El nuevo coronavirus llega a una tercera cárcel: la de Florencia, Caquetá
Tal como ocurrió en La Picota de Bogotá, un interno trasladado desde Villavicencio a la capital de Caquetá es el primer caso positivo de COVID-19 en la prisión de esa ciudad.
Redacción Judicial
Este sábado 18 de abril se confirmó que dos internos, trasladados desde la cárcel de Villavicencio, eran los primeros contagiados con COVID-19 en la cárcel La Picota, ubicada al sur de Bogotá. Una historia que se acaba de repetir en Florencia, capital de Caquetá: un recluso que llegó a la prisión de esa ciudad desde Villavicencio dio positivo en el test de nuevo coronavirus, convirtiéndose así en el primer caso para ese centro penitenciario. (La COVID-19 llegó a la Picota en Bogotá: hay dos casos confirmados)
"Es un joven de 35 años que vino trasladado de Villavicencio en uno de los centros penitenciarios donde hoy tenemos confirmados casos positivos. El solo hecho de llegar de este centro penitenciario enciende las alarmas, se activa el protocolo, se hace la orden de toma de muestra y se nos confirma el día de hoy que (...) es positivo", declaró la secretaria de Salud departamental, Lilibeth Galván.
La funcionaria agregó: "Estas órdenes son emitidas por el Gobierno Nacional, son de desconocimiento tanto para la Secretaría como para director del centro penitenciario, solamente hasta que "los resultados) llegan ya aquí al departamento". La secretaria Galván manifestó que a la prisión de Florencia llegaron no uno sino dos reclusos desde Villavicencio, y que sobre ambos se hicieron las pruebas protocolarias. Solo uno dio resultado positivo. (El contrato de la USPEC para aislar presos en carpas por COVID-19)
La secretaria Galván, al divulgar esta información, envió de paso un mensaje al Gobierno Nacional: que "en este periodo de pandemia se abstengan de realizar ese tipo de traslados que se convierten en focos de riesgo, de contagio. Recordemos que esto (la COVID-19) tiene un alto grado de transmisibilidad y pone en riesgo las condiciones. En este caso, por tratarse solo de dos casos, el centro penitenciario pudo tomar todas las medidas de rigor".
El pasado viernes 10 de abril se confirmó el primer caso de nuevo coronavirus dentro de una cárcel: era un recluso de la cárcel de Villavicencio que murió el pasado 5 de abril por el virus. Dos días más tarde se confirmó el segundo el segundo caso de la misma prisión. Diez días más tarde, en ese centro de reclusión han muerto tres internos por el coronavirus y 25 personas más han resultado infectadas, incluidos siete guardianes.
A pesar de que una de las primeras medidas tomadas para prevenir el brote de la COVID-19 en las cárceles fue prohibir visitas, el asunto se volvió una especie de caballo de Troya: personas reclusas allí fueron enviados a otras prisiones -por riñas, por ejemplo- y ahora en los lugares que los recibieron se empiezan a registrar positivos. La Picota y Florencia son los primeros ejemplos de ello.
Este sábado 18 de abril se confirmó que dos internos, trasladados desde la cárcel de Villavicencio, eran los primeros contagiados con COVID-19 en la cárcel La Picota, ubicada al sur de Bogotá. Una historia que se acaba de repetir en Florencia, capital de Caquetá: un recluso que llegó a la prisión de esa ciudad desde Villavicencio dio positivo en el test de nuevo coronavirus, convirtiéndose así en el primer caso para ese centro penitenciario. (La COVID-19 llegó a la Picota en Bogotá: hay dos casos confirmados)
"Es un joven de 35 años que vino trasladado de Villavicencio en uno de los centros penitenciarios donde hoy tenemos confirmados casos positivos. El solo hecho de llegar de este centro penitenciario enciende las alarmas, se activa el protocolo, se hace la orden de toma de muestra y se nos confirma el día de hoy que (...) es positivo", declaró la secretaria de Salud departamental, Lilibeth Galván.
La funcionaria agregó: "Estas órdenes son emitidas por el Gobierno Nacional, son de desconocimiento tanto para la Secretaría como para director del centro penitenciario, solamente hasta que "los resultados) llegan ya aquí al departamento". La secretaria Galván manifestó que a la prisión de Florencia llegaron no uno sino dos reclusos desde Villavicencio, y que sobre ambos se hicieron las pruebas protocolarias. Solo uno dio resultado positivo. (El contrato de la USPEC para aislar presos en carpas por COVID-19)
La secretaria Galván, al divulgar esta información, envió de paso un mensaje al Gobierno Nacional: que "en este periodo de pandemia se abstengan de realizar ese tipo de traslados que se convierten en focos de riesgo, de contagio. Recordemos que esto (la COVID-19) tiene un alto grado de transmisibilidad y pone en riesgo las condiciones. En este caso, por tratarse solo de dos casos, el centro penitenciario pudo tomar todas las medidas de rigor".
El pasado viernes 10 de abril se confirmó el primer caso de nuevo coronavirus dentro de una cárcel: era un recluso de la cárcel de Villavicencio que murió el pasado 5 de abril por el virus. Dos días más tarde se confirmó el segundo el segundo caso de la misma prisión. Diez días más tarde, en ese centro de reclusión han muerto tres internos por el coronavirus y 25 personas más han resultado infectadas, incluidos siete guardianes.
A pesar de que una de las primeras medidas tomadas para prevenir el brote de la COVID-19 en las cárceles fue prohibir visitas, el asunto se volvió una especie de caballo de Troya: personas reclusas allí fueron enviados a otras prisiones -por riñas, por ejemplo- y ahora en los lugares que los recibieron se empiezan a registrar positivos. La Picota y Florencia son los primeros ejemplos de ello.