El reencauche paramilitar en el Meta que tiene preocupado a inteligencia policial
Se trata de las autodenominadas Renacer ERPAC, el nuevo rostro de una estructura ilegal de origen paramilitar que se desmovilizó en 2011. Ejército y Policía ya capturaron a algunas de sus fichas, pero otras siguen sueltas. Antiguos hombres de alias Cuchillo y el Loco Barrera tendrían que ver con este nuevo rótulo del crimen organizado en los Llanos Orientales.
Además de investigar los recientes casos de sicariato en Corferias (Bogotá) y Cota (Cundinamarca), agentes de la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) también tienen sus ojos puestos en cómo un grupo de peligrosos criminales intentan reconstruir una organización narcoparamilitar que operó hace más de una década en el Meta y que se creía ya extinta. Se trata de las autodenominadas Renacer ERPAC, un reducto narcoparamilitar del Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC), conocido como un grupo armado que dominó, entre 2006 y 2011, algunas zonas de los Llanos Orientales, tras el desarme que hicieron algunos paramilitares en el departamento en esa época.
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Además de investigar los recientes casos de sicariato en Corferias (Bogotá) y Cota (Cundinamarca), agentes de la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) también tienen sus ojos puestos en cómo un grupo de peligrosos criminales intentan reconstruir una organización narcoparamilitar que operó hace más de una década en el Meta y que se creía ya extinta. Se trata de las autodenominadas Renacer ERPAC, un reducto narcoparamilitar del Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC), conocido como un grupo armado que dominó, entre 2006 y 2011, algunas zonas de los Llanos Orientales, tras el desarme que hicieron algunos paramilitares en el departamento en esa época.
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Desde hace algunos meses, circulan en el departamento panfletos amenazantes contra comerciantes, empresarios con esta sigla Renacer ERPAC y que revive uno de los capítulos más violentos de la historia reciente de Llanos Orientales y del que participaron grandes capos del narcotráfico que están muertos o extraditados a Estados Unidos. “Esta aparición del grupo criminal tiene que ver con la vuelta a las calles, desde hace algunos años, de varios líderes de las ERPAC que estaban cumpliendo sus penas en las cárceles. Nuestros esfuerzos están enfocados en detener su crecimiento lo antes posible”, le dijo un experimentado alto oficial de inteligencia a El Espectador.
Aunque en los últimos meses fueron capturados algunos de sus integrantes, las autoridades le siguen la pista a otras fichas de este nueva cara narcoparamilitar y que tendrían más poder sobre los que ya están tras las rejas. Las capturas más importantes ocurrieron en junio pasado, cuando fueron capturados alias Niko y Jeanclock. El primero, según la Policía, sería el principal coordinador logístico de las Renacer ERPAC y a su vez, hermano de José Rivera Mendoza, alias Soldado, exjefe del grupo de autodefensas Héroes del Llano y líder del Bloque Meta en la región del Alto y Bajo Ariari del Meta, otras células de origen paramilitar que en las últimas décadas delinquieron en los Llanos Orientes.
El segundo, alias Jeanclock, sería el líder del nuevo ERPAC en la subregión del Alto Ariari y tendría un pasado criminal de casi dos décadas. Según los registros judiciales, Jeanlock se habría desmovilizado en el centro poblado de Casibare, en Puerto Lleras, en abril del 2006 con uno de los bloques paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Sin embargo, al poco tiempo volvió a delinquir con el ERPAC y se terminó sometiendo a la justicia en 2011, cuando, en medio de varias críticas, más de 270 integrantes entregaron las armas al Estado colombiano y, supuestamente, se comprometieron a no volver a delinquir.
De acuerdo con las investigaciones de la Policía, Renacer ERPAC, por ahora, no logra tener el poder que tuvo el ERPAC entre 2006 y 2011, pues se presumía que tenían entre 300 y 500 integrantes en ese momentos. Las autoridades, por ahora consideran a este nuevo ERPAC como una banda criminal que sería responsable de asesinatos, masacres y cobros de extorsiones a ganaderos y comerciantes en el Meta. Aunque no hay rastro que tenga relación con actividades de narcotráfico, fuentes del Ejército señalan que es lo más probable, ya que en el departamento del Meta existen varias rutas de narcotráfico.
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Además, fuentes de la Fuerza Pública señalan que en las nuevas ERPAC hay antiguos hombres que le sirvieron al capo narcotraficante alias el Loco Barrera, quien fue extraditado a Estados Unidos en 2013. Aunque las fuentes no dieron nombres, este diario ya había revelado esas andanzas criminales de hombres que trabajaron para el Loco Barrera se están moviendo en esa zona. Por ejemplo, allí se mueven los hijos de alias Bayardo, un exERPAC que murió hace unos meses y estuvo encargado de manejar los bienes del Loco Barrera tras su captura. También, por estas tierras, se mueve otro hombre conocido en el bajo mundo como Boyaco Sinaloa y que también estuvo vinculado a Barrera.
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Una saga paramilitar de las ERPAC
La historia del ERPAC se remonta a 2006. Meses antes de que los jefes paramilitares del Meta Manuel de Jesús Pirabán, alias Jorge Pirata y Pedro Oliverio Guerrero, alias Cuchillo, se desmovilizaran con sus hombres, ya se venía fraguando la creación del ERPAC. En marzo de 2006, un mes antes de la desmovilización, el diario El Tiempo publicó un artículo que denunciaba que Cuchillo había comprado armas a otro paramilitar y que sus hombres estaban incursionando en Puerto Gaitán, ocupando el territorio dejado por la desmovilización de otros bloques paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia.
La denuncia periodística fue ignorada y la desmovilización de más de 1.700 hombre se dio, pero a los pocos meses, como estaba cantado, Cuchillo se rearmó y volvió a delinquir. Su reinado criminal, aunque duró muy poco, fue extremadamente violento y dejó un número indeterminado de víctimas. Cerca de 200 hombres armados fueron los encargados de prevalecer las acciones criminales de Cuchillo, quien se asentó en la vereda La Cooperativa del municipio metense de Mapiripán, el cual se convirtió en un bastión paramilitar desde finales de los años noventa. Sin embargo, en la víspera del año nuevo 2011, Cuchillo murió huyendo de las autoridades.
En ese momento el presidente Juan Manuel Santos lo catalogó como el asesino de asesinos y expuso su extensa carrera criminal: “El narcotraficante era pedido por Estados Unidos por narcotráfico y tenía 19 órdenes de captura, se le atribuyen más de 3.000 muertos y era uno de los responsables de masacres en el país. Al narcotraficante muerto le fueron halladas dos pistolas, una de ellas con incrustaciones de oro y diamantes, y que fue robada a otro criminal y, en sus manos, el cuchillo con el que degollaba a sus víctimas”. Después de Cuchillo, el poder del ERPAC pasó a manos de José López Montero, alias Caracho, quien en menos de un año ya estaba buscando la manera de entregarse.
A partir de allí, otros jefes criminales han ocupado ese poder criminal como alias Pijarbey (muerto en 2015 por la Policía), el propio Bayardo, alias Quemarrancho (capturado en 2021), entre otros que rápidamente fueron capturados por las autoridades. Así las cosas, ahora la inteligencia policial le sigue el rastro a los sucesores de esta inacabable saga de narcoparamilitares que intentan controlar el Meta, departamento clave para el tráfico de cocaína con destino a Estados Unidos.
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