El esquema de contrabando por el que fue capturada la diseñadora Nancy González
De las grandes pasarelas de modas a los estrados judiciales: así se encuentra la reconocida empresaria señalada de conspirar y contrabandear a Estados Unidos bolsos hechos con piel de reptil. El Espectador conoció la acusación en su contra.
Daniel Osorio Posada / Dosorio@elespectador.com
Los bolsos de piel de la diseñadora colombiana Nancy González de Barberi son reconocidos como accesorios de lujo en el mundo de la moda. Uno solo puede costar hasta $18 millones, según los precios de la reconocida tienda Saks Fifth Avenue, en donde todavía están en venta sus diseños, pese a que fue capturada el pasado viernes en su lujosa residencia en Cali. Las carteras de pieles de pitón, caimán o babilla han hecho parte de la Semana de la Moda de Nueva York y de colaboraciones con artistas de talla mundial. Ahora no es noticia su éxito, sino sus líos con la justicia de Estados Unidos. El Espectador conoció los detalles del expediente que la tiene encarando un proceso de extradición.
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Los bolsos de piel de la diseñadora colombiana Nancy González de Barberi son reconocidos como accesorios de lujo en el mundo de la moda. Uno solo puede costar hasta $18 millones, según los precios de la reconocida tienda Saks Fifth Avenue, en donde todavía están en venta sus diseños, pese a que fue capturada el pasado viernes en su lujosa residencia en Cali. Las carteras de pieles de pitón, caimán o babilla han hecho parte de la Semana de la Moda de Nueva York y de colaboraciones con artistas de talla mundial. Ahora no es noticia su éxito, sino sus líos con la justicia de Estados Unidos. El Espectador conoció los detalles del expediente que la tiene encarando un proceso de extradición.
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Según el indictment (acusación) en su contra, González es señalada por una Corte del Distrito Sur de Florida de haber cometido los delitos de conspiración y contrabando. Según las autoridades estadounidenses, la diseñadora realizó y coordinó varios viajes a Estados Unidos con el fin de trasladar los productos que, posteriormente, fueron comercializados en todas las boutiques de la marca Nancy González. En estas operaciones, al parecer ilegales, habrían participado otros dos colombianos: Diego Rodríguez y John Camilo Aguilar, empleados de las empresas de González, quienes también fueron capturados con fines de extradición.
Los diseños de Nancy González de Barberi se han consolidado como unos de los más importantes a escala internacional, sobre todo en el terreno de las carteras hechas de cuero de reptiles. Sus diseños, por ejemplo, fueron reconocidos por el Museo Metropolitano de Nueva York, al incluir uno de sus bolsos en los 65 artículos más destacados de la moda desde el siglo pasado hasta la actualidad. Además, sus accesorios han hecho parte del vestuario de películas como Sex and the City y El diablo viste a la moda. Asimismo, ha colaborado con artistas de la talla de Jenny Holzer, Lawrence Weiner y Kaws, y celebridades como Britney Spears y Sofía Vergara han usado sus carteras.
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En la acusación en contra de los capturados se lee que los tres habrían conspirado para importar clandestinamente a Estados Unidos productos hechos de especies protegidas por la ley federal. González y sus empleados, dice el documento, debían tener un permiso especial para ingresar las carteras hechas de pieles de babillas, serpientes y caimanes y poder venderlas en vitrinas de tiendas de lujo. Sobre la manera de operar, la investigación señala que alrededor de 300 carteras que trasladaron al extranjero fueron enviadas a través de vuelos comerciales, sin los permisos exigidos.
Incluso, dicen las autoridades, existen reportes de que, en varias ocasiones, la propia empresaria González viajó sin certificar la mercancía que llevaba con ella. El indictment en contra de la reputada diseñadora señala que fueron alrededor de diez vuelos comerciales los que se usaron para trasladar la mercancía que llegaba a Gzuniga Ldta., una empresa creada por González en 2007, con sede en Nueva York, y tenía como finalidad la venta de bolsos de diseñador en piel de pitón y caimán. Una vez los accesorios estaban en suelo estadounidense, las carteras también eran enviadas a tiendas en otros países, como Emiratos Árabes Unidos, Canadá y Corea del Sur.
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Estos últimos países, como Colombia y Estados Unidos, son Estados miembros de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES por sus siglas en inglés). Su objetivo es velar para que “el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para la supervivencia de las especies”. Precisamente, González debía tener una certificación de esta entidad en la que quedara claro que sus productos cumplían con las reglas internacionales. Sin embargo, dice la acusación, esos documentos nunca los tuvo.
Aunque las autoridades tienen la lupa puesta sobre González y sus posibles cómplices, la investigación ha arrojado otros nombres, entre los que se encuentra la ciudadana Paola Soto, quien habría viajado en un vuelo de American Airlines desde Colombia a Miami con aproximadamente 28 carteras de diseñador en piel de caimán, sin los permisos necesarios ni ninguna declaración. Soto, según el indictment, tenía intención de que esos bolsos fueran vendidos en el showroom de Nancy González en Nueva York. Para las autoridades estadounidenses, la diseñadora habría “violando la ley federal, enriqueciéndose a partir de la venta de productos contrabandeados a los Estados Unidos”, indica el documento.
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Durante casi 24 años de carrera en el mundo de la moda, González no había sido salpicada en ningún escándalo. Por el contrario, era reconocida por fundar sus dos empresas: Gzuniga Ldta., ubicada en la exclusiva Quinta Avenida de Nueva York, que es subsidiada de una compañía dedicada a la manufactura de estos exclusivos bolsos en Yumbo (Valle del Cauca). Previo a sus líos jurídicos, la diseñadora colombiana había logrado consolidarse como una de las empresarias de accesorios más relevantes del circuito mundial de la moda.
Ahora, su futuro está en manos de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, que tiene la última palabra en la decisión de si González debe ser extraditada. El escenario para la empresaria, ahora, es una celda en Cali a la espera de su posible liberación por supuestas irregularidades en la legalización de su captura y en el allanamiento a la vivienda donde fue ubicada. Después, la diseñadora deberá esperar que las instituciones judiciales de Colombia otorguen las firmas para su extradición, para luego ser enjuiciada en el mismo país donde acaudalados pagan fortunas por sus diseños.