El giro del “Tuso” Sierra: de acusador de los Uribe a testigo en favor del expresidente
Juan Carlos el “Tuso” Sierra declaró hace varios años que, cuando Álvaro Uribe era presidente, fraguó con exparamilitares un complot contra un magistrado; que su hermano Santiago Uribe era narco y que su primo Mario Uribe lo ayudaba. Ahora, es el as bajo la manga de la defensa del expresidente con la versión de una reunión en 2009 que tres de los presentes desmienten. Ni siquiera lo que dice el abogado del “Tuso” coincide con este.
“Hoy fui reseñado como el “preso #1087985”. Con esa frase, publicada el pasado 12 de agosto a las 11:03 de la mañana, Álvaro Uribe quedó para la historia como el primer expresidente colombiano privado de la libertad por orden judicial. La imagen que le tomaron para la reseña la divulgó él mismo, y en el mensaje el senador dejó claro, una vez más, cuál cree él que es el motivo por el que está bajo investigación por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal: “Por confrontar testimonios en mi contra comprados por Farc, su nueva generación y sus aliados”. La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, por su parte, compiló en 1.554 páginas las evidencias del proceso y las razones de la detención. (Las pruebas contra Uribe son “claras, inequívocas y concluyentes”: Corte Suprema)
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“Hoy fui reseñado como el “preso #1087985”. Con esa frase, publicada el pasado 12 de agosto a las 11:03 de la mañana, Álvaro Uribe quedó para la historia como el primer expresidente colombiano privado de la libertad por orden judicial. La imagen que le tomaron para la reseña la divulgó él mismo, y en el mensaje el senador dejó claro, una vez más, cuál cree él que es el motivo por el que está bajo investigación por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal: “Por confrontar testimonios en mi contra comprados por Farc, su nueva generación y sus aliados”. La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, por su parte, compiló en 1.554 páginas las evidencias del proceso y las razones de la detención. (Las pruebas contra Uribe son “claras, inequívocas y concluyentes”: Corte Suprema)
Se van a cumplir dos semanas desde que conoció esta determinación de la Corte y, hasta la fecha, ni el expresidente ni sus defensores han querido conceder entrevistas a medios de comunicación. Jaime Granados, abogado defensor del senador para este caso, se ha limitado a publicar comunicados de prensa en los que ha ido reaccionando, sobre todo, a publicaciones periodísticas que dan detalles del expediente judicial más importante de la década. Hasta el viernes pasado, Granados había emitido cinco comunicados, de los cuales dos se referían a un mismo tema: Juan Carlos el Tuso Sierra. “El presidente Álvaro Uribe no tuvo nunca contacto directo con el Tuso Sierra”, dijo Granados en el último.
Por todo lo que ha pasado esta semana, está claro que para la estrategia de defensa del expresidente, el condenado narcotraficante Tuso Sierra es una ficha clave. En los comunicados, Granados insistió en que Uribe no ha tenido contacto “personal y directo” con Sierra, como lo afirmó la Corte Suprema en su documento del pasado 3 de agosto. En el comunicado anterior, Granados reprochó que la Corte, a la fecha, no haya escuchado a Sierra. “Es inaudito”, expresó el penalista. “A lo largo del proceso se insistió constantemente en la necesidad de oír a estas personas, sin que ello fuera posible”. Granados hablaba en plural porque se refería también al diputado Roque Arismendi y a Juan Manuel Aguilar.
Arismendi (un diputado antioqueño del Centro Democrático) y Aguilar (quien, al parecer, ha jugado fútbol con el Tuso) habrían sido la ruta para que un abogado de Uribe, Diego Cadena, llegara a Sierra en 2018, luego de que la Corte Suprema ordenara investigar a Uribe por posible manipulación de testigos. Según las interceptaciones de Uribe, el 12 de marzo de ese año -casi un mes después de saber que sería investigado-, el senador llamó a su abogado Cadena para “contarle una historia delicada”. “Coja papel y lápiz”, le dijo Uribe antes de empezar a hablar. Luego, le contó que por “amigos en Antioquia” se enteró de que a Sierra, en 2009, Piedad Córdoba e Iván Cepeda le ofrecieron prebendas como un asilo en Europa para que testificara en contra suya.
