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La Universidad del Sinú presentó en la Universidad de Harvard los resultados del proyecto más ambicioso de perdón en el mundo: “Construyendo Comunidades que Perdonan Alrededor del Mundo”, en el que participaron, además de Colombia, países donde también sobreviven a conflictos internos o guerras como Ucrania, China, Indonesia y Sudáfrica. En el evento, realizado en la Universidad de Harvard entre el pasado 20 y el 22 de abril, los cinco países participantes presentaron sus resultados respecto al proyecto del perdón, donde evidenciaron la eficacia de campañas de concientización comunitaria, a través del diligenciamiento de una cartilla de ejercicios sobre el perdón.
Temas como el perdón, la salud mental, y los resultados de bienestar mostraron mejoras significativas después de la campaña, según cuenta Andrea Ortega Bechara, directora del proyecto para Colombia, quien presentó los resultados junto a su asistente de investigación, Job Zhuo Chen. En el proceso, Colombia se destacó por ejecutar la campaña de perdón con mayor número de participantes y mayor cantidad de actividades, con 2.878 estudiantes de la Universidad del Sinú que se integraron en una campaña comunitaria de perdón de cuatro semanas. Esta incluyó 16 actividades distintas como capacitaciones, discusiones, foros, videos de perdón y seminarios web, impartidos por expertos mundiales.
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La directora Ortega cuenta que parte del impulso para realizar el proyecto nació de por sus procesos personales de salud mental, episodios de depresión en los que encontró la psicología positiva como una herramienta para entender e investigar, lo que se convirtió en su propósito de vida. Hasta que en 2016, después de mucha insistencia a través de correros electrónicos y demás, consiguió que el cofundador de la psicología positiva, Mihalyi Csikszentmihalyi, fuera su mentor para crear un proyecto relacionado con la paz, con el conflicto armado, y que se pudiera aplicar en Colombia.
Cuenta que el doctor le dijo que trabajar con él implicaba no salir a hacer cursos y vender materiales, como mucha gente se dedica en el mundo al respecto de la psicología positiva, ”si vas a trabajar conmigo, tienes que hacer ciencia, investigación”. Después de varios años, “nació un proyecto para aplicar la psicología positiva, también conocida como la ciencia de la felicidad, a todo lo que tenga que ver con el tema de paz. La psicología positiva, al dedicarse a estudiar las fortalezas del carácter y los valores que hacen que las personas sean miembros que contribuyen positivamente a la sociedad, es también la ciencia de la paz”, explica la directora.
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De la importancia del perdón, Ortega habla de su importancia desde la salud pública, “porque lo que hago, demostrado mediante la investigación, es que no perdonar afecta negativamente la salud de las personas”, desde enfermedades físicas y mentales, hasta las relaciones interpersonales. Sobre el perdón como ciencia, la doctora menciona que, desde hace dos décadas, hay investigaciones respecto al tema y han dejado, por lo menos, cinco métodos que funcionan científicamente, que tienen ensayos clínicos aleatorizados, es decir, métodos que incluyen un estándar alto a nivel de ciencia.
De esta manera, como parte de un estudio de intervención de perdón global en múltiples sitios, fue cómo la Universidad del Sinú llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado controlado con dos poblaciones distintas, víctimas del conflicto y estudiantes universitarios con la intervención del manual de trabajo del perdón. Los resultados primarios de perdón, síntomas de depresión y síntomas de ansiedad se evaluaron después de dos semanas y se encontró que la falta de perdón, la depresión y la ansiedad fueron menores entre el grupo que recibió tratamiento inmediato en comparación con el grupo de tratamiento tardío.
“Lo que demuestra este trabajo es que los médicos, terapeutas y trabajadores comunitarios de la salud podrían distribuir dichos manuales como un enfoque de tratamiento complementario para la depresión y la ansiedad. El manual de trabajo de perdón de aproximadamente dos horas examinado en este estudio está disponible sin costo y en los idiomas utilizados por más de dos tercios de la población mundial, lo que permite tratamientos en regiones del mundo donde la psicoterapia es menos utilizada o accesible”, afirmó la directora Ortega, quién además es abogada, filósofa y magíster en psicología.
Respecto al impacto del proyecto, tuvo resultados en víctimas de la avalancha en Mocoa, así como del conflicto armado en los departamentos como Córdoba y Bolívar, y estudiantes de la Universidad del Sinú. En uno de los testimonios de los participantes, una mujer víctima del conflicto armado colombiano, dice que considera que participar del proceso ha sido una bendición, porque nunca había sido abordaba dentro de una intervención que la ayudará a sanar, a soltar el resentimiento y la rabia; y a sentirse mejor con ella misma y con su comunidad.
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“Colombia es hoy referente mundial en materia de perdón”, afirma Ortega, contando cómo para ella, después de que el país fue reconocido por su aplicación en el proyecto, la Universidad de Harvard firmó un convenio de cooperación para implementar el programa Ciencia para la Paz en otras comunidades. Asimismo, el doctor Tyler Vanderwheele, de la Universidad de Harvard, quien es el director metodológico del proyecto, se refirió al trabajo hecho por Colombia como “verdaderamente sobresaliente, realmente es bastante notable”.
Finalmente, Ortega considera que el proyecto del perdón debería ser una política pública, “deberían implementarse campañas comunitarias de perdón, ya que acabamos de demostrar que somos referentes en crear un proyecto que impacta la salud mental de las personas”, y añade: “con hacer solamente una serie de actividades, puedo impactar incluso a todo un país. Si el Gobierno hiciera una campaña nacional de perdón, podría estar impactando a todo el país, ya demostramos a nivel científico que sí funcionan”, por eso es que para ella el beneficio de este estudio y del impacto es y debería ser enorme.
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