El viacrucis de una mujer que fue violada y que cometió un crimen por intenso dolor

Virgelina Aguiar denuncia haber sido violada por su arrendador, quien la chantajeó con decirle la ubicación de sus hijos a cambio de que entregara su cuerpo. La privada de la libertad sintió tal impotencia que lo asesinó y ahora busca una oportunidad de la justicia.

Jhoan Sebastian Cote y jcote@elespectador.com / @SebasCote95
15 de octubre de 2023 - 01:03 p. m.
Imagen de referencia. Virgelina Aguiar es madre de tres hijos y está presa por el homicidio de un hombre que, según el expediente, la accedió amenazándola con un cuchillo.
Imagen de referencia. Virgelina Aguiar es madre de tres hijos y está presa por el homicidio de un hombre que, según el expediente, la accedió amenazándola con un cuchillo.
Foto: AFP - JOSEPH EID
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Virgelina Aguiar Cifuentes está presa en la cárcel de Ibagué y carga con una historia judicial impresionante. En julio del 2.000, asesinó a su arrendador en la capital tolimense: el dueño de una carnicería, quien la accedió sexualmente, la amenazó con un cuchillo para doblegarla por segunda vez y la chantajeo al jugar con la seguridad de sus hijos. Como lo estableció un juzgado en primer momento, Virgelina actuó con ira e intenso dolor, al encontrarse en una situación profundamente aterradora, que la llevó a perder el control de sus acciones. Un Tribunal, sin embargo, consideró que era una asesina. Y, ahora, por una incorrecta notificación, desde 2022 está obligada a pagar casi tres décadas de cárcel.

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Virgelina espera solucionar su situación, como madre cabeza de familia, por medio de una acción de tutela. El recurso fue radicado esta semana con destino a la Corte Suprema de Justicia, de la cual espera que incline su balanza a favor de los derechos al debido proceso, igualdad y no discriminación contra la mujer. La abogada de Virgelina, Daniela Rojas Molina, pide que la última sentencia contra su representada quede sin efectivos y que el Tribunal Superior de Ibagué revise de nuevo el caso, esta vez con las garantías que merece una mujer que actuó desbordada en dolor.

Virgelina Aguiar Cifuentes nació en Venadillo (Tolima) y es madre de tres hijos. Toda su vida se rebuscó el pan en trabajos campesinos, como lo explicó una de sus hijas en una carta conocida por El Espectador. “No le tocó fácil. Ya que sus actividades laborales fueron del campo, limpiando lotes con guadaña, cultivando maíz, criando pollos y cerdos”, señaló. Alimentar una familia por su cuenta no fue fácil para Virgelina Aguiar, lo cual la llevó a buscar ayuda en la capital tolimense en el 2.000. Entonces, la recibió José Virgilio Campos, familiar de su exesposo, quien tenía una carnicería. Virgelina Aguiar se comprometió a hacerle oficios varios, a cambio de un cuarto y comida para sus hijos.

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De a pocos, según la tutela, el arrendador comenzó a acosar a Virgelina, con comentarios inapropiados e, incluso, se habla de un tocamiento en la noche, en la misma cama donde la mujer dormía con sus hijos. En julio del 2.000, el arrendador le insistió a Virgelina para salir a tomar licor, junto al empleado de la carnicería Willinton Vanegas. Aunque en principio la mujer se negó, terminó accediendo al saber que la madre del empleado cuidaría de sus hijos. Fueron a un establecimiento de nombre Monteblanco, hasta que a las 8:00 p.m. tomaron un taxi de regreso. En el camino, al parecer, el empleado se bajó y Virgilio Campos se negó a develar la ubicación de los hijos de Virgelina.

Virgilio Campos le dijo que recogerían a los niños al otro día, dado que “no eran sus hijos y que no eran su problema”, como establece la tutela. Una vez en casa, el acoso contra Virgelina arreció, al punto que Virgilio Campos le habría dicho que tuviera algo con ella y que tenía, por obligación, que estar con él. Que olvidara a su marido, incluso. Según el expediente, Virgilio Campos manipuló a Virgelina a tal punto que le ofreció darle a conocer la ubicación de sus hijos, siempre y cuando accediera a tener relaciones con él. Por si eso hubiera sido poco, el relato de Virgelina indica que este tomó un cuchillo que estaba encima de uno de los congeladores de la carne y la presionó a estar con él.

Esta fue la declaración de Virgelina a las autoridades:

Entonces fue donde yo me asusté. Él se me fue encima con el cuchillo, me cogió a la fuerza. Entonces yo le dije: “conste que voy a estar con usted, pero con tal que me diga donde están mis hijos”. Y así fue como estuvimos juntos. Ahí le dije: “ahora sí dígame donde están mis hijos. Llévenme a traerlos”. Él me dijo: “no. Si usted está otra vez conmigo le digo donde están sus hijos”.