Cadena le contestó: “Cuando yo contacté a este señor para que nos esclareciera mediante una declaración extrajuicio, él me mandó esta razón, me dice: mire, yo para dar cualquier declaración debo pedirles permiso a mis agentes de Washington. Yo le voy a pedir nuevamente y respetuosamente al señor que nos adelante, para asegurar la verdad, presidente”. Para la Corte, esa respuesta de Cadena dejó en evidencia que la advertencia de coger “papel y lápiz” era en vano, que para el momento de esa llamada Cadena no solo conocía de antemano la historia del Tuso sino que, incluso, ya había hecho acercamientos para que él dejara por escrito esa versión y se le hiciera llegar a la Corte, como ocurrió en agosto de 2018. (Caso Uribe: desde EE.UU, el “Tuso” Sierra reitera su versión en favor del expresidente)
“Si el país conociera el expediente, algo en lo que hemos insistido, podrá advertir que el presidente no fue quien buscó al Tuso Sierra, tampoco orientó el contenido de sus versiones, ni mucho menos hizo ofrecimientos a este para que declarara en cualquier sentido”, manifestó Granados hace unos días. La Sala de Instrucción, de hecho, reconoció que no había pruebas para afirmar que al Tuso Sierra se le ofrecieron beneficios a cambio de declarar para favorecer a Uribe. Un escenario distinto al de testigos como los exparamilitares como Carlos Enrique Vélez (alias Víctor) o Eurídice Cortés (alias Diana), quienes recibieron dinero del exabogado de Uribe, Diego Cadena, y por eso él también está bajo investigación y detenido. Cadena niega haber pagado sobornos.
Según el documento de la Sala de Instrucción de la Corte, lo que esta no entiende es cómo Uribe y quienes lo rodean pasaron, de la noche a la mañana, de rechazar sus versiones a considerarlo un testigo clave para develar el supuesto cartel de testigos que habría formado en su contra el senador Iván Cepeda. “Resulta bastante extraño que el senador concediera toda credibilidad al dicho ‘espontáneo’ de Juan Carlos Sierra Ramírez sin más, cuando, como sucedió en el pasado, declaró de manera directa, pero en su contra y la de su familia, debiendo por lo menos este solo hecho, llevarlo a sospechar y por ello mismo a auscultar su nueva posición y versión”. (Mike Pence pide que Álvaro Uribe pueda defenderse como un hombre libre)
Un narco vestido de “para”
Los caminos de Álvaro Uribe y del condenado narcotraficante se cruzaron por primera vez durante el proceso de desmovilización de los grupos paramilitares, proceso que lideró Uribe mientras era presidente de la República. En 2002, señala Verdad Abierta, Sierra llegó a Santa Fe de Ralito de la mano de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna y “dentro de las pruebas aportadas por la Fiscalía 45 figuran testimonios de varios exjefes paramilitares que, tras recordar el episodio, coincidieron en señalar su sorpresa por la presencia de “el Tuso’ Sierra en la mesa de negociaciones”, se lee en un trabajo periodístico de ese portal, que se especializó en cubrir el programa de Justicia y Paz.
Entre los jefes paramilitares sorprendidos con la presencia del Tuso en Ralito figuraban Julián Bolívar, H.H. o Raúl Hasbún, más conocido como Pedro Bonito. En 2010, ante fiscales de Justicia y Paz, alias Ernesto Báez -quien falleció el año pasado- contó que, al verlo en Ralito, el alto comisionado de paz de Uribe, Luis Carlos Restrepo, lo sacó vociferando: “Usted es un narcotraficante pedido en extradición, y no tengo noticia de que haya pertenecido a la organización de las AUC. Si no se retira no inicio la reunión. Y Sierra salió como perro regañado”, contó Báez. Ese precedente, sin embargo, no evitó que Sierra se desmovilizara como paramilitar ni que Uribe frenara su extradición. (“Hubo 12 mil infiltrados en la desmovilización paramilitar”: Iván R. Duque, exjefe de las Auc)
En 2002, justo el año en que arrancaron las negociaciones con los paramilitares para que dejaran las armas, la Corte Suprema de Justicia dio luz verde para la extradición de Sierra por cargos de narcotráfico. Pero en Colombia el requisito es que esa luz verde la den la Corte y el gobierno, y el gobierno Uribe paró en seco la extradición de Sierra, cuatro años más tarde, argumentando que este no sería trasladado a Estados Unidos siempre y cuando cumpliera los requisitos de la Ley 975. Es decir, justicia, verdad y reparación para las víctimas. Para ese momento, ya Sierra figuraba como desmovilizado de las AUC, específicamente, del Bloque Héroes de Granada.
