Alias “Pájaro”: el narcoparamilitar que planeó la fuga de “Matamba” de La Picota
Se trata de Jhon Freddy Gallo Bedoya, un exjefe paramilitar que lleva más de tres décadas vinculado a organizaciones criminales paramilitares. Tuvo negocios con el cartel del Norte del Valle y ahora tiene negocios con mafias italianas, albanesas y mexicanas.
Un grupo élite de la Policía le sigue la pista desde hace meses a Jhon Freddy Gallo Bedoya, alias el Pájaro, el exjefe paramilitar que planeó la fuga del capo narcotraficante y socio del Clan del Golfo alias Matamba, de la cárcel La Picota en marzo de 2022. La semana pasada, la Fiscalía dejó claro que desde junio de 2022 hay una orden de captura en su contra por ser “el cerebro” de ese escape que volvió a dejar en evidencia el corrupto sistema carcelario colombiano y los nexos de la Policía con las mafias colombianas. Aunque de Pájaro se ha hablado en los últimos meses, ya que también se le relaciona con una vendetta mafiosa entre viejos narcos en Bogotá, muy poco se sabe sobre su extensa carrera en el crimen organizado.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Un grupo élite de la Policía le sigue la pista desde hace meses a Jhon Freddy Gallo Bedoya, alias el Pájaro, el exjefe paramilitar que planeó la fuga del capo narcotraficante y socio del Clan del Golfo alias Matamba, de la cárcel La Picota en marzo de 2022. La semana pasada, la Fiscalía dejó claro que desde junio de 2022 hay una orden de captura en su contra por ser “el cerebro” de ese escape que volvió a dejar en evidencia el corrupto sistema carcelario colombiano y los nexos de la Policía con las mafias colombianas. Aunque de Pájaro se ha hablado en los últimos meses, ya que también se le relaciona con una vendetta mafiosa entre viejos narcos en Bogotá, muy poco se sabe sobre su extensa carrera en el crimen organizado.
Lea: La guerra entre narcos que se disputa con total impunidad en Bogotá
De acuerdo con los expedientes judiciales, este hombre de 54 años, oriundo del municipio Nariño, Antioquia, ha estado al margen de la ley la mayor parte de su vida. Lo que la Fiscalía sabe es que desde muy joven, en los años ochenta, ingresó a las autodefensas de Henry de Jesús Pérez, en Puerto Boyacá, en el Magdalena Medio. Es decir, en las entrañas del paramilitarismo colombiano, de la cual conoce gran parte de su origen y secretos. Luego de la desmovilización de estas autodefensas durante el Gobierno de César Gaviria, en 1996 se contactó con Arnubio de Jesús Triana, alias “Botalón”, e ingresó a una nueva estructura paramilitar en Puerto Boyacá.
Le podría interesar: Así opera el grupo criminal que coordinó la fuga de “Matamba” de la cárcel La Picota
En enero de 2002, fue delegado para comandar el frente Celestino Mantilla de ese grupo paramilitar, el cual operó principalmente en el municipio de Guaduas, Cundinamarca, donde aun su nombre le genera terror a sus habitantes. Los reportes de prensa de principios de este siglo señalan que le fue delegada esta zona del departamento por parte del exjefe paramilitar Luis Eduardo Cifuentes, alias el Águila, pero tiempo después comenzó a actuar de manera independiente junto a más de 300 hombres armados. En diciembre de 2004, con Cifuentes desmovilizado, el Pájaro comenzó a extenderse por los municipios de Yacopí, La Palma, El Peñón, Pacho, Topaipí y San Cayetano, también en Cundinamarca.
Las autoridades también empezaron a identificar que ese mismo año se metió de lleno en el negocio del narcotráfico en alianza con Diego Montoya Henao, alias Don Diego, uno de los capos narcotraficantes del cartel del Norte del Valle que luego fue extraditado a Estados Unidos. Mientras avanzaba en el mundo del narcotráfico, Pájaro y sus hombres también amenazaron a concejales y alcaldes de Guaduas que denunciaban las acciones criminales de su grupo paramilitar. Incluso, un destacado fiscal le dijo a El Espectador que el Pajaro es investigado por su presunta participación en el asesinato del fiscal Édgar Giraldo, ejecutado en marzo de 2019, en Guaduas.