Entonces ahí fue donde yo le dije: “espere me levanto tantico. Sabe que sí, yo con usted voy a estar hasta la muerte”. Y en ese momento, como encima del congelador dejaban los cuchillos y estaba el hacha, y yo al levantarme y al ver que él me había amenazado y no me quería decir donde estaban mis hijos, cogí el hacha y perdí el control. No sé qué hice…

Virgelina Aguiar asesinó a su arrendador. Con un hacha, le cortó cuello y salió del lugar. Estuvo en el anden frente a la carnicería por un par de horas, hasta que una patrulla de la Policía pasó. Virgelina Aguiar confesó todo. Un año después, el Juzgado Sexto Penal del Circuito de Ibagué la condenó a ocho años y cuatro meses de prisión por el delito de homicidio simple. El despacho hizo la precisión de que las pruebas valoradas establecen que Virgelina actuó bajo una condición de ira e intenso dolor. Que no era cierto que esta mujer hubiese planeado el crimen con anterioridad, que no era cierto que buscara robarlo y que su denuncia, la misma que mantiene dos décadas después, era cierta: fue violada y en sus interiores se encontró espermatozoides, tal como establece la sentencia en primera instancia.

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“Coincido en que, para el momento de los hechos, Virgelina Aguiar gozaba de la plenitud de sus facultades mentales, por lo que no debe tenerse como sujeto inimputable. En cambio, si es predicable en su favor el estado de ira e intenso dolor, causado por comportamiento ajeno, grave e injusto de José Virgilio, que para el caso tiene unas especiales connotaciones y cuyo reconocimiento emerge del acervo probatorio, dadas las evidentes circunstancias en que se produjeron. (…) La afrenta recibida por Virgelina Aguiar Cifuentes fue grave porque hirió lo más profundo de su ser, e injusta porque, cuando José Virgilio Campos la accedió carnalmente, de manera violenta vulneró un interés tutelado penalmente cual es la libertad sexual y la dignidad humana”, señaló el Juzgado.

Sin embargo, la Procuraduría y la Fiscalía no estuvieron de acuerdo y apelaron. El caso llegó al Tribunal Superior de Ibagué, el cual, en octubre de 2003, dejó libre a Virgelina por principio de favorabilidad. Dos años después, en junio de 2005, el Tribunal revocó la absolución y ordenó una condena de 28 años de cárcel por homicidio, con el agravante de haber puesto a José Virgilio Campos en estado de indefensión. La realidad judicial se le volteó a Virgelina, quien entre fallo y fallo pasó de ser víctima para la justicia, a una plena victimaria que no merece la vida en sociedad. El testimonio que entregó a las autoridades valorado en su contra. Ejemplo de ello, es que el hecho de que Virgelina dijera que se “sentó a pensar en lo que había hecho”, en el andén frente a la carnicería, fue suficiente para el Tribunal para establecer que todo fue una coartada.

“Dado el tamaño y peso del hacha, es prácticamente imposible para una mujer coger el hacha con una mano y dar un golpe similar al que ella dio en la humanidad de la víctima. Es decir, al relatar ella que no recuerda si cogió el arma con la mano derecha o izquierda, ahonda más el grado de incertidumbre que genera su versión de los hechos”, señaló el Tribunal. De hecho, el despacho ibaguereño tomó las verdades de Virgelina como mentiras y así lo hizo saber por escrito. ”Las inanes exculpaciones dadas por la procesada (...) iban dirigidas a hacer ver a la víctima como una persona agresiva, sin compasión”, se lee en la sentencia. O, de otro lado, el despacho dejó frases como: “efectivamente tuvo que existir un móvil para que la procesada hubiera cegado la vida de Campos, diferente claro está, a la supuesta agresión sexual de que ella dijo fue víctima”.

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Lo que ahora alega Temblores ONG es que a Virgelina Aguiar nunca le notificaron esa sentencia de segunda instancia, por lo cual no se pudo defender. Según conoció el equipo de abogados, recién en enero de 2006, el Centro de Servicios de los Juzgados de Ibagué dejó constancia de haber intentado contactar a la procesada al número de teléfono que esta misma dejó en un acta. Esto sucedió siete meses después del fallo condenatorio y seis meses después de que pudiese haber radicado un recurso para pelear su inocencia. Como Virgelina Aguiar nunca se enteró de tal decisión, retomó su vida en el campo entre 2003 y 2022. Crio a sus hijos, al punto de llevarlos a la universidad, y se casó de nuevo, para acompañar la familia que abandonó el tiempo que estuvo presa.

