El 'dossier' contra el general Flavio Buitrago
El Espectador revela las pruebas contra el oficial (r), quien según ‘Macaco’, les colaboró por una década. Defensa dice que es un complot.
Juan David Laverde Palma
En 16 páginas una fiscal de la Unidad de Lavado de Activos recogió todas las evidencias contra el general (r) de la Policía Flavio Eduardo Buitrago Delgadillo y le impuso el pasado 21 de marzo medida de aseguramiento por sus presuntos nexos con el Bloque Central Bolívar (BCB) de las autodefensas, al tiempo que le pidió a la Unidad de Derechos Humanos que indague si la supuesta colaboración del oficial con esa organización ilegal incluyó otra cadena de crímenes.
El Espectador conoció todo el documento y las declaraciones que salpican a Buitrago, exjefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Lo primero que llama la atención es que fueron agentes de la DEA en Miami los que le avisaron a la Fiscalía que en las cárceles de Estados Unidos circulaba con insistencia el nombre de Buitrago entre los narcoparamilitares extraditados a ese país. El 3 de diciembre de 2013 la fiscal de este caso se desplazó a Estados Unidos para recibirle declaración al exjefe del BCB, Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco.
Lo primero que reveló fue que conoció al entonces coronel Buitrago en 1996, cuando hacía parte del comando de la Policía de Antioquia, y que desde entonces y hasta 2006 estuvo en la nómina de los paramilitares que mensualmente era cancelada por Héctor Edilson Duque, alias Monoteto, asesinado en Argentina en el año 2008. Según Macaco, a Buitrago se lo presentaron dos jefes claves de la Oficina de Envigado, alias Danielito y alias Rogelio, y debido a su colaboración, desde 1996 recibió mensualmente cerca de $5 millones, que aumentaron a $15 millones cuando fue nombrado edecán en la Casa de Nariño en el año 2005, justamente en reemplazo del hoy extraditado general (r) Mauricio Santoyo.
El exjefe paramilitar recalcó que el Gaula al que pertenecía el entonces coronel Buitrago se convirtió “en un apéndice de las autodefensas” y que había un grupo especial de la Policía encargado de trabajar con los ‘paras’ “el tema de las limpiezas”. En el marco de la supuesta colaboración que entregó Buitrago se contaba la posibilidad de que esa organización pudiera transportar droga, hacer extorsiones o pedir ‘vacunas’. Con una particularidad: de acuerdo con Macaco, Buitrago “nos ayudaba con inteligencia, en movimientos del BCB; nosotros también tuvimos una avanzada como hace el Gobierno para moverse en la ciudad. Todos teníamos un esquema de seguridad y nos ayudaba el coronel Buitrago”.
Macaco incluso aseguró que Buitrago también colaboró con los narcotraficantes Luis Agustín Caicedo Velandia, Julio Lozano y Daniel El Loco Barrera. La Fiscalía ordenó rastrear todos estos nombres y en marzo pasado volvió a Miami para tomarles declaración a dos lugartenientes de Jiménez Naranjo: Alejandro Sánchez, alias Scooby Doo, y Nicolás Saavedra, alias Osama. Sus testimonios son calcados al sostener que aunque no conocieron a Buitrago, sí oyeron bastante mencionar su nombre como enlace del BCB, y que le pagaban $15 millones. Dicho dinero se lo entregaban a un capitán de apellido Aguilar, al parecer uno de los jefes de seguridad del excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo.
Ambos relataron que la información que daba el general Buitrago era muy apreciada y que su trabajo en “la Presidencia de la República” les ayudaba a que se pudieran movilizar por todo el país sin problemas. En sus señalamientos dijeron que el hoy oficial detenido les evitaba encontrarse con retenes de las autoridades, les colaboraba con la salida por algún aeropuerto y hasta “con la interceptación de líneas telefónicas de las personas que el grupo ilegal necesitara intervenir por cuestiones del conflicto”.
