"El problema del asesinato a líderes es más grave de lo que se piensa": Dejusticia
Dejusticia y Rights Data Analysis Group presentaron el informe "Asesinatos de líderes sociales en Colombia en 2016–2017: una estimación del universo", en donde revelan que hay un subconteo de los crímenes.
Redacción Judicial
Una investigación de Dejusticia y Rights Data Analysis Group asegura que en Colombia hay un subregistro de los asesinatos de líderes sociales que se han perpetrado en Colombia. Al analizar las diferentes cifras de homicidios que han publicado diversas organizaciones desde 2016, se llegó a la conclusión que la problemática es mayor de lo que se cree.
El informe Asesinatos de líderes sociales en Colombia en 2016–2017: una estimación del universo dice que la violencia contra líderes sociales es mayor a la que reportan las organizaciones. Y, además, la violencia letal sí aumentó entre 2016 y 2017, probablemente en 10% o más. Para ello, se tuvieron en cuenta datos de organizaciones como Somos Defensores, Cumbre Agraria e Indepaz, así como del Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo y la organización internacional Front Line Defenders.
(Lea: ¿Qué hay detrás del asesinato de líderes sociales en el país?)
En diálogo con El Espectador, Valentina Rozo, magíster en economía de la Universidad de los Andes y una de las colaboradoras en el informe presentado por Dejusticia, cuenta de qué se trata el estudio realizado y qué implicaciones tiene para entender la realidad de la violencia ejercida contra estas personas.
¿De qué se trata el informe y cuáles son sus principales hallazgos?
En esta alianza quisimos estimar el universo de líderes sociales asesinados en 2016 y 2017 en Colombia, teniendo en cuenta la divergencia de cifras que existen. Lo que hicimos fue tomar la información de seis organizaciones para estimar realmente cuántos son los asesinatos documentados y cuántos los no documentados. Los principales hallazgos fueron que, en el 2016, estas organizaciones reportaron el asesinato de 160 líderes sociales. Es decir, si uno toma todas sus bases de datos y las junta, sin tener un doble conteo, en total da 160. Pero nosotros vemos que en ese año fueron asesinados entre 160 y 180 líderes sociales, es decir que puede haber un subconteo de hasta 20 líderes sin registrar. Y, en el 2017, las organizaciones reportaron el asesinato de 172 líderes sociales y nosotros encontramos que puede haber entre 176 y 200 es decir un subconteo de hasta 28 casos.
(Lea:Estamos dejando que les maten)
¿Cómo funciona el método que utilizan en este informe?
El método Bayesiano busca estimar el tamaño de algo desconocido. Es decir, que toma las coincidencias en el reporte de los distintos casos de líderes sociales asesinados y mira cuántos individuos fueron reportados por solo una organización o por varias de ellas. El modelo además corrige dos problemas que podrían llevar a que las cifras no se determinen de forma aleatoria. El primero se llama "Dependencia de lista" y consiste en que podría haber unas organizaciones que reporten más el asesinato de líderes sociales que sean afines a su pensamiento político, pero no el de otras organizaciones. Y, el segundo se llama "El problema de Heterogeneidad de captura" que lo que hace es corregir un problema potencial: que es probable que las organizaciones reporten los asesinatos que son más visibles.
¿Cuál es el método que se utiliza actualmente por parte de las autoridades?
Cada organización tiene su método para definir quién es un líder social y quién no. Sin embargo, nosotros no entramos a evaluar esto, pues lo que utilizamos como insumo fueron los listados, sin tener en cuenta cuáles son los criterios de cada uno y cuáles son las fuentes que utilizaron para acceder a estos nombres.
¿Cree usted que el subconteo actual es producto de una falta de voluntad o un tema logístico?
Es subconteo es algo inevitable, es algo que las mismas organizaciones reconocen por varios motivos. Primero, porque estos asesinatos se pueden presentar en lugares muy alejados donde simplemente acceder a la información es muy difícil. Segundo, porque son distintas las organizaciones de base que están haciendo este trabajo y cada una de ellas cuenta con distintos recursos económicos, de acceso a redes sociales, a distintas fuentes de investigación, a difusión de medios de comunicación; y hay diferencias en criterios porque la definición de quién es o no un líder social es muy amplia. Entonces son múltiples los problemas y no es algo que sea de falta de voluntad de las organizaciones. Es una problemática que no se puede cubrir al 100% y siempre van a haber casos que no estén documentados.
(Le puede interesar: El reto de proteger a los líderes sociales)
¿Cuáles son las implicaciones de que haya un subconteo en los crímenes de líderes sociales?
Primero, evidencian que el problema es más grave de lo que se piensa actualmente. Pero, lo que nosotros resaltamos en el informe es que si bien las organizaciones como un todo, al conglomerarlas, siguen teniendo su conteo, son bastantes cercanas a la realidad de alguna manera. Promovemos que las organizaciones sociales sigan haciendo el trabajo de campo y sigan recogiendo la información para que pueda ser reunida, usando métodos como el que usamos en este caso.
Nosotros queremos mandar el mensaje de que el debate sobre quien tiene la cifra correcta no es relevante, porque ninguna organización va a poder tener la cifra correcta, ya que es muy difícil coincidir en muchos aspectos. Por ello, queremos resaltar que, si tomamos la información de todos, podemos acercarnos a la magnitud real del problema.
¿Cuál es la recomendación para el gobierno y las organizaciones?
La recomendación al gobierno es que escuche los pedidos que se han hecho desde las organizaciones hace muchísimo tiempo solicitando medidas de protección colectiva y no solamente en modelos individuales, que son en los que se ha basado la política actual. Y la recomendación a las organizaciones es que sigan haciendo un trabajo independiente, sigan denunciando y compartan esa información para hacer este tipo de análisis estadístico, porque si sumamos el esfuerzo de todas podemos llegar a establecer de que tamaño real es la magnitud de los hechos.