En 2006, en medio de la masiva desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el Pájaro se desmovilizó junto a otros paramilitares del Magdalena Medio. En los siguientes años, entregó información a la Fiscalía sobre sus acciones cuando comandó el frente Celestino Mantilla, pero no sobre su paso criminal en la estructura paramilitar de Puerto Boyacá en los años ochenta. Luego, en marzo de 2015, recobró su libertad junto a otros jefes paramilitares del Magdalena Medio como Ramón Izása, al cumplir una condena de ocho años. Entre 2018 y 2019, dicen las autoridades, Pájaro habría retomado sus actividades criminales, coordinando una ruta de narcotráfico que sacaba cocaína desde La Guajira con destino a Estados Unidos y en la que intermedia el Cartel de Sinaloa.
En marzo de 2019, el nombre de Pájaro volvió a sonar públicamente. El criminal, junto a otros exparamilitares como Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, Ramón Isaza, alias El Viejo; Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez; Edward Cobos Téllez, alias Diego Vecino, le enviaron una carta a la Comisión de la Verdad. El documento indicaba que dejaron las armas hace más de una década y que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz, pero que algunas de sus actividades ilegales aún se desconocen y por eso acudirían a la Comisión. Aunque esa misiva llevaba la rúbrica del Pájaro, las autoridades, en contraste, dicen que estaba posesionando como uno de los narcos más conocidos en el mundo de la mafia colombiana.
Es en este momento, entre 2018 y 2019, es que Pájaro empieza a vincularse con el Clan del Golfo, en ese momento liderado por alias Otoniel, quien fue capturado en octubre de 2021 y extraditado a Estados Unidos en mayo de 2022. Sin embargo, aún no se conoce cómo fue su vínculo con Matamba, pues este era un narcotraficante al servicio del Clan del Golfo que operó en Nariño y la costa Pacífica con la ayuda, al parecer, de altos oficiales del Ejército. El chofer que transportó a Matamba luego de su fuga le dijo a la Fiscalía que el fugado narco le agradeció al Pájaro por su fuga y que pronto le iba a pagar todo lo que había costado la logística del escape.
¿El capo de capos?
Aunque exnarcotraficantes y personas cercanas al mundo criminal señalan que el Pájaro es un hombre autónomo y ahora no le rinde cuentas a nadie, la Policía y la Fiscalía General tienen otra teoría. Dicen que, por encima de él, está alias J la Firma, un viejo socio del extraditado capo narcotraficante Daniel el Loco Barrera, que viene en ascenso tras la captura de Otoniel (con quien también era socio) y la de Juan José Zuluaga, alias Falcon, el hombre encargado de coordinar los envíos de cocaína del Clan del Golfo en la costa Caribe en los últimos años. Pájaro, advierten fuentes judiciales, expandió sus tentáculos a Europa con las mafias italiana y albanesa.
Hasta hace algunos meses, los seguimientos arrojaron que la organización del Pájaro se relacionaba con un albanés conocido como Jimmy y un sobrino de Roberto Pannunzi, el jefe de la “Ndrangheta”, la mafia calabresa, que fue capturado en 2013 en el centro comercial Unicentro en medio de un operativo de la DEA y la Policía colombiana. “Steffano, sobrino del capo italiano, era el enlace del Pájaro en Bogotá, pero le perdimos el rastro hace unos meses en Venezuela”, aseguró un destacado funcionario judicial que tiene en la mira al Pájaro hace años. Esos seguimientos también indicaron que el Pájaro no solía estar en Bogotá y que, hasta hace unos meses, atendía sus asuntos desde el municipio de Cajicá.
Sin embargo, fuentes del caso explicaron que, cuando empezó a ser vinculado con la masacre de la Autopista Norte (agosto de 2022) y la fuga de Matamba, de inmediato fue a esconderse en sus propiedades del Magdalena Medio, donde hace algunos años, dicen las autoridades policiales, tenía laboratorios para procesar cocaína. Lo último que se sabe del Pájaro es que estaría en esta zona, donde conserva un gran poder armado. La semana pasada, la Fiscalía indicó que durante el escape de Matamba, en marzo de 2022, el Pájaro acompañó al fugado narcotraficante hasta el Magdalena Medio, donde fue recibido por 40 hombres armados. Fuentes policiales señalan que su captura es inminente, pero el Pájaro ha demostrado ser escurridizo para las autoridades.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.