En la madrugada del 13 de mayo de 2008, una inesperada decisión lo tomó a él y a 12 exparamilitares más por sorpresa: el gobierno había aprobado su extradición. Uribe señaló que habían seguido delinquiendo después de la desmovilización y que, por eso, no le quedaba de otra que enviarlos a Estados Unidos. Afectados por la decisión como Salvatore Mancuso reclamaron que la decisión del gobierno tenía otro trasfondo, el de callarlos, pues varios de ellos ya habían empezado a aportar en Justicia y Paz detalles de, por ejemplo, la connivencia entre “paras” y militares que llevó a la comisión de los más horrorosos crímenes en el país.
Sierra fue expulsado de Justicia y Paz y, en 2015, la Corte Suprema de Justicia dejó en firme esa decisión. El alto tribunal respaldó la determinación que antes había tomado el Tribunal Superior de Medellín con base en un argumento: que el Tuso Sierra utilizó el Bloque Héroes de Granada para desarrollar actividades de narcotráfico. Para el Tribunal, y así lo ratificó la Corte, era claro que Sierra era un narcotraficante puro, no un paramilitar. A partir de ese momento, Sierra quedó con investigaciones en la justicia ordinaria colombiana por delitos tan graves como lavado de activos y concierto para delinquir, y perdió la posibilidad de recibir una condena que no pasara de los ocho años en prisión.
2009: la cuestionada reunión
Cuando los exparamilitares partieron hacia EE. UU., los primeros en protestar fueron las víctimas. “Conmigo extraditaron la verdad”, dijo el exjefe “para” Salvatore Mancuso, y el tema no pasó por alto en el Congreso. Por eso, el 12 de mayo de 2009, el Senado aprobó la Resolución 181 para que los entonces senadores Piedad Córdoba y Rodrigo Lara viajaran a Estados Unidos. En el Congreso se creó la “Comisión accidental de seguimiento a los procesos que se adelantan en Estados Unidos a los extraditados jefes paramilitares y miembros de las Farc”. En ese viaje, que se hizo en junio de ese año, se realizó la famosa reunión en la que, según el Tuso Sierra, le ofrecieron prebendas para hablar contra Uribe.
El encuentro fue en una cárcel de Washington, donde estaban recluidos el Tuso Sierra y Salvatore Mancuso, y no contó solo con los congresistas. Estuvieron también Iván Cepeda, quien para entonces iba en representación del Movimiento Víctimas de Estado (Movice) -llegó al Congreso en 2010-, y Danilo Rueda, de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. El mismo Sierra ha admitido que todos ellos lo visitaron en la cárcel. Estaba presente también su abogado, Manuel Retureta. De esa reunión quedaron unos informes remitidos al Congreso por Córdoba y por Lara, que este diario conoció, al igual que la Corte Suprema. Y un documento que se envió en sobre lacrado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que esta ya remitió a la Corte Suprema.
Nueve años después de ese encuentro, en 2018, el Tuso Sierra le dijo a la Corte Suprema de Justicia, por medio de dos documentos: “Durante esta reunión se me ofreció asilo para mi familia específicamente en Suiza o Francia si brindaba información de nexos entre los Uribe y los grupos paramilitares”. El jueves pasado, en entrevista con Semana, Sierra aseguró que Lara no le ofreció nada porque él fue a preguntar por el crimen de su padre, y que los ofrecimientos vinieron de Piedad Córdoba y de Iván Cepeda. “Estaban particularmente interesados en información acerca del entonces presidente Uribe”, aseguró Sierra a la Corte, según quedó consignado en el expediente del caso Uribe.