Lea: Dos valiosos líderes sociales asesinados en un día de fútbol
Una investigación de Dejusticia y Rights Data Analysis Group asegura que en Colombia hay un subregistro de los asesinatos de líderes sociales que se han perpetrado en Colombia. Al analizar las diferentes cifras de homicidios que han publicado diversas organizaciones desde 2016, se llegó a la conclusión que la problemática es mayor de lo que se cree.
El informe Asesinatos de líderes sociales en Colombia en 2016–2017: una estimación del universo dice que la violencia contra líderes sociales es mayor a la que reportan las organizaciones. Y, además, la violencia letal sí aumentó entre 2016 y 2017, probablemente en 10% o más. Para ello, se tuvieron en cuenta datos de organizaciones como Somos Defensores, Cumbre Agraria e Indepaz, así como del Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo y la organización internacional Front Line Defenders.
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En diálogo con El Espectador, Valentina Rozo, magíster en economía de la Universidad de los Andes y una de las colaboradoras en el informe presentado por Dejusticia, cuenta de qué se trata el estudio realizado y qué implicaciones tiene para entender la realidad de la violencia ejercida contra estas personas.
¿De qué se trata el informe y cuáles son sus principales hallazgos?
En esta alianza quisimos estimar el universo de líderes sociales asesinados en 2016 y 2017 en Colombia, teniendo en cuenta la divergencia de cifras que existen. Lo que hicimos fue tomar la información de seis organizaciones para estimar realmente cuántos son los asesinatos documentados y cuántos los no documentados. Los principales hallazgos fueron que, en el 2016, estas organizaciones reportaron el asesinato de 160 líderes sociales. Es decir, si uno toma todas sus bases de datos y las junta, sin tener un doble conteo, en total da 160. Pero nosotros vemos que en ese año fueron asesinados entre 160 y 180 líderes sociales, es decir que puede haber un subconteo de hasta 20 líderes sin registrar. Y, en el 2017, las organizaciones reportaron el asesinato de 172 líderes sociales y nosotros encontramos que puede haber entre 176 y 200 es decir un subconteo de hasta 28 casos.
(Lea:Estamos dejando que les maten)
¿Cómo funciona el método que utilizan en este informe?
El método Bayesiano busca estimar el tamaño de algo desconocido. Es decir, que toma las coincidencias en el reporte de los distintos casos de líderes sociales asesinados y mira cuántos individuos fueron reportados por solo una organización o por varias de ellas. El modelo además corrige dos problemas que podrían llevar a que las cifras no se determinen de forma aleatoria. El primero se llama "Dependencia de lista" y consiste en que podría haber unas organizaciones que reporten más el asesinato de líderes sociales que sean afines a su pensamiento político, pero no el de otras organizaciones. Y, el segundo se llama "El problema de Heterogeneidad de captura" que lo que hace es corregir un problema potencial: que es probable que las organizaciones reporten los asesinatos que son más visibles.
¿Cuál es el método que se utiliza actualmente por parte de las autoridades?
Cada organización tiene su método para definir quién es un líder social y quién no. Sin embargo, nosotros no entramos a evaluar esto, pues lo que utilizamos como insumo fueron los listados, sin tener en cuenta cuáles son los criterios de cada uno y cuáles son las fuentes que utilizaron para acceder a estos nombres.
¿Cree usted que el subconteo actual es producto de una falta de voluntad o un tema logístico?
Es subconteo es algo inevitable, es algo que las mismas organizaciones reconocen por varios motivos. Primero, porque estos asesinatos se pueden presentar en lugares muy alejados donde simplemente acceder a la información es muy difícil. Segundo, porque son distintas las organizaciones de base que están haciendo este trabajo y cada una de ellas cuenta con distintos recursos económicos, de acceso a redes sociales, a distintas fuentes de investigación, a difusión de medios de comunicación; y hay diferencias en criterios porque la definición de quién es o no un líder social es muy amplia. Entonces son múltiples los problemas y no es algo que sea de falta de voluntad de las organizaciones. Es una problemática que no se puede cubrir al 100% y siempre van a haber casos que no estén documentados.
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¿Cuáles son las implicaciones de que haya un subconteo en los crímenes de líderes sociales?
Primero, evidencian que el problema es más grave de lo que se piensa actualmente. Pero, lo que nosotros resaltamos en el informe es que si bien las organizaciones como un todo, al conglomerarlas, siguen teniendo su conteo, son bastantes cercanas a la realidad de alguna manera. Promovemos que las organizaciones sociales sigan haciendo el trabajo de campo y sigan recogiendo la información para que pueda ser reunida, usando métodos como el que usamos en este caso.
Nosotros queremos mandar el mensaje de que el debate sobre quien tiene la cifra correcta no es relevante, porque ninguna organización va a poder tener la cifra correcta, ya que es muy difícil coincidir en muchos aspectos. Por ello, queremos resaltar que, si tomamos la información de todos, podemos acercarnos a la magnitud real del problema.
¿Cuál es la recomendación para el gobierno y las organizaciones?
La recomendación al gobierno es que escuche los pedidos que se han hecho desde las organizaciones hace muchísimo tiempo solicitando medidas de protección colectiva y no solamente en modelos individuales, que son en los que se ha basado la política actual. Y la recomendación a las organizaciones es que sigan haciendo un trabajo independiente, sigan denunciando y compartan esa información para hacer este tipo de análisis estadístico, porque si sumamos el esfuerzo de todas podemos llegar a establecer de que tamaño real es la magnitud de los hechos.
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