Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) se reunió para estudiar y comprender el grave y poco estudiado fenómeno de la trata de personas en el fútbol y más en el contexto colombiano. Hasta ahora la mayoría de las investigaciones que precedían al respecto estaban centradas en jugadores de fútbol, menores de edad y provenientes de África, que fueron y siguen siendo víctimas de trata con destino a Europa; sin embargo, este no es el único origen ni destino de explotación, Colombia también encabeza la lista y estos fueron los hallazgos del estudio académico.
Según el Departamento de Estado de los Estados Unidos, la trata de personas es una problemática que cuenta con miles de víctimas específicamente asociadas a este deporte y en los últimos años, algunos medios de comunicación han reportado la ocurrencia de estafa y la exportación con fines de trata de personas en el fútbol. Para el caso de Colombia, en la clasificación que anualmente presenta el CIES Football Observatory, para 2022 se presentaba como el sexto país del mundo con más jugadores en el exterior y el cuarto equipo con más representación en ligas, siendo México el destino principal con un 8.9% del total de 425 futbolistas.
(Le puede interesar: ¿Trata de futbolistas colombianos?)
Es por ello que la Unodc, como guardián del “Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y niños’”, realizó una investigación para dar cuenta de los factores de riesgo y de protección asociados a la trata de personas en el fútbol colombiano, perfilar las dinámicas de ocurrencia del delito y evidenciar las necesidades para la prevención, persecución del delito y protección de las víctimas en nuestro país. Para el caso fueron analizadas cuatro ciudades: Cali (Valle del Cauca), Cartagena (Bolívar), Quibdó (Chocó) y Bogotá; elegidas, en orden, por ser la ciudad con mayor número de ligas, que más aporta a futbolistas profesionales y su vulnerabilidad, o por su centralidad.
¿Cómo ocurre la trata de personas en el fútbol?
Aunque la trata de personas es un fenómeno con diferentes modalidades, finalidades de explotación y métodos de captación, resulta evidente que es un delito con capacidad de adaptarse a múltiples contextos y escenarios, como el deportivo. Para el complejo caso del fútbol funciona de la siguiente manera: primero, se da una identificación del talento del jugador por un intermediario del tratante, ganándose su confianza para establecer una oferta en el exterior; segundo, el tratante le pide dinero a la víctima y a su familia para asegurar la oferta y cubrir el costo de vida en el país de destino, según la Unodc este valor oscila entre 3.000 y 5.000 dólares, y las familias, incluso, acceden a préstamos o la venta de sus bienes para realizar el pago.
Como tercer paso se da el traslado del jugador, sea con documentos emitidos legalmente por él mismo o que son falsificados por el tratante. Y cuarto, una vez en el lugar de destino, el tratante le confisca los documentos y el dinero la víctima. Luego, el jugador puede presentar pruebas para un club deportivo o no, en algunos casos es abandonado. Ahora bien, si su contrato no es renovado, el jugador puede ser abandonado, sin devolverle documentación o dinero, exponiéndole a posibles casos de trata de personas o explotación en el país de destino. Esto debido a que, al experimentar sentimientos de vergüenza y fracaso, muchas de las víctimas que son abandonadas deciden permanecer en el lugar de destino y terminan viviendo en la precariedad.
El grave aumento de la trata de personas en Colombia
En Colombia, la cifra de casos reportados de trata de personas viene en aumento, predominando el género femenino como víctima y teniendo como principales finalidades la explotación sexual y los trabajos forzados. Los casos se han presentado en dos modalidades: interna y externa, siendo más común esta última, según informes del Ministerio del Interior y la Defensoría del Pueblo en 2022. Sobre esto, la Unodc consultó a entidades como la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo, que son receptoras de posibles casos de trata, reportan que sí han recibido casos relacionados con el fútbol, pero no cuentan con una estadística específica al respecto.
Cada, año, los sueños de cientos de jóvenes colombianos que quieren hacer parte de ligas profesionales podrían verse opacados por los diferentes factores de riesgo que implica, en cuento a la trata de personas, los contextos donde crecieron. La Unodc, por su parte, contempló tales elementos de riesgo dentro de cuatro contextos: individual, relacional, comunitario y social. Así pues, sobre el primero de estos, la oficina consideró que la pasión o motivación por el fútbol; además de la edad, el nivel educativo y el conocimiento frente a la identificación y reporte del delito de trata de personas, en y a través, del fútbol; encabezan las situaciones de vulnerabilidad de las que pueden valerse los tratantes y estafadores para realizar sus ofertas.