Hasta el 3 de febrero de 2022, Virgelina Aguiar se enteró que, para el Estado, era una homicida que merecía estar privada de su libertad por casi tres décadas. Así se lo notificaron unos policías en un reten en el Tolima, quienes las llevaron ante las autoridades penitenciarias. Y, ahora, aunque estuvo 19 años en libertad, permanece en la cárcel de Ibagué, donde le esperan esos 28 años que el Tribunal Superior de la capital tolimense consideran necesarios para purgar lo que hizo en aquella carnicería. Hace años que se le pasó el tiempo para acudir al recurso judicial que podría haberla salvado, por lo cual, con la ayuda de Temblores ONG, pide con urgencia que se amparen sus derechos fundamentales a un debido proceso y a que valoren si el Tribunal actuó con equidad de género cuando determinó su culpabilidad.

“Se incurrió en una grave irregularidad procesal por cuenta de la notificación indebida de la sentencia condenatoria, dado que no se acudió a la notificación personal. La providencia incurrió en una valoración probatoria defectuosa al adoptar una decisión con base en estereotipos, prejuicios machistas y de clase, en desconocimiento de las reglas de la sana crítica. El Tribunal Superior del Distrito de Ibagué tenía la obligación de emitir una sentencia alineada con los derechos establecidos en la Constitución Política, pero, por el contrario, decidió fallar y fundamentar dicha decisión en estereotipos de género, basando sus argumentos en supuestas reglas de la lógica y la experiencia quitándole credibilidad al testimonio de Virgelina sin motivo”, explicó la abogada Daniel Rojas en la tutela.

En la carta conocida por este diario, sus hijos piden ayuda a la justicia: “Desde el año pasado ha sido una etapa muy fuerte para nosotros, porque sentimos como por segunda vez la vida nos separa de ella. En lo personal, siento que no he podido disfrutar de ella y brindarle todo lo que se merece por ser tan buena mamá. No quiero justificar sus acciones, pero en posición de mujer siento que nadie está preparado para reacción frente a una situación de acoso sexual o como es este caso, una violación”, se lee en el escrito. Virgelina, entre tanto, espera que la Corte Suprema de Justicia proteja sus derechos de manera urgente y su caso pueda enmarcarse dentro de la ira y el intenso dolor que le causo estar lejos de sus hijos, y obligada, como dijo, a ser prácticamente la esclava sexual de quien se aprovechó de su condición.

Esta es una carta que Virgelina Aguiar quiso enviar a los lectores, la cual fue escrita del puño y letra de su hija:

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

Por Jhoan Sebastian Cote

Comunicador social con énfasis en periodismo y producción radiofónica de la Pontificia Universidad Javeriana. Formación como periodista judicial, con habilidades en cultura, deportes e historia. Creador de pódcast, periodismo narrativo y actualidad noticiosa.@SebasCote95jcote@elespectador.com

Por jcote@elespectador.com / @SebasCote95

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Ruth(39035)18 de octubre de 2023 - 06:48 p. m.
Gracias a la importante labor de temblores. Creemos en que la justicia de Colombia velará por dignificar el derecho a la libertad de una mujer que siendo victima, ya ha pagado con años de carcel y el distanciamiento de sus hijos, por el miserable abuso al que fue sometida bajo condición de chantaje y amenaza. Ojala así sea.
Norma(12580)17 de octubre de 2023 - 08:03 p. m.
Que un tribunal, llegue a tal decisión es inaudito y que una mujer Fiscal, emita un juicio tan patriarcal nos hace pensar que la incapacidad de interpretar la constitución y los derechos fundamentales son el principio de la injusticia plasmada en las sentencias de lo que debería ser "la Justicia". estos señores y señoras deberían ser investigados, o por lo menos separados de sus cargos porque son una amenaza social.
Pablo(88449)15 de octubre de 2023 - 10:12 p. m.
¿ Magistrados del Tribunal Superior del Distrito de Ibagué, si la denunciada(o) fuera por ejemplo Emilio Tapia, Musa Besaile, Aida Merlano actuaria de la misma manera?. Ustedes son practicantes del viejo refrán "LA JUSTICIA ES PARA LOS DE RUANA".
Jacqueline(10525)15 de octubre de 2023 - 06:03 p. m.
¡Qué injusticia con esta mujer que ha sido víctima! ahí si la justicia toma acciones, pero en detrimento de la víctima.
Myriam(35204)15 de octubre de 2023 - 04:43 p. m.
triste historia, como pueden ser tan crueles con una mujer indefensa, la justicia es para los de ruana
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