en la que se han refugiado para encontrarlo, la comunidad de Jericó, amigos y vecinos realizarán una misa en la iglesia principal del municipio a las 6:30 de la tarde y una velatón en su memoria a las 8:00 de la noche.
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