En los reportes que se radicaron ante el Congreso en 2009, sin embargo, no aparecen elementos que confirmen la versión del Tuso. En este escenario cobran más importancia los que radicó el congresista Rodrigo Lara, pues si Piedad Córdoba había hecho una propuesta así, lo más probable es que no lo dejara por escrito. En un informe de Lara se menciona la importancia de que las reuniones se hubieran dado, las amenazas que manifestaron los “paras” contra sus familias. No hay una coma sobre supuestos ofrecimientos al Tuso Sierra para declarar contra Uribe. En otro informe, Lara registra su malestar porque Cepeda, quien se unió a la comisión por invitación de Córdoba, reveló apartes de declaraciones obtenidas en EE.UU. Pero, de nuevo, no hay rastro del presunto soborno.
“No íbamos a ser tan imbéciles”
El Espectador habló con tres de las personas que estuvieron en esa reunión con el Tuso Sierra: Rodrigo Lara, Piedad Córdoba y Danilo Rueda. Y los tres desmienten la versión del condenado narcotraficante, quien cumplió su pena en 2014, quedó en libertad y, por convertirse en informante del gobierno estadounidense, consiguió quedarse viviendo en ese país. El mismo Tuso le dijo a la defensa de Uribe que, para declarar, debía obtener permiso de la DEA. De hecho, en el sistema de información judicial de Estados Unidos ni siquiera aparece el proceso que él tuvo por narcotráfico, señal que confirma su cooperación con las autoridades estadounidenses. (Diego Cadena habría aportado un audio editado y la Corte Suprema se dio cuenta)
“La Corte Suprema me preguntó en una declaración testimonial sobre el desarrollo de esa comisión oficial del Congreso. En el testimonio que rendí declaré que no observé ningún intento de soborno a un testigo. Yo no lo habría permitido bajo ninguna circunstancia. Así lo ratificó el abogado del señor Sierra, que también asistió a esa reunión (de 2009)”, dijo Lara a este diario. Lo dice, probablemente, en referencia a lo que dijo el abogado Manuel Retureta, defensor del Tuso, a Semana el jueves pasado: “Se habló de Uribe, de la familia Uribe, sin duda. Yo lo oí. Lo preguntó la senadora, lo preguntó Cepeda, no lo preguntó tanto Lara. Pero no llegó al punto de decir: queremos que digas esto y entonces te damos algo”.
De acuerdo con Lara, “el Congreso le encargó a una comisión multipartidista del Senado el seguimiento de los procesos de justicia y paz de los paramilitares extraditados. Previo al inicio de las tareas encomendadas, me reuní con el Departamento de Estado de Estados Unidos para informarles sobre el objeto de esa delicada misión. Todo se hizo en el marco de la ley y del objeto de la misión oficial, que me encomendó el Congreso de Colombia”. Piedad Córdoba, por su parte, resumió así su rechazo a la versión del Tuso: “Cuando (en la Corte) me leyeron la carta de él (de Sierra), me quería salir de las ropas. ¡Falso! No lo hizo ni Cepeda ni ninguno. No íbamos a ser tan imbéciles de ofrecerle cosas por hablar contra Uribe”.
Córdoba recordó que esa reunión fue “densa”, porque, cuando llegó Salvatore Mancuso -quien también estuvo-, “Cepeda lo dejó con la mano estirada”. Ella le contó todos esos pormenores también a la Corte Suprema. En el documento del pasado 3 de agosto se lee que Córdoba relató que, cuando supo lo que el Tuso andaba diciendo, remitió todos los informes de la comisión accidental de 2009 a Álvaro Uribe por medio de un exministro de su gobierno, el político antioqueño Fabio Valencia Cossio, y que luego fue a la casa del expresidente para hablar con él del tema. En su indagatoria, Uribe le confirmó a la Corte ese encuentro: “Dije, aquí me va a negar todo (…) pero no le seguí la corriente, como dirían los muchachos de ahora”.
