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En escena, libretistas de la Sijín

Dicen que la directora de la Corporación Colombiana de Teatro agita masas en Bogotá para el PC3 de las Farc. Igual aseveran que miembros del Polo, líderes comunales y ambientalistas van por el mismo camino.

Enrique Rivas G.
20 de diciembre de 2008 - 10:00 p. m.
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Patricia Ariza, galardonada y reconocida por su trabajo artístico en incontables escenarios culturales del mundo, está hoy buscando las razones de los libretistas de una cómica pieza teatral que tiene a dramaturgos, estudiantes universitarios, profesores e intelectuales de Bogotá con los pelos de punta.

Es una jocosa argumentación teatral elaborada a cuatro manos por un patrullero y un capitán de la Sijín, cuya ópera prima fue presentada recientemente en la Fiscalía 12 Especializada. La peculiar obra busca ser representada ante un solo e insólito espectador: un juez especializado de la capital.

“Asimismo se logró establecer que Patricia Ariza, tras problemas familiares durante su juventud, practicó el nadaísmo y el hippismo, fue estudiante de filosofía y artes de la Universidad Nacional, perteneció a la Juventud Comunista (Juco) y se casó con Santiago García, ambos vinculados al Teatro La Candelaria y al grupo teatral Rapsoda Teatro. Patricia además dirige otros grupos, como Flores de Otoño y Corporación Colombiana de Teatro”, dice uno de los apartes del libreto sacado por una inteligencia humana de los escritos que sobre la artista se encuentran en revistas y páginas de internet.

Un descabellado libreto que alcanzó a llegar hasta el despacho del destituido fiscal 12 especializado de Bogotá, Jorge Iván Piedrahíta Montoya, quien participó de la obra en un segundo acto: no revocó la orden de interceptar teléfonos de sospechosos y correos electrónicos de periodistas, columnistas, la secretaria de Gobierno de Bogotá, Clara López; miembros de la ONU, ONG, fundaciones, cineastas, líderes comunales, juezas de paz, profesores y estudiantes de las universidades públicas y del Sena. Sin embargo, el propio fiscal general de la Nación, Mario Iguarán, desechó en un tercer acto las decisiones tomada por la Fiscalía 12 Especializada, aunque las investigaciones continúan su curso.

En un cuarto acto de esta increíble obra, que día tras día va siendo corregida y adaptada por nuevos libretistas, se ordenó la captura por rebelión de 55 personas que en su gran mayoría ya no pertenecen a las universidades o están presas por el mismo delito. Orden que también culminó con la detención inicial de ocho personas, entre ellas María Antonia Espitia Barreto, activista del Polo Democrático Alternativo y antigua militante del M-19 y desmovilizada a comienzos de los 90, a quien, según ella, le están pasando cuenta de cobro por su pasado en las filas del eme.

Así nació el libreto

Este proceso se comenzó a construir el 28 de noviembre de 2005, día en que el Ejército abatió a dos insurgentes de las Farc en Colombia (Huila). Allí fueron encontrados cuatro cuadernos de adiestramiento ideológico y una USB, la que aparentemente contenía información sobre células en Bogotá del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y del Partido Comunista Colombiano Clandestino (PC3).


Es ahí donde supuestamente aparecen los nombres de los miembros del Polo José Manuel Arango Carmelo y Luis Alfonso Realpe; Javier Reyes Roa, integrante de la Asamblea Sur, y Ángela Cucunubá, jueza de paz de Usme, supuestos militantes del PC3 y del Movimiento Bolivariano. Es a la vez en esta misma información de inteligencia donde se encuentran los nombres de Patricia y el director de teatro Carlos Satizábal.

“Patricia igualmente desarrolla actividades culturales con Carlos Satizábal y lidera un proyecto con niños abandonados, ancianas, mujeres jóvenes y raperos, lo que podría relacionarse con el trabajo de masas que estaría desempeñando desde su rol para el PC3 cultural de las Farc”, señala el último acto del libreto en cuanto a Patricia Ariza.

Un libreto que es sólo comparable con los elaborados en el Estatuto de Seguridad, paradójicamente también sufrido por Ariza y el resto de integrantes del Teatro La Candelaria. Época en la que en uno de esos personajes inconformes con la obra Guadalupe Años Cincuenta sugirió el allanamiento de la sede del teatro en el barrio La Candelaria. Pero este ensayo de libreto tampoco funcionó. El Ejército únicamente encontró unas cuantas escopetas de madera que sólo disparaban balas de humor sarcástico a cambio de ráfagas de emotivos aplausos.

Paradoja que siempre la persigue, pues muy joven, en el Colegio de Nuestra Señora de la Consolación, Patricia fue censurada por el plantel y castigada por sus padres luego de que le encontraron un diario-novela sobre el cuartel del Ejército que quedaba frente a los salones de clase. Las represalias le dieron aliento para volar, ser libre y rebelde toda la vida. Así vuelvan a aparecer reeditados libretos donde le recuerden que fue hippy y nadaísta.

‘Es una investigación medio loca’

Jorge Gómez, abogado de Patricia Ariza, sostiene que la investigación que se abrió con base en la información de inteligencia es “medio loca”.

Para él, lo que está sucediendo con su defendida y buena parte de los procesados, no es más que considerar la opinión como un delito. “Todo esto es una lógica macabra, ya que a los defensores de las personas vinculadas al proceso no les dejaron ver ‘pruebas reservadas’, y durante la indagatoria nadie pudo ver el expediente”, dijo Gómez a El Espectador.

De ahí que a todas luces, de acuerdo con Gómez, este es un proceso que también estaría condenado a fracasar, pues en él se están violando todas las garantías a las personas vinculadas. Pero mientras las cosas se aclaran, Gómez remata con una frase lapidaria: “El que no acolite al Gobierno, ya está en las listas de los organismos de inteligencia del Estado”.

Por Enrique Rivas G.

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