El perdón de ‘Karina’
Era la comandante del frente 47 de las Farc.
El Espectador
En un largo discurso de 48 minutos, la ex integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) Elda Neyis Ávila Moreno, alias Karina, por quien el Gobierno ofrecía una recompensa de $1.700 millones, les pidió disculpas al país y a los cientos de familiares de las personas a quienes les causó daño durante los 24 años que formó parte de la subversión. Con un leve asomo de lágrimas, la voz entrecortada y un aparente arrepentimiento total de cada uno de los actos ilegales que cometió, anunció que estaba dispuesta a hacer lo que fuera para resarcir a sus víctimas, por los daños que causó como guerrillera y comandante del frente 47 de las Farc, facción que operaba en el oriente antioqueño y los departamentos de Caldas y Chocó.
Alias Karina, sobre quien pesan seis órdenes de captura por los delitos de homicidio, daño en bien ajeno, terrorismo, rebelión y secuestro extorsivo, empezó su discurso en las instalaciones del DAS con la condición de no aceptar preguntas por parte de la prensa. Continuó elevando una plegaria al cielo, dándole gracias a Dios y a Jesucristo por el perdón de nuestros pecados, y al presidente Álvaro Uribe Vélez por haberle dado la oportunidad de ser gestora de paz, propuesta que la tomó por sorpresa, pero que dijo asumiría con “mucha responsabilidad, con mucha gratitud, con mucha vehemencia y sabiendo el riesgo que me tomo”.
Karina, quien se desmovilizó el 18 de mayo de 2008 y que manifestó haber ingresado a las filas de las Farc a la edad de 16 años por los problemas de pobreza y miseria, dijo que la única forma de mantenerse en la guerrilla era cumpliendo las órdenes de los mandos superiores y que eso fue lo que ella hizo: obedecer. “Desafortunadamente, en medio de la violencia y la guerra, viviéndola día a día, me di cuenta muy tarde de que había otras formas para conseguir la paz que no era la vía de las armas, y por eso fue que tomé las decisión de desmovilizarme”.
En medio de los perdones que Elda Neyis cada cierto tiempo le pedía a la sociedad, al presidente Uribe, y a su hija, con quien se excusó por haberle robado la oportunidad de una infancia y una adolescencia junto a ella, Karina criticó la prolongada lucha armada de las Farc. Indicó que en ese largo período de combates la agrupación guerrillera había cambiado su norte político y objetivo principal, que son pocos los mandos superiores, medios y combatientes rasos que se inclinan por una solución pacífica y que por ese ideal ha habido muchas discordias. “De ese ejército del pueblo que había en el año de 1982, en la Séptima Conferencia Nacional de Guerrilleros, es poco lo que queda. No me refiero a que físicamente estén acabados”.
La ex comandante guerrillera, que en el ataque de 1998 a la base militar de Pavarandó (Chocó) perdió el ojo derecho, dijo que le dolía en el alma cuando los mandos superiores en uso de su poder les quitaban las mujeres a los guerrilleros con menos poder. “A mí me dolía cuando las mujeres de los jefes podían tener sus hijos y al resto de guerrilleras las hacían abortar. Me dolía cuando los combatientes heridos en combates se morían por negligencia de algunos comandantes y me dolían los ataques a la población. Por eso renuncié a las Farc”.
Karina enarbola ahora la bandera del desarme y la desmovilización guerrillera, al igual que el ex combatiente de la misma agrupación subversiva Raúl Agudelo, conocido con el alias de Olivo Saldaña, gracias a la voluntad del Gobierno. Aprovechando las circunstancias, el ex jefe paramilitar Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, y la ex congresista Rocío Arias, ambos privados de la libertad, le están pidiendo al Gobierno que a ellos también los tengan en cuenta como gestores de paz.
En un largo discurso de 48 minutos, la ex integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) Elda Neyis Ávila Moreno, alias Karina, por quien el Gobierno ofrecía una recompensa de $1.700 millones, les pidió disculpas al país y a los cientos de familiares de las personas a quienes les causó daño durante los 24 años que formó parte de la subversión. Con un leve asomo de lágrimas, la voz entrecortada y un aparente arrepentimiento total de cada uno de los actos ilegales que cometió, anunció que estaba dispuesta a hacer lo que fuera para resarcir a sus víctimas, por los daños que causó como guerrillera y comandante del frente 47 de las Farc, facción que operaba en el oriente antioqueño y los departamentos de Caldas y Chocó.
Alias Karina, sobre quien pesan seis órdenes de captura por los delitos de homicidio, daño en bien ajeno, terrorismo, rebelión y secuestro extorsivo, empezó su discurso en las instalaciones del DAS con la condición de no aceptar preguntas por parte de la prensa. Continuó elevando una plegaria al cielo, dándole gracias a Dios y a Jesucristo por el perdón de nuestros pecados, y al presidente Álvaro Uribe Vélez por haberle dado la oportunidad de ser gestora de paz, propuesta que la tomó por sorpresa, pero que dijo asumiría con “mucha responsabilidad, con mucha gratitud, con mucha vehemencia y sabiendo el riesgo que me tomo”.
Karina, quien se desmovilizó el 18 de mayo de 2008 y que manifestó haber ingresado a las filas de las Farc a la edad de 16 años por los problemas de pobreza y miseria, dijo que la única forma de mantenerse en la guerrilla era cumpliendo las órdenes de los mandos superiores y que eso fue lo que ella hizo: obedecer. “Desafortunadamente, en medio de la violencia y la guerra, viviéndola día a día, me di cuenta muy tarde de que había otras formas para conseguir la paz que no era la vía de las armas, y por eso fue que tomé las decisión de desmovilizarme”.
En medio de los perdones que Elda Neyis cada cierto tiempo le pedía a la sociedad, al presidente Uribe, y a su hija, con quien se excusó por haberle robado la oportunidad de una infancia y una adolescencia junto a ella, Karina criticó la prolongada lucha armada de las Farc. Indicó que en ese largo período de combates la agrupación guerrillera había cambiado su norte político y objetivo principal, que son pocos los mandos superiores, medios y combatientes rasos que se inclinan por una solución pacífica y que por ese ideal ha habido muchas discordias. “De ese ejército del pueblo que había en el año de 1982, en la Séptima Conferencia Nacional de Guerrilleros, es poco lo que queda. No me refiero a que físicamente estén acabados”.
La ex comandante guerrillera, que en el ataque de 1998 a la base militar de Pavarandó (Chocó) perdió el ojo derecho, dijo que le dolía en el alma cuando los mandos superiores en uso de su poder les quitaban las mujeres a los guerrilleros con menos poder. “A mí me dolía cuando las mujeres de los jefes podían tener sus hijos y al resto de guerrilleras las hacían abortar. Me dolía cuando los combatientes heridos en combates se morían por negligencia de algunos comandantes y me dolían los ataques a la población. Por eso renuncié a las Farc”.
Karina enarbola ahora la bandera del desarme y la desmovilización guerrillera, al igual que el ex combatiente de la misma agrupación subversiva Raúl Agudelo, conocido con el alias de Olivo Saldaña, gracias a la voluntad del Gobierno. Aprovechando las circunstancias, el ex jefe paramilitar Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, y la ex congresista Rocío Arias, ambos privados de la libertad, le están pidiendo al Gobierno que a ellos también los tengan en cuenta como gestores de paz.