El “infierno” de los vecinos que buscan sacar de la cuadra una iglesia improvisada
Janeth Lenis denuncia que no aguanta el ruido de un solo exorcismo más. Vive junto a una casa que fue transformada en una congregación, la cual no es reconocida por la Arquidiócesis de Cali y que no tiene permitido su funcionamiento según la Alcaldía.
Janeth Lenis no puede soportar más el exagerado ruido de las ceremonias y los aparentes exorcismos practicados en la Congregación Religiosa Siervas y Siervos de la Divina Misericordia, en el barrio Colseguros de Cali. No puede sacar de su mente los temibles alaridos que ha grabado con su celular y está dispuesta a batallar legalmente hasta sacar a las religiosas que montaron toda una iglesia junto a su casa.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Janeth Lenis no puede soportar más el exagerado ruido de las ceremonias y los aparentes exorcismos practicados en la Congregación Religiosa Siervas y Siervos de la Divina Misericordia, en el barrio Colseguros de Cali. No puede sacar de su mente los temibles alaridos que ha grabado con su celular y está dispuesta a batallar legalmente hasta sacar a las religiosas que montaron toda una iglesia junto a su casa.
Lea también: El proceso judicial que busca tumbar la “Semana de la Biblia” en el Meta
“Cuando uno profesa cualquier religión, uno lo hace cuando le nazca, no cuando se lo impongan. Es desgastante estar oyendo uno por la mañana, por la tarde y por la noche, a toda hora la rezadera, las cantadas. Yo me descompongo con solo oír los exorcismos. Ahora ya no puedo ni ver un hábito. No es justo que una congregación que se llama Siervos y Siervas de la Misericordia no tenga misericordia con los vecinos”, le dijo Lenis a El Espectador.
Lenis es una de la decena de vecinos que radicó una acción de tutela contra la Congregación, ubicada en una zona residencial neta según informa Planeación Distrital de la Alcaldía de Cali. Las distintas y constantes celebraciones no serían un problema para la comunidad, de no ser porque la Congregación se ha reunido desde hace años en una casa común, que queda justo a la mitad de una calle.
Lea: Despenalización del aborto: ¿qué dijeron Ateos Bogotá y la Conferencia Episcopal?
La Congregación, por ejemplo, está separada de la casa de Lenis tan solo por una pared. Sin la más mínima intención de participar en los ritos, la accionante se ha visto obligada a escuchar una y otra vez las misas, los rosarios, las vigilas, los exorcismos de la Congregación y hasta celebraciones como el día del padre y la madre. Y por si esto fuera poco, las monjas que organizan el culto tienen proyectado ponerle otro piso a la casa.
“La Congregación, como tal, la montaron durante el tiempo de la pandemia. Pero antes yo podía ver el patio de esa casa y escuchaba esos exorcismos. La gente llora, grita, tira babaza, los perros ladran. Tenemos la mitad de la casa inservible. No podemos ver televisión en las piezas de atrás, los inquilinos de la pieza de atrás se fueron porque nadie resiste. Yo tengo a mi mamá de 90 años con demencia senil y debo tenerla aquí adelante para que no escuche la bulla”, agrega Lenis.
Le puede interesar: La batalla judicial de un soldado por la libertad de cultos en el Ejército
El Juzgado 4 de Pequeñas Causas de Cali aceptó para su estudio la tutela de los vecinos. Consideró vulnerados derechos como la vida, la tranquilidad, la intimidad, el libre desarrollo de la personalidad, la libertad de cultos y la garantía del espacio público. Aunque los vecinos solicitaron sacar del panorama al culto católico, teniendo en cuenta que a pocos metros hay una iglesia reconocida, el Juzgado consideró que tal prohibición iría en contra de la Constitución. En su lugar, ordenó únicamente que le bajen al volumen. Por ejemplo, que entre las 5 y 6 de la mañana cualquiera que sea la actividad no supere los 45 decibeles.
El abogado Víctor David Aucenon, quien representa a los vecinos, cree que esa medida es un pañito de agua fría. “Es una orden en el papel cumplible, pero en la realidad imposible. Es casi imposible medir el ruido. Es un infierno vivir al lado de esa iglesia, paradójicamente. Las autoridades que lo hacen por mucho pondrán una multa. El ruido es como el aire. Cuando ellos hacen ruido, llegarían los funcionarios del Departamento de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) con sus equipamientos y pues simplemente dejan de hacerlo. Es la orden más efímera. Las demás órdenes nos dan esperanza”, agregó.
Lea: Tramitan desacato contra Policía Nacional por negociar $26 millones en biblias
Una de las órdenes del Juzgado, de hecho, establece que la Alcaldía de Cali debe dar estricta y cumplida aplicación a las disposiciones legales sobre el uso del suelo y control de emisiones de ruido, en relación con la permanencia de la Congregación en una casa de zona residencial. Todo porque el Departamento de Planeación Distrital de Cali precisó durante el expediente que, según el Plan de Ordenamiento Territorial, la Congregación está sobre una vía local, no tiene enfrente un parque o una plazoleta, y, por tanto, no tiene permitido “actividades de asociaciones religiosas”.
Lenis y los demás vecinos no se explican cómo es que una Congregación terminó en medio de la cuadra. En consecuencia, pidió explicaciones a la Arquidiócesis de Cali. Sin embargo, como en el expediente de tutela, respondió que no tienen nada que ver con las Siervas y Siervos de la Misericordia y que esta última ejerce su actividad de manera independiente. “El inmueble en cita no es de propiedad de nuestra entidad, motivo por el cual no está en nuestras manos la construcción del inmueble y mucho menos la consecución de autorizaciones para dicha construcción”, allegó al Juzgado.
Le podría interesar: Policía ateo no tiene que cantar himno de la institución, señala un juzgado
El Juzgado le di un espacio a la Congregación liderada por la Madre Clara Rosa Espinosa para que presentara sus argumentos. Sin embargo, la agrupación no envió respuesta alguna. Lo mismo sucedió en un incidente de desacato iniciado por Lenis y su abogado Aucenon, que podría terminar en el arresto de la religiosa, si no controla el ruido que proviene desde la casa. En su página web, la Congregación tiene enlazada a la Arquidiócesis de Cali, aunque esta última no está dispuesta a dar la cara por ella.
Y aunque la visión de la Congregación es proyectarse como “una comunidad comprometida con las necesidades de la iglesia y de la sociedad, haciendo práctica las obras de misericordia corporales y espirituales con los más débiles y necesitados”, Lenis está cada vez más lejos de acudir por iniciativa propia a sus ceremonias. “Estoy totalmente decepcionada de la iglesia católica. Yo me acerqué a la iglesia por problemas personales y uno se refugia en eso, para tener que encontrar realmente como es la estructura”, concluye la accionante.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.