Por último, la Fiscalía recordó la declaración que el narcotraficante Jaime Dib Mor le entregó desde un centro correccional de Miami. Mor sostuvo que conoció a Buitrago por otro narco: Marco Antonio Gil, alias El Papero. Según dijo, siempre lo vio acompañar a Gil y hasta ayudarlo en negocios. Por ejemplo, recordó que hacia el año 2000 El Papero —condenado a seis años de prisión— compró un lote en la avenida las Américas, en Bogotá, y para evadir los soportes tributarios para justificar la compra puso cerca de US$2,2 millones en el exterior. La última parte de la entrega se la llevó en efectivo el coronel Flavio Buitrago a Mor. En total, US$600.000.
Al final, Mor declaró que Buitrago y Gil tenían una sociedad para prestar dinero y que en el año 2005 el oficial puso aparatos especializados para grabar llamadas en la fabrica Duratex, de propiedad de la familia de Gil, porque al parecer los estaban extorsionando las Farc. Para la Fiscalía no hay duda de que el general (r) Buitrago se enriqueció ilícitamente y recibió dineros producto del narcotráfico. Al contrastar su patrimonio se encontraron dos vacíos por cerca de $89 millones que los investigadores atribuyen a sus nexos non sanctos con el BCB.
De hecho, la Fiscalía consignó en su decisión que la casa que compró el general en el conjunto residencial Calatayud, la obtuvo con dinero en efectivo que llevó a una notaría en una maleta, “dinero ilegal que tenía que legalizar con la compra de dicha propiedad, que no pasó por una entidad bancaria porque era producto de las actividades ilícitas que cometía el grupo paramilitar BCB”. Durante su indagatoria, el oficial guardó silencio. Sus defensores sostienen que se trata de un complot de criminales que combatió y que hoy buscan rebajas procesales en Estados Unidos. Asimismo, agregaron que hay múltiples inconsistencias en sus testimonios que serán desvirtuadas en juicio y que la Fiscalía no tiene pruebas documentales más allá de unos chismes para enredar a un condecorado oficial de la Policía.
jlaverde@elespectador.com
@jdlaverde9
En 16 páginas una fiscal de la Unidad de Lavado de Activos recogió todas las evidencias contra el general (r) de la Policía Flavio Eduardo Buitrago Delgadillo y le impuso el pasado 21 de marzo medida de aseguramiento por sus presuntos nexos con el Bloque Central Bolívar (BCB) de las autodefensas, al tiempo que le pidió a la Unidad de Derechos Humanos que indague si la supuesta colaboración del oficial con esa organización ilegal incluyó otra cadena de crímenes.
El Espectador conoció todo el documento y las declaraciones que salpican a Buitrago, exjefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Lo primero que llama la atención es que fueron agentes de la DEA en Miami los que le avisaron a la Fiscalía que en las cárceles de Estados Unidos circulaba con insistencia el nombre de Buitrago entre los narcoparamilitares extraditados a ese país. El 3 de diciembre de 2013 la fiscal de este caso se desplazó a Estados Unidos para recibirle declaración al exjefe del BCB, Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco.
Lo primero que reveló fue que conoció al entonces coronel Buitrago en 1996, cuando hacía parte del comando de la Policía de Antioquia, y que desde entonces y hasta 2006 estuvo en la nómina de los paramilitares que mensualmente era cancelada por Héctor Edilson Duque, alias Monoteto, asesinado en Argentina en el año 2008. Según Macaco, a Buitrago se lo presentaron dos jefes claves de la Oficina de Envigado, alias Danielito y alias Rogelio, y debido a su colaboración, desde 1996 recibió mensualmente cerca de $5 millones, que aumentaron a $15 millones cuando fue nombrado edecán en la Casa de Nariño en el año 2005, justamente en reemplazo del hoy extraditado general (r) Mauricio Santoyo.
