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Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, fue hasta hace unos días el principal líder del Clan del Golfo y el hombre más buscado de Colombia. Su captura se dio en la región de Urabá (Antioquia) en el marco de la Operación Agamenón, una ofensiva conjunta entre las Fuerzas Militares, Policía y Fiscalía para acabar con ese grupo armado. Otoniel, nacido en Turbo (Antioquia) durante la década de 1970, era conocido en el mundo criminal por su amplia trayectoria en grupos armados, pues sus comienzos fueron en el Ejército Popular de Liberación (Epl) a los 16 años, después de su desmovilización pasó a las filas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) y luego a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
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Tras su segunda desmovilización de las Auc, Otoniel regresó a las armas en 2007 con uno de sus antiguos camaradas del grupo paramilitar: Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario. Juntos conformaron la organización que hasta hace unos días dirigió como máximo líder: el Clan del Golfo (aunque antes se hicieron llamar Los Urabeños). Con este nuevo grupo armado, Úsuga se perfiló como uno de los capos más relevantes en Colombia, pues el Clan del Golfo recuperó el control de las actividades criminales que tenían las Auc, principalmente el narcotráfico. Según las autoridades, Otoniel y su organización son responsables de la mitad de droga que ha salido de Colombia en los últimos años, además de crear importantes alianzas internacionales, la más reconocida con el cartel de Sinaloa del Chapo Guzmán.
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Con la presencia que ganó el Clan del Golfo a los pocos años de su creación en 2007, la fuerza pública decidió frenarlo. En 2015, el gobierno de Juan Manuel Santos lanzó la Operación Agamenón con el único propósito de acabar con esa organización, que para entonces ya contaba con al menos 1.500 hombres en sus filas. La captura de Otoniel no era deseo solamente del Gobierno colombiano, pues hasta Estados Unidos, a través de la DEA, ofreció una recompensa de US$5 millones. La que sería la operación más grande contra esa organización tuvo sus primeros resultados en 2017 con la muerte de Roberto Vargas Gutiérrez, alias Gavilán, segundo al mando del Clan del Golfo, quien cayó en una operación militar en el Urabá antioqueño.
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Con la muerte de su sucesor en la línea de mando, Otoniel expresó que se quería acoger a la justicia y obtener algunos de los beneficios que habían conseguido las Farc con la firma del Acuerdo de Paz. Sin embargo, obtuvo una negativa y feroz persecución contra él y sus aliados. Desde 2015 han sido capturados o dados de baja algunos de sus familiares y aliados en el narcotráfico, pero lo que va corrido del presente año se han dado los mayores resultados de la Operación Agamenón. El año inició con la extradición de Diego Fernando Coca, alias Platino, hombre de confianza de Otoniel, el pasado 26 de enero. El segundo gran golpe fue la captura, en marzo, de Nini Johana Úsuga, alias la Negra, hermana de Dairo Antonio Úsuga y presunta jefa de finanzas del Clan del Golfo.
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Los golpes contra el Clan no han cesado. En junio, el Gobierno aprobó la extradición a Estados Unidos de Alexánder Montoya Úsuga, alias el Flaco, primo de Otoniel. Además, la fuerza pública logró dos grandes golpes financieros con la captura de Jhon Freddy Zapata, alias Messi, quien al parecer era el que lavaba el dinero de la organización criminal en Quindío, Córdoba, Antioquia y Risaralda; en esa operación las autoridades hicieron el secuestro de 33 inmuebles avaluados en $4 billones. El segundo fue la captura de Juan José Valencia, alias Falcón, quien, según las autoridades, aportaba $60.000 millones mensuales a la organización del capo Otoniel.
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Finalmente, este 23 de octubre ocurrió el golpe más grande y, según el presidente Iván Duque, definitivo contra el Clan del Golfo: la captura de Dairo Antonio Úsuga. El hecho se dio en la vereda La Pita, del municipio de Turbo (Antioquia), donde falleció el intendente Edwin Guillermo Blanco, quien participó en la captura. El capo deberá ahora responder por sus crímenes en Colombia y Estados Unidos. Según los datos que maneja la Fiscalía, Úsuga enfrenta al menos 122 órdenes de captura por delitos como homicidio, reclutamiento ilícito, concierto para delinquir, secuestro extorsivo, terrorismo, porte ilegal de armas, narcotráfico y delitos sexuales (un episodio del que tiene mucho por decir, pues los investigadores lo tienen perfilado como un depredador sexual que abusa de menores de edad).
Aparte de estas órdenes de captura, tiene seis condenas en firme y se espera que enfrente la extradición a Estados Unidos en los próximos días. Allí tendrá que comparecer ante la Corte del Distrito Sur de Florida, la Corte del Distrito Oriente de Nueva York y la Corte del Distrito Sur de Nueva York, que lo requieren desde la década pasada por delitos relacionados con el porte de armas y narcotráfico. Según la justicia estadounidense, Otoniel podría enfrentar la cadena perpetua en ese país. Mientras se va aclarando su situación jurídica y el lugar de la cárcel donde permanecerá detenido, la preocupación para las autoridades y quienes conocen las entrañas del Clan del Golfo se concentra en una pregunta: ¿quién será el heredero de Otoniel?
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