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A las 4:30 de la tarde de este lunes 21 de febrero, se pasó de los rumores a la certeza: la Corte Constitucional, en una sentencia dividida de 5-4, despenalizó hasta la semana 24 el aborto en Colombia. Es el último capítulo de una lucha que empezó hace casi 16 años cuando el mismo tribunal dio el aval para la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales concretas. A pesar de ese avance en materia de reconocimiento de derechos a las mujeres, la Corte constató las múltiples barreras que siguen teniendo y por eso fue más allá en este histórico fallo que colectivos feministas celebraron a rabiar a fuera del Palacio de Justicia.
“Es legal, es legal, el aborto es legal”, fue uno de los cantos que se escuchó a todo pulmón en el centro de Bogotá. La confirmación de la noticia causó revuelo nacional. Con el correr de los minutos se oficializó el alcance del fallo que determinó que hasta la semana 24 el aborto es libre en Colombia y que, posterior a ese tiempo, se mantienen las tres causales fijadas en la sentencia de la Corte de 2006; es decir, si la mujer corre peligro, si el feto tiene complicaciones incompatible con la vida y si el embarazo es producto de una violación.
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La Corte exhortó al Congreso y al Gobierno para que, “sin perjuicio del cumplimiento inmediato de esta sentencia”, formulen e implementen una política integral que evite la desprotección y garantice la dignidad y los derechos de las mujeres gestantes. En ese sentido, dicha política pública deberá tener una divulgación clara de las opciones disponibles para las mujeres embarazadas, la eliminación de cualquier obstáculo para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, la existencia de instrumentos de prevención del embarazo o planificación y el desarrollo de programas de educación sexual para todas las personas.
Como estaba cantado desde hacía semanas, los magistrados Diana Fajardo, Alberto Rojas, Antonio Lizarazo y José Fernando Reyes, mantuvieron su apoyo a la despenalización del aborto. En la otra orilla, estaban Gloria Ortiz, Cristina Pardo, Paola Meneses y Jorge Enrique Ibáñez. El voto definitivo fue el del conjuez Julio Andrés Ossa, quien tenía la particularidad de haber sido elegido como tal postulado por el despacho de la hoy presidenta del alto tribunal, Cristina Pardo. Por eso, se creía que Julio Andrés Ossa iba a compartir la postura de Pardo y los demás magistrados derrotados que proponían dejar el aborto como estaba.
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Tuvieron que pasar más de 518 días para que la Corte Constitucional le pusiera punto final a esta controversia. Fuentes del alto tribunal confirmaron que, a pesar de las dificultades en relación con las minucias de un fallo tan trascendental como este, hubo una construcción colectiva entre los cinco magistrados que inclinaron la balanza para abrirle la puerta al aborto libre hasta la semana 24. Una sentencia que pone a Colombia a la vanguardia en esta materia, pues en Argentina el aborto es permitido hasta la semana 14 y en México hasta la semana 12.
En diálogo con El Espectador, Ana Cristina González, la cabeza del movimiento Causa Justa, organización que interpuso la demanda en la Corte, celebró este avance para las mujeres de Colombia y dijo: “La conversación sobre aborto se transformó, fue con argumentos, pausada y democrática. Los grupos que se oponían realmente no aportaron argumentos a la conversación e intentaron, con muchas mañas, tirar para atrás esta demanda con cosas procesales. Triunfaron los argumentos”. No obstante, González lamentó que no se hubiera eliminado del todo el delito de aborto en país.
“La Corte no fue capaz de sacar la conversación del ámbito penal. El estigma que está asociado a la idea de que el aborto es un delito, por fuera de esas semanas y tres causales, es un estigma que va a persistir y que probablemente va a afectar a las mujeres más vulnerables. Es mucho lo que tenemos para trabajar y transformar ese estigma”, añadió. De todas formas, más allá de la idea de Causa Justa de eliminar cualquier condición para que las mujeres puedan acceder a una interrupción voluntaria del embarazo, González destacó una realidad inobjetable: la mujer que decide abortar lo hará de cualquier manera.
“Llevo 25 años en esta lucha por el respeto que nuestra sociedad le debe a las mujeres en cuanto a su autonomía reproductiva. Vamos a seguir luchando para que ese delito, que es obsoleto, deje de existir”, concluyó González y resumió así esta victoria jurídica: “Mujeres, a celebrar ¡Lo logramos!”. Lo paradójico de esta consigna es que la única magistrada de la Corte que apoyó este fallo fue Diana Fajardo. Las otras tres consideraron que debía declararse la cosa juzgada.
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Al margen de lo que significará para Colombia este histórico fallo, en tiempos electorales muchos tratarán de hacer política a favor y en contra. Algunos candidatos ya anunciaron propuestas de referendo o de consulta ciudadana para tratar de echar para atrás esta sentencia. Ahora todo está en manos del Ministerio de Salud y el Congreso que deberán regular cuanto antes este procedimiento. Con un antecedente grave: desde julio de 2021, la Corte le pidió al gobierno reglamentar la muerte digna para pacientes no terminales y esto no ha ocurrido porque el gobierno asegura que es competencia del Legislativo. ¿Ocurrirá lo mismo en este caso?
Al cierre de esta edición, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis José Rueda, se pronunció al respecto: “Estamos llamados a respetar coherentemente la vida desde la gestación hasta la muerte natural. Para nosotros los creyentes fuera de ser un derecho fundamental, es un don de Dios y seguiremos anunciando, defendiendo y promoviendo la vida humana desde la gestación hasta la muerte natural”.