Las andanzas criminales de Otoniel y por qué lo investigan
Dairo Antonio Úsuga pasó por el Epl, grupos paramilitares y desde hace varios años estaba al frente del Clan del Golfo. Su dossier criminal es de los más extensos de cualquier hombre en armas. Con su captura, tendrá que responder a la justicia colombiana por docenas de crímenes, incluidos casos aberrantes de violencia sexual.
Ocurrió en la vereda La Pita, cerca del municipio de Turbo (Antioquia). Hacia las tres de la tarde, un grupo de policías y militares capturaron en esa zona del país a Dairo Antonio Úsuga, el hombre que duraron buscando seis años y que, solo hasta la tarde del pasado 23 de octubre, lograron encontrar sin su vasto anillo de seguridad que lo protegió durante años.
(En contexto: Clan del Golfo: Capturan a alias Otoniel, el hombre más buscado del país)
La llamaron Operación Joseph 2 y, ahora, ante la justicia, Otoniel, como es más reconocido este narcotraficante colombiano, deberá responder por docenas de crímenes, seis sentencias que ya están en firme y al menos dos órdenes de extradición de Estados Unidos. Según la Policía, Úsuga es el responsable del soporte y expansión criminal del grupo armado organizado conformado por 3.800 integrantes.
EL Clan del Golfo, aseguran las autoridades, tiene influencia en 12 departamentos y 128 municipios de Colombia, a través de delitos como el narcotráfico, extorsión, homicidios selectivos contra líderes sociales, desplazamiento forzado, corrupción y acciones armadas contra la población y la Fuerza Pública. Su expansión y poder militar la logró en diferentes regiones del país absorbiendo estructuras criminales mediante alianzas y confrontaciones.
(Lea también: Detalles sobre el operativo de “Otoniel”, el hombre más buscado por las autoridades)
“Sus finanzas criminales están ligadas al manejo del tráfico internacional de cocaína hacia Centroamérica y Europa (...) Este resultado operacional impacta de manera directa el componente estratégico, estructural y financiero del Clan del Golfo, logrando desestabilizar la línea de mando de la organización criminal al neutralizar al principal articulador y responsable del tráfico internacional”, señaló la Policía y el Ejército luego de la captura,
Según las autoridades, está es la situación judicial de Otoniel: tiene seis sentencias condenatorias; 26 órdenes de capturas vigentes (101 están canceladas); siete medidas de aseguramiento, 33 investigaciones en SPOA; cuatro anotaciones vigentes; dos circulares rojas y una Azul de Interpol y solicitud de extradición por parte de las autoridades estadounidenses.
Delitos sexuales
Desde hace varios años, investigadores del Ejército y la Policía detectaron una práctica criminal usual entre los hombres de Otoniel y otros grandes jefes del Clan del Golfo: tenían esclavas sexuales para que podían ser niñas de entre 12 y 14 años quienes terminaban siendo obligadas a satisfacer sus perversos deseos sexuales.Según detalles de esa investigación, la mayoría de ellas eran de familias campesinas en situación de pobreza extrema de zonas rurales de municipios del Urabá antioqueño y chocoano.
(Lea también: El “dossier” oculto de la persecución a “Otoniel”: el hombre más buscado en Colombia)
Según la revista Semana, su plan era sencillo. En 20 días construía casa se manera dentro de la selva en donde no pasaba más de dos años. Su cuarto tenía una cama grande, colchón ortopédico de hasta $5 millones, una televisión plasma, señal satelital y una puerta de escape en caso de un operativo militar. “Tenemos un sinnúmero de casos donde este monstruo y alias Gavilán son unos de los principales generadores de delitos sexuales”, contó en su momento un investigador de la Policía. Por estos aberrantes casos, Otoniel también deberá darle la cara a la justicia.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Ocurrió en la vereda La Pita, cerca del municipio de Turbo (Antioquia). Hacia las tres de la tarde, un grupo de policías y militares capturaron en esa zona del país a Dairo Antonio Úsuga, el hombre que duraron buscando seis años y que, solo hasta la tarde del pasado 23 de octubre, lograron encontrar sin su vasto anillo de seguridad que lo protegió durante años.
(En contexto: Clan del Golfo: Capturan a alias Otoniel, el hombre más buscado del país)
La llamaron Operación Joseph 2 y, ahora, ante la justicia, Otoniel, como es más reconocido este narcotraficante colombiano, deberá responder por docenas de crímenes, seis sentencias que ya están en firme y al menos dos órdenes de extradición de Estados Unidos. Según la Policía, Úsuga es el responsable del soporte y expansión criminal del grupo armado organizado conformado por 3.800 integrantes.
EL Clan del Golfo, aseguran las autoridades, tiene influencia en 12 departamentos y 128 municipios de Colombia, a través de delitos como el narcotráfico, extorsión, homicidios selectivos contra líderes sociales, desplazamiento forzado, corrupción y acciones armadas contra la población y la Fuerza Pública. Su expansión y poder militar la logró en diferentes regiones del país absorbiendo estructuras criminales mediante alianzas y confrontaciones.
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“Sus finanzas criminales están ligadas al manejo del tráfico internacional de cocaína hacia Centroamérica y Europa (...) Este resultado operacional impacta de manera directa el componente estratégico, estructural y financiero del Clan del Golfo, logrando desestabilizar la línea de mando de la organización criminal al neutralizar al principal articulador y responsable del tráfico internacional”, señaló la Policía y el Ejército luego de la captura,
Según las autoridades, está es la situación judicial de Otoniel: tiene seis sentencias condenatorias; 26 órdenes de capturas vigentes (101 están canceladas); siete medidas de aseguramiento, 33 investigaciones en SPOA; cuatro anotaciones vigentes; dos circulares rojas y una Azul de Interpol y solicitud de extradición por parte de las autoridades estadounidenses.
Delitos sexuales
Desde hace varios años, investigadores del Ejército y la Policía detectaron una práctica criminal usual entre los hombres de Otoniel y otros grandes jefes del Clan del Golfo: tenían esclavas sexuales para que podían ser niñas de entre 12 y 14 años quienes terminaban siendo obligadas a satisfacer sus perversos deseos sexuales.Según detalles de esa investigación, la mayoría de ellas eran de familias campesinas en situación de pobreza extrema de zonas rurales de municipios del Urabá antioqueño y chocoano.
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Según la revista Semana, su plan era sencillo. En 20 días construía casa se manera dentro de la selva en donde no pasaba más de dos años. Su cuarto tenía una cama grande, colchón ortopédico de hasta $5 millones, una televisión plasma, señal satelital y una puerta de escape en caso de un operativo militar. “Tenemos un sinnúmero de casos donde este monstruo y alias Gavilán son unos de los principales generadores de delitos sexuales”, contó en su momento un investigador de la Policía. Por estos aberrantes casos, Otoniel también deberá darle la cara a la justicia.
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