Para la Corte, esa posición del expresidente es incomprensible. “Curiosa actitud cuando tenía toda la oportunidad de verificar las circunstancias que rodearon ese hecho”, anotó el alto tribunal. La defensa de Uribe ha señalado que la Corte evalúa con “sesgos” las pruebas del expediente contra el alto exmandatario; la Corte, por su parte, resaltó en más de un apartado su extrañeza por las actitudes que Uribe ha mostrado a lo largo del proceso. Por ejemplo, en marzo de 2018, las interceptaciones a sus llamadas muestran que estaba empeñado en que Diego Cadena consiguiera la declaración del Tuso Sierra. Hasta contrató a una exagente de la CIA, de nombre Lisa Ruth, para que obtuviera eso mismo.
Sin embargo, cuando la Corte le preguntó si había conocido la declaración que tanto parecía interesarle, que Ruth le tomó a Sierra en diciembre de 2018 -la primera la envió Sierra por vía Diego Cadena en agosto de 2018-, y que el equipo de Jaime Granados radicó ante la Corte en 2019, Uribe respondió que ni siquiera recordaba cómo se había anexado al expediente: “La carta de Lizzy (Lisa Ruth), yo no sé si se la entregó a Juan Felipe o a Diego Cadena, lo único que pedí es que se radicara en la Corte”. “¿Usted finalmente se enteró del contenido de esa carta?”, le preguntó el magistrado César Reyes. “De manera muy general, que sí lo habían visitado, que le habían ofrecido beneficios por acusarme, de manera muy general”.
“El Tuso olvida que él manifestó muchas cosas (en esa reunión de 2009)”, le dijo a este diario Danilo Rueda, otro de los participantes del encuentro en la cárcel de Estados Unidos. “Incluso sobre las que le dijimos que eran necesarias pruebas. El Tuso Sierra nos manifestó que lo que había compartido, para poderlo afirmar, requería garantías y protección para su vida y en particular la de su familia. Él habló en libertad. Ninguno le indujo a hablar de los Uribe”. Rueda agregó: “Todo lo escuchado por nosotros se ha mantenido bajo reserva en sobre cerrado ante la CIDH. Todo lo dejamos allí depositado ante el secretario ejecutivo de la época”. Ese documento se encuentra ahora en poder de la Corte Suprema.
Sobre esa reunión de hace 11 años, que hoy vuelve a recobrar tanta importancia, Uribe le dijo a la Corte en su indagatoria que el propio Rodrigo Lara podía dar crédito de lo que ahora dice el Tuso Sierra: “Recientemente el doctor Rodrigo Lara me mandó decir que a él le habían presentado un acta y que no la había firmado porque ponían en el acta unos temas que no se habían tratado y que eran en relación con acusaciones a mi familia”. Lara, sin embargo, le dijo a este diario: “En ningún momento he conversado con el expresidente Uribe sobre ese asunto. Él nunca me ha preguntado algo al respecto, ni yo le he comentado nada en particular sobre esa situación”. (Seis principios y derechos que se le violaron al expresidente Uribe, según su defensa)
Lara agregó que “esa versión existe desde 2009. Por seguridad y ante graves amenazas contra mi vida, en 2009 conversé algunos detalles de esa comisión oficial con tres importantes personajes de la vida pública y de los medios. Desde entonces, esa versión da vueltas en los corrillos. En muchas ocasiones, distintas personas me han abordado para que hable del tema, y recientemente importantes periodistas me han insistido mucho que les dé declaraciones al respecto. La Corte me preguntó bajo la gravedad del juramento sobre ese asunto y rendí la explicación correspondiente. Por respeto a la reserva procesal, no tengo nada más que añadir”.
Un declarante de vieja data
La defensa del senador Uribe reclama que la Corte no haya querido escuchar a Sierra, aunque en el expediente está claro que sí se pidió su testimonio y que él no habló en la fecha fijada “aduciendo vía correo a la Secretaría de la Sala que tenía otra diligencia que atender”. Para la Sala de Instrucción es cuando menos extraño que Uribe no se preocupara por verificar la versión de Sierra antes de enviarla a la Corte, pues, como se dijo al principio, este ya ha hablado sobre los Uribe antes, pero en contra. En 2010, reveló El Espectador entonces, Sierra le dijo a la Fiscalía que Mario Uribe (primo del expresidente) era aliado suyo en todo tipo de “vueltas”. “(Está) imbuido de venganza”, dijo en ese momento el abogado del excongresista condenado por parapolítica.