Si bien en Colombia un adolescente sólo puede convertirse en futbolista profesional hasta tener 15 años, los clubes cada vez están más interesados en generar capital de jugadores donde hay niñas y niños desde los cinco años. Según cita la oficina una entrevista a una de las ligas profesionales de fútbol, esta tendencia ocurre, entre otras cosas, porque “les sale muy barato [a los clubes profesionales] negociar [el fichaje de un(a) jugador(a)] con un club de fútbol aficionado afiliado a la liga de fútbol. Le sale mucho más económico que si espera [a] que [el jugador o jugadora] esté más grande y con mayores cualidades”. Adicionalmente, existe la creencia de que el momento de brillar para un jugador de fútbol está entre los 14 a los 18 años, ya que luego es más difícil vincularse a un equipo profesional.
Aunque no es tan común en Colombia, una estrecha relación entre el jugador, su familia y el entrenador, también son un aspecto a considerar como riesgoso dentro de la cadena de la trata de personas, dice el estudio. Pues, la confianza establecida y el acompañamiento cercano de las familias hacen que sea mayor la vulnerabilidad del jugador ante las ofertas de algún tratante. Tal y como ocurre con la trata con fines de explotación sexual: a mayor vulnerabilidad como el hecho de necesitar mantener económicamente una familia, mayor es el riesgo de caer en una red de trata. Para el caso del fútbol se suma la esperanza del deporte como la salvación frente a condiciones de pobreza y desigualdad, al desconocimiento y las escasas oportunidades existentes para ser un futbolista profesional dentro del país.
Asimismo, se suma la compleja situación de derechos humanos en Colombia y los difíciles aspectos económicos. Más de la mitad de la población vive en la pobreza, según cifras del Dane a 2021, un 39,3% de la vive en la pobreza y cerca del 12% en la pobreza extrema. Para la Onudc, al observar este panorama, “la presencia de delincuencia organizada, sumado a las condiciones de pobreza y desigualdad coloca a un sector de la población, en riesgo de reclutamiento, uso y utilización para la ejecución de actividades criminales, así como en el riesgo de muerte y otros tipos de victimización”.
Para la alta oficina, esto guarda relación con la trata de personas, en y a través, del fútbol, puesto que las oportunidades de salir de los territorios con mayor presencia de estas condiciones hacia otras regiones o países con mejores condiciones resultan muy atractivas para las familias, ya que puede significar la salvaguarda de su integridad física y psicológica, así como la oportunidad para satisfacer sus necesidades básicas. Además, en Colombia existen 36 clubes profesionales de fútbol; sin embargo, las posibilidades que tiene un joven de llegar al fútbol profesional son escasas, teniendo en cuenta que muchos aspirantes con el mismo sueño y las oportunidades son limitadas.
Según cita el estudio al Centro Nacional de Consultoría y al Ministerio del Interior, por las anteriores razones es que los jugadores consideran una gran ventaja el hecho de poderse vincular a un club en países como Argentina, Brasil y México, en los cuales, además, pueden recibir más dinero por la transferencia en comparación a Colombia. En los fuertes testimonios que menciona el informe, y que podrían evidenciar casos de trata de personas a jóvenes futbolistas, se encuentran diversos tipos de ofertas: para presentación de pruebas, con el objetivo de firmar un contrato y jugar en un equipo a cambio de una remuneración económica, así como para la afiliación a una escuela de fútbol de mayor nivel.
“Yo tuve [en mi casa] uno de esos jóvenes que se presentan [para pruebas] y el muchacho [proveniente de otra ciudad], después de las pruebas quedó solo, así que el profesor me preguntó si le podría dar comida y dormida (…) yo lo recibí (…) hasta que le salió una oferta de irse a Honduras. A él lo contactó [un intermediario] en una cancha y luego lo llevó a unas pruebas (…) eso fue algo corto [como uno o dos meses]. Él se fue [con otros jóvenes del barrio] y pasé como dos o cuatro meses sin saber nada de él, porque [luego] me decía que le quitaron teléfono, les habían quitado todo (…) Él me decía que le tocó lavar loza, trabajar en el campo, que le tocaba hacer aseo”, esta es una de las entrevistas que funciona como ejemplo de un presunto caso de trata.
Finalmente, tanto la oficina como sus entrevistados, mencionan que existe una gran necesidad, en términos de sensibilización y capacitación, frente a esta problemática y que es necesario implementar una estrategia nacional para su solución. Asimismo, afirman que la trata de personas, en y a través del fútbol, aún es un fenómeno que no se ha explorado de manera suficiente en Colombia, lo cual, ha limitado la generación de estrategias para su prevención y erradicación. Y recomienda aunar esfuerzos interinstitucionales con participación del Ministerio del Deporte, el Comité Interinstitucional para la Lucha contra la Trata de Personas, las instituciones futbolísticas, agencias de cooperación internacional, entre otros interesados, para identificar y aplicar mecanismos de respuesta efectivos contra la trata de personas, en y a través, del deporte.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.