El entramado de la parapolítica en Caldas
Siete exalcaldes procesados por nexos con los paramilitares son los primeros en la lista.
Alexánder Marín Correa
Tres decisiones judiciales revivieron el capítulo de la parapolítica regional en Caldas. La captura en las últimas dos semanas de dos exalcaldes del municipio de Manzanares, en el oriente del departamento, y la de un exalcalde de Aguadas, en el norte, demuestran que avanza la investigación para desnudar el entramado detrás de una relación criminal que se tejió entre autodefensas y líderes políticos, para manejar el poder a las buenas o a las malas.
Los primeros detenidos fueron Henry Ramírez Montes (alcalde 2001-2003) y Celio Aristizábal Mejía (alcalde 2004-2007), a quienes vincularon mediante indagatoria por sus presuntos nexos con el frente Ómar Isaza de las Auc del Magdalena Medio. Según desmovilizados, al parecer ambos dieron a las Auc dinero, mercados, combustibles y parte de la contratación del municipio. Además, estarían involucrados en el asesinato de José Daniel Pamplona Montes.
A estas capturas se sumó la de Óscar Diego Trujillo Sánchez, exalcalde de Aguadas, por sus posibles nexos con el frente Cacique Pipintá de las Auc. En su contra existen señalamientos similares a los dos exalcaldes de Manzanares. Su nombre estuvo en boca del país en marzo del 2005 cuando el propio Ernesto Báez lo señaló públicamente de ser el autor intelectual del asesinato del congresista Óscar González Grisales, asesinado en Manizales, otro político liberal caldense que tuvo fuertes vínculos con las Auc.
Estos nuevos casos se suman a los de otros exmandatarios del departamento salpicados por la parapolítica regional, como el del excongresista y exalcalde de Villamaría Jairo Alberto Llano (condenado); los exalcaldes de La Dorada Justo Capera Caicedo (condenado) y César Alzate Montes (acusado), y el exalcalde de Pácora Orlando Galvis Ríos (quien aceptó cargos). Este último llegó a ser subdirector de la Dirección Territorial de Salud, desde donde manejó la contratación. El grupo de procesados lo ciera el exalcalde de La Dorada Orlando Echeverry, quien se desmovilizó en febrero del 2006 con las Auc de Ramón Isaza. Total, son ocho políticos locales procesados penalmente por su supuesta cercanía con las Auc.
Sin embargo, la parapolítica en este departamento había comenzado con el escándalo nacional. Hoy están condenados los excongresistas Enrique Emilio Ángel Barco y Dixon Ferney Tapasco Triviño (Partido Liberal); está terminando el juicio de Juan Pablo Sánchez Morales (Partido Liberal), y siguen en investigación preliminar la excongresista Adriana Gutiérrez y del senador Mauricio Lizcano Arango, ambos del Partido de la U. A este grupo se sumaría el fallecido Víctor Renán Barco, que para la época de su muerte lo investigaban por nexos con alias ‘Cuco Vanoy’, jefe las Auc. Todo este escándalo también alcanzó a salpicar al exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, contra quien emitieron auto inhibitorio.
Sin embargo, esta situación no es de sorprender, si se tiene en cuenta que Caldas fue un departamento sitiado por los paramilitares, al albergar a importantes jefes de la organización ilegal como Ramón Isaza Arango, catalogado como el Manuel Marulanda Vélez de los paramilitares, quien pese a vivir en el extremo suroriental de Antioquia, fue el oriente de Caldas la zona donde tuvo mayor influencia; también Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, quien nació en Aguadas (Caldas) y se convirtió en el jefe político de la organización a nivel nacional, y Hernán Giraldo, jefe del bloque Resistencia Tayrona, quien nació en el corregimiento de San Bartolo, del municipio de Pácora (Caldas), y dejó su tierra para sumarse a la organización criminal en Santa Marta.
Hasta 2007 operaron en este departamento dos poderos frentes de las Auc. El Cacique Pipintá, al mando de Ernesto Báez y Alberto Guerrero, quienes ejercieron fuerte influencia en el norte, centro y occidente del departamento. Su mayor dominio fue en Aguadas, La Merced, Pácora, Filadelfia, Salamina, Neira, Manizales, Chinchiná y Villamaría. Por el oriente operaron las Auc del Magdalena Medio, con dominio en Norcasia, Manzanares, parte de Pensilvania, Victoria y La Dorada. En total, las Auc hicieron presencia en casi el 80% de Caldas.
Al grupo de ‘Báez’ lo acabaron militarmente. El de Isaza se desmovilizó en febrero del 2006 en medio del proceso de paz con el Gobierno. Hoy, todos los procesados como parte de la parapolítica regional son apenas la punta del iceberg de la influencia política que tuvieron las Auc. Las investigaciones que se han adelantado ha sido con dificultades, especialmente para establecer hasta dónde tejieron sus redes.
Hoy, a pesar de que en el departamento funciona una Fiscalía de Justicia y Paz, su trabajo no ha avanzado ya que el Gobierno no aceptó como reinsertados a los miembros del Pipintá, quienes pese a su voluntad de colaborar, no los escucharon. Hoy muchos políticos parecen respirar tranquilos, protegidos por la decisión del Gobierno.