El exjefe paramilitar recalcó que el Gaula al que pertenecía el entonces coronel Buitrago se convirtió “en un apéndice de las autodefensas” y que había un grupo especial de la Policía encargado de trabajar con los ‘paras’ “el tema de las limpiezas”. En el marco de la supuesta colaboración que entregó Buitrago se contaba la posibilidad de que esa organización pudiera transportar droga, hacer extorsiones o pedir ‘vacunas’. Con una particularidad: de acuerdo con Macaco, Buitrago “nos ayudaba con inteligencia, en movimientos del BCB; nosotros también tuvimos una avanzada como hace el Gobierno para moverse en la ciudad. Todos teníamos un esquema de seguridad y nos ayudaba el coronel Buitrago”.
Macaco incluso aseguró que Buitrago también colaboró con los narcotraficantes Luis Agustín Caicedo Velandia, Julio Lozano y Daniel El Loco Barrera. La Fiscalía ordenó rastrear todos estos nombres y en marzo pasado volvió a Miami para tomarles declaración a dos lugartenientes de Jiménez Naranjo: Alejandro Sánchez, alias Scooby Doo, y Nicolás Saavedra, alias Osama. Sus testimonios son calcados al sostener que aunque no conocieron a Buitrago, sí oyeron bastante mencionar su nombre como enlace del BCB, y que le pagaban $15 millones. Dicho dinero se lo entregaban a un capitán de apellido Aguilar, al parecer uno de los jefes de seguridad del excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo.
Ambos relataron que la información que daba el general Buitrago era muy apreciada y que su trabajo en “la Presidencia de la República” les ayudaba a que se pudieran movilizar por todo el país sin problemas. En sus señalamientos dijeron que el hoy oficial detenido les evitaba encontrarse con retenes de las autoridades, les colaboraba con la salida por algún aeropuerto y hasta “con la interceptación de líneas telefónicas de las personas que el grupo ilegal necesitara intervenir por cuestiones del conflicto”.
Por último, la Fiscalía recordó la declaración que el narcotraficante Jaime Dib Mor le entregó desde un centro correccional de Miami. Mor sostuvo que conoció a Buitrago por otro narco: Marco Antonio Gil, alias El Papero. Según dijo, siempre lo vio acompañar a Gil y hasta ayudarlo en negocios. Por ejemplo, recordó que hacia el año 2000 El Papero —condenado a seis años de prisión— compró un lote en la avenida las Américas, en Bogotá, y para evadir los soportes tributarios para justificar la compra puso cerca de US$2,2 millones en el exterior. La última parte de la entrega se la llevó en efectivo el coronel Flavio Buitrago a Mor. En total, US$600.000.
Al final, Mor declaró que Buitrago y Gil tenían una sociedad para prestar dinero y que en el año 2005 el oficial puso aparatos especializados para grabar llamadas en la fabrica Duratex, de propiedad de la familia de Gil, porque al parecer los estaban extorsionando las Farc. Para la Fiscalía no hay duda de que el general (r) Buitrago se enriqueció ilícitamente y recibió dineros producto del narcotráfico. Al contrastar su patrimonio se encontraron dos vacíos por cerca de $89 millones que los investigadores atribuyen a sus nexos non sanctos con el BCB.
De hecho, la Fiscalía consignó en su decisión que la casa que compró el general en el conjunto residencial Calatayud, la obtuvo con dinero en efectivo que llevó a una notaría en una maleta, “dinero ilegal que tenía que legalizar con la compra de dicha propiedad, que no pasó por una entidad bancaria porque era producto de las actividades ilícitas que cometía el grupo paramilitar BCB”. Durante su indagatoria, el oficial guardó silencio. Sus defensores sostienen que se trata de un complot de criminales que combatió y que hoy buscan rebajas procesales en Estados Unidos. Asimismo, agregaron que hay múltiples inconsistencias en sus testimonios que serán desvirtuadas en juicio y que la Fiscalía no tiene pruebas documentales más allá de unos chismes para enredar a un condecorado oficial de la Policía.
jlaverde@elespectador.com
@jdlaverde9