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“Señores Fiscalía, con todo el respeto del mundo. Si a ustedes no les importa coger a gente inocente mía, como mi esposa, a mí tampoco (…) Les voy a matar a comerciante por comerciante”. Estas fueron las palabras con las que el líder de Los Rastrojos costeños”, Ober Ricardo Martínez, advirtió en marzo pasado desde la cárcel Palogordo de Ocaña (Santander) que asesinaría a ciudadanos en retaliación a la captura de alias Johana, su esposa.
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Ahora, el Negro Ober, como también es conocido este temido jefe criminal, parece estar arrepentido. En dos cartas conocidas por este diario, el preso pidió que se le reduzcan las medidas de seguridad, pidió disculpas por sus amenazas y hasta prometió seguir bajando los homicidios y extorsiones que el grupo que seguiría comandando, hasta desde la cárcel, ha perpetrado.
Para evitar que pudiera cumplir con sus amenazas, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) lo trasladó inicialmente a la cárcel de la Dorada (Caldas), y un mes después fue llevado a la cárcel de máxima seguridad de Popayán (Cauca) donde se encuentra recluido. Además, el instituto tomó medidas especiales en su contra al perfilarlo junto con 20 líderes de la extorsión. Es decir, que su celda es revisada diariamente, se encuentra aislado, y los guardias deben enviar registros diarios del estado en que se encuentra. Todo esto para evitar que siga delinquiendo.
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En las cartas, Óber Ricardo Martínez pidió disculpas por su comportamiento y se comprometió a que Los Rastrojos costeños sigan bajando el índice de homicidios y de extorsiones en Barranquilla. Esa primera misiva está fechada en mayo de pasado. El jefe criminal pidió salir de aislamiento y que le den una nueva oportunidad.
“Solicito que por favor también me den la oportunidad nuevamente, de enviarme a un patio resocializando y compartiendo con otros presos. Todos somos seres humanos y cometemos errores. Por eso hago tal solicitud, porque llevo varios días aislado”, dice la carta.
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La segunda de las cartas, fechada el 13 de julio de 2023, fue enviada al director de la cárcel de Popayán. Allí, reiteró su solicitud de salir de aislamiento y reclamó por sus derechos. “Me permito preguntarle por qué ordena medidas extremas de seguridad conmigo si yo no tengo nada contra usted y puedo vivir en cualquier patio que usted me asigne (…) Quisiera saber qué está pasando, legalmente son cinco los días de castigo y aquí se están violando mis derechos”, dice la carta.
Estas solicitudes fueron rechazadas por el INPEC al determinar que Óber Ricardo Martínez es una persona con antecedentes y mala conducta. Además, hace parte de la lista de perfilados contra la extorsión.
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El líder de Los Rastrojos, por el que se habría ofrecido una recompensa de hasta $100 millones, ya había amenazado antes a los comerciantes desde su celda en la cárcel La Picota. En enero de este año, la Policía Metropolitana de Barranquilla informó que fue allanada la celda en la que se encontraba recluido, luego de conocerse un video en el que Martínez, al parecer, intimidaba también a comerciantes en Barranquilla para obligarlos al pago extorsiones.
Según las investigaciones, alias el Negro Óber habría forjado una alianza con alias Tommy Masacre y alias Javier, ambos recluidos en La Picota de Bogotá, luego de que autoridades descubriera que desde el penal donde estaban seguían comandando ataques y las extorsiones contra la población civil. Asimismo, el Negro Óber también es recordado porque envió una carta al entonces presidente Iván Duque en la que manifestaba su intención de entregarse a las autoridades y entregar supuestas informaciones sobre hechos de corrupción en el interior de la Policía.
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