Tres decisiones judiciales revivieron el capítulo de la parapolítica regional en Caldas. La captura en las últimas dos semanas de dos exalcaldes del municipio de Manzanares, en el oriente del departamento, y la de un exalcalde de Aguadas, en el norte, demuestran que avanza la investigación para desnudar el entramado detrás de una relación criminal que se tejió entre autodefensas y líderes políticos, para manejar el poder a las buenas o a las malas.
Los primeros detenidos fueron Henry Ramírez Montes (alcalde 2001-2003) y Celio Aristizábal Mejía (alcalde 2004-2007), a quienes vincularon mediante indagatoria por sus presuntos nexos con el frente Ómar Isaza de las Auc del Magdalena Medio. Según desmovilizados, al parecer ambos dieron a las Auc dinero, mercados, combustibles y parte de la contratación del municipio. Además, estarían involucrados en el asesinato de José Daniel Pamplona Montes.
A estas capturas se sumó la de Óscar Diego Trujillo Sánchez, exalcalde de Aguadas, por sus posibles nexos con el frente Cacique Pipintá de las Auc. En su contra existen señalamientos similares a los dos exalcaldes de Manzanares. Su nombre estuvo en boca del país en marzo del 2005 cuando el propio Ernesto Báez lo señaló públicamente de ser el autor intelectual del asesinato del congresista Óscar González Grisales, asesinado en Manizales, otro político liberal caldense que tuvo fuertes vínculos con las Auc.
Estos nuevos casos se suman a los de otros exmandatarios del departamento salpicados por la parapolítica regional, como el del excongresista y exalcalde de Villamaría Jairo Alberto Llano (condenado); los exalcaldes de La Dorada Justo Capera Caicedo (condenado) y César Alzate Montes (acusado), y el exalcalde de Pácora Orlando Galvis Ríos (quien aceptó cargos). Este último llegó a ser subdirector de la Dirección Territorial de Salud, desde donde manejó la contratación. El grupo de procesados lo ciera el exalcalde de La Dorada Orlando Echeverry, quien se desmovilizó en febrero del 2006 con las Auc de Ramón Isaza. Total, son ocho políticos locales procesados penalmente por su supuesta cercanía con las Auc.
Sin embargo, la parapolítica en este departamento había comenzado con el escándalo nacional. Hoy están condenados los excongresistas Enrique Emilio Ángel Barco y Dixon Ferney Tapasco Triviño (Partido Liberal); está terminando el juicio de Juan Pablo Sánchez Morales (Partido Liberal), y siguen en investigación preliminar la excongresista Adriana Gutiérrez y del senador Mauricio Lizcano Arango, ambos del Partido de la U. A este grupo se sumaría el fallecido Víctor Renán Barco, que para la época de su muerte lo investigaban por nexos con alias ‘Cuco Vanoy’, jefe las Auc. Todo este escándalo también alcanzó a salpicar al exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, contra quien emitieron auto inhibitorio.
Sin embargo, esta situación no es de sorprender, si se tiene en cuenta que Caldas fue un departamento sitiado por los paramilitares, al albergar a importantes jefes de la organización ilegal como Ramón Isaza Arango, catalogado como el Manuel Marulanda Vélez de los paramilitares, quien pese a vivir en el extremo suroriental de Antioquia, fue el oriente de Caldas la zona donde tuvo mayor influencia; también Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, quien nació en Aguadas (Caldas) y se convirtió en el jefe político de la organización a nivel nacional, y Hernán Giraldo, jefe del bloque Resistencia Tayrona, quien nació en el corregimiento de San Bartolo, del municipio de Pácora (Caldas), y dejó su tierra para sumarse a la organización criminal en Santa Marta.
Hasta 2007 operaron en este departamento dos poderos frentes de las Auc. El Cacique Pipintá, al mando de Ernesto Báez y Alberto Guerrero, quienes ejercieron fuerte influencia en el norte, centro y occidente del departamento. Su mayor dominio fue en Aguadas, La Merced, Pácora, Filadelfia, Salamina, Neira, Manizales, Chinchiná y Villamaría. Por el oriente operaron las Auc del Magdalena Medio, con dominio en Norcasia, Manzanares, parte de Pensilvania, Victoria y La Dorada. En total, las Auc hicieron presencia en casi el 80% de Caldas.
Al grupo de ‘Báez’ lo acabaron militarmente. El de Isaza se desmovilizó en febrero del 2006 en medio del proceso de paz con el Gobierno. Hoy, todos los procesados como parte de la parapolítica regional son apenas la punta del iceberg de la influencia política que tuvieron las Auc. Las investigaciones que se han adelantado ha sido con dificultades, especialmente para establecer hasta dónde tejieron sus redes.
Hoy, a pesar de que en el departamento funciona una Fiscalía de Justicia y Paz, su trabajo no ha avanzado ya que el Gobierno no aceptó como reinsertados a los miembros del Pipintá, quienes pese a su voluntad de colaborar, no los escucharon. Hoy muchos políticos parecen respirar tranquilos, protegidos por la decisión del Gobierno.