En 2011, Sierra les dijo a la Fiscalía y a la Corte Suprema que Santiago Uribe estaba involucrado en actividades de narcotráfico. Así lo reveló entonces el diario El Tiempo. “Esto me tiene indignado (…) no conozco al Tuso Sierra”, respondió Santiago Uribe en su momento. Un año más tarde, en febrero de 2012, Noticias Uno reveló un testimonio de Sierra en el que aseguraba que la carta que el exparamilitar José Orlando Moncada (alias Tasmania) envió en 2007, asegurando que el entonces coordinador de las investigaciones de la parapolítica (Iván Velásquez) lo había buscado para ofrecerle prebendas a cambio de testificar contra Álvaro Uribe, fue un complot que se tejió con la participación de Mario Uribe. Tasmania luego se retractó y dijo que lo obligaron a firmar la misiva. (DAS y Dapre, responsables de acciones ilegales de inteligencia contra Iván Velásquez)
Por el episodio de Tasmania fue condenado en 2012 un abogado, Sergio González, sentencia que quedó para la historia como evidencia de que fue algo tramado. “A cambio de la carta (de Tasmania) los ‘paras’ pidieron: ‘A Macaco bájenlo de la fragata (estaba detenido en un buque en altamar). A Don Berna sáquenlo de Cómbita y a Tasmania, páselo pal patio de justicia y paz’. Cuando mandamos la carta nos mandaron la respuesta diciendo que no había ningún problema”. En ese momento el Tuso Sierra aseguró que la carta se radicó en Presidencia por instrucción del propio Uribe. Ahora, sin embargo, Sierra es uno de los testigos que Uribe y su defensa más quieren que escuche la Corte.
Otros señalados, otras denuncias
En su entrevista con Semana, y tal como lo dijo en abril de 2019 en el programa Los Informantes del canal Caracol, el Tuso Sierra aseguró que, cuando ya estaba en libertad -o sea, después de 2014-, lo buscó el periodista Juan Carlos Giraldo en calidad de “emisario” de tres personas. Dos de ellas, el fiscal Eduardo Montealegre y su vicefiscal Jorge Perdomo. Ese dato indica que la reunión habría sido antes del 28 de marzo de 2016. La tercera persona que lo habría enviado a Estados Unidos fue, dijo Sierra, José Luis Barceló, quien estuvo en la Sala Penal de la Corte Suprema y desde allí ordenó en febrero de 2018, con respaldo de dos magistrados más, que Uribe fuera investigado por posible manipulación de testigos.
En diálogo con este diario, el exmagistrado Barceló dijo: “Nunca mandé a nadie y no tenía por qué hacerlo. A Juan Carlos Giraldo lo distingo como periodista, pero nunca tuve trato con él. De hecho, cuando salió eso de Los Informantes, él me mandó un derecho de petición para que le dijera si nos conocíamos o habíamos tenido relación alguna, a todo le dije que no. Si hubiera querido escuchar al señor Sierra, habría decretado la prueba, habría viajado yo a Estados Unidos, o habría enviado a un magistrado auxiliar. ¿Por qué habría acudido a medios de prueba debajo de la mesa, si todo el proceso fue franco y abierto?, cuestiona el exmagistrado Barceló.
Por su parte, los exfiscales Montealegre y Perdomo denunciaron a Sierra en 2018 por fraude procesal, injuria agravada calumnia agravada, y ampliaron su denuncia en 2019. Los exfiscales reprocharon las “aseveraciones deshonrosas” en su contra y las “malintencionadas atribuciones de conductas delictivas” de Sierra. Ambos sostuvieron en sus declaraciones ante la Corte Suprema lo mismo: que el Tuso Sierra, quien afirmó en sus cartas a la Corte que estos y Barceló le ofrecieron ayudarle con beneficios penales para sus procesos en Colombia a cambio de rendir testimonio en contra de los hermanos Uribe Vélez (algo que el propio Sierra ya había hecho tiempo atrás), miente. (Iván Cepeda denuncia ser víctima de amenazas de muerte)
Fuentes de la Corte aseguran que la declaración del Tuso Sierra llegará. Si el Tuso se mantiene en darla.