¿En qué va el caso de Aida Merlano y por qué vinculan a la casa Char?

Es día de El Espectador le explica. ¿Por qué no creemos en los políticos? Esa fue la pregunta que apareció en la portada del periódico impreso el pasado sábado 12 de febrero. Y detrás de él había un texto que nos invitaba a hablar de “la democracia en redes sociales y el escepticismo en política”. Allí Laura Camila Arévalo, su autora, nos llevaba de la mano para caminar sobre una verdad que muchos dicen conocer porque la han visto, la han vivido, se la han contado o la han padecido: “el único objetivo de un gran porcentaje de políticos es el de dejar de serlo para pertenecer a una casta “superior” en cargos, poderes y dinero. No se angustian por el futuro, “más bien se lo aseguran” y, sobre todo, no pueden garantizar ningún derecho no por falta de voluntad, sino de libertad: muchos llegan a sus escritorios gracias a la clientelización de su victoria”. Y sí, no hay nada más malo que generalizar, esa es una máxima que nadie debe olvidar, pero es que los representantes de nuestra política han hecho un gran trabajo para que sean muchos los que toman la opción de seguir desconfiando de sus acciones. Para la muestra el caso de Aida Merlano, la excongresista, condenada y prófuga de la justicia colombiana, sus acusaciones contra la casa Char -uno de los clanes regionales más poderosos de la política colombiana-, y el papel de Julio Gerlein Echavarría, otro jugador de la política regional desde su papel como exitoso empresario y financiador de campaña en todo este entramado que volvió a cobrar fuerza justo cuando el país intenta abrir sus oídos para escuchar las propuestas de candidatos al Congreso y a la presidencia de la República. Así que este boletín de noticias recopila todos los textos y videos que hemos publicado desde aquel marzo de 2018 cuando contamos, por primera vez, cómo fue el fraude electoral de Aida Merlano. Recuerden entrar a cada uno de los links que dejaremos a continuación para entender en detalle todos los hechos contados por nuestros colegas de las secciones Judicial, Investigación, Política y Video. Comencemos.

Es día de El Espectador le explica. ¿Por qué no creemos en los políticos? Esa fue la pregunta que apareció en la portada del periódico impreso el pasado sábado 12 de febrero. Y detrás de él había un texto que nos invitaba a hablar de “la democracia en redes sociales y el escepticismo en política”. Allí Laura Camila Arévalo, su autora, nos llevaba de la mano para caminar sobre una verdad que muchos dicen conocer porque la han visto, la han vivido, se la han contado o la han padecido: “el único objetivo de un gran porcentaje de políticos es el de dejar de serlo para pertenecer a una casta “superior” en cargos, poderes y dinero. No se angustian por el futuro, “más bien se lo aseguran” y, sobre todo, no pueden garantizar ningún derecho no por falta de voluntad, sino de libertad: muchos llegan a sus escritorios gracias a la clientelización de su victoria”. Y sí, no hay nada más malo que generalizar, esa es una máxima que nadie debe olvidar, pero es que los representantes de nuestra política han hecho un gran trabajo para que sean muchos los que toman la opción de seguir desconfiando de sus acciones. Para la muestra el caso de Aida Merlano, la excongresista, condenada y prófuga de la justicia colombiana, sus acusaciones contra la casa Char -uno de los clanes regionales más poderosos de la política colombiana-, y el papel de Julio Gerlein Echavarría, otro jugador de la política regional desde su papel como exitoso empresario y financiador de campaña en todo este entramado que volvió a cobrar fuerza justo cuando el país intenta abrir sus oídos para escuchar las propuestas de candidatos al Congreso y a la presidencia de la República. Así que este boletín de noticias recopila todos los textos y videos que hemos publicado desde aquel marzo de 2018 cuando contamos, por primera vez, cómo fue el fraude electoral de Aida Merlano. Recuerden entrar a cada uno de los links que dejaremos a continuación para entender en detalle todos los hechos contados por nuestros colegas de las secciones Judicial, Investigación, Política y Video. Comencemos.

El 24 de marzo de 2018 Alfredo Molano Jimeno, quien había viajado hasta la Costa Caribe en busca de información sobre el fraude electoral denunciado el 11 de marzo del mismo mes, encontró testimonios contundentes: “Me vinculé tarde al proceso pues desde noviembre empezó la operación de compra de votos. La cosa funcionó así: el equipo de campaña empezó con el grupo de coordinadores, quienes se encargaron de conseguir líderes en barrios, comunidades y municipios de Atlántico, Bolívar y Magdalena. No fue gente parada frente a un puesto de votación con una tula de plata, como muchos piensan, el asunto incluyó inscribir cédulas, asegurar votantes, entrenarlos para votar, llevarlos a las urnas y asegurarse de que cada voto comprado fuera depositado por Aida Merlano al Senado y Lilibeth Llinás a la Cámara”. Toda la operación, que se había planeado cinco meses antes, sí que dio resultado: 73.250 votos a favor de Merlano. Era el resultado de, nos contaba Molano, “una dispendiosa logística para asegurarlos (votos), a través de casas de pedagogía de votos, contraseñas con códigos que eran leídos por máquinas de alta tecnología, contratos con seriales, huellas digitales, videos, actas, o simplemente a través de infiltrados en los puestos de votación y en la Registraduría Nacional”. De acuerdo con esta investigación, para aquella campaña se compraron 132.766 votos que costaron $4.138 millones, aunque el dinero puesto en la calle para buscar más votos sería mayor si se tiene en cuenta que por “cada voto se debía pagar a $60.000, más $10.000 de gastos de transporte”, dijo el mismo informante quien contó que el centro de operaciones de todo este entramado de corrupción era un lugar llamado ‘Casa Blanca’ y que allí, la misma Merlano, el 16 de febrero, justo el viernes de Guacherna, aseguró que “Julio Gerlein y Álex Char estaban poniendo el billete para la campaña”.

2.000 personas entre coordinadores de grupo y líderes fueron los encargados de conseguir los votos y zonificar sufragantes.

Los departamentos de Atlántico, Bolívar y Magdalena, según la Misión de Observación Electoral, tuvieron una inusual inscripción de votantes, precisamente los mismos departamentos donde Merlano ganó. Y aunque esta alerta se había levantado, no pasó de ser eso, una alerta, pues a pesar de que la Fiscalía junto con la Policía llegó el mismo 11 de marzo a Casa Blanca, encontró $260 millones en efectivo, armas de fuego sin salvoconducto y material comprometedor sobre la compra de votos, como la bolsa llena de certificados electorales, no hubo capturados y eso que se supo de la existencia de una lista de “compradores de votos en la que aparecieron al menos tres diputados a la Asamblea, cuatro concejales y varios líderes de Magdalena, Bolívar y Atlántico”.

Entonces publicamos un video con el testimonial de quien aseguró conocer todo el proceso para la compra de votos, quien detalló que no solo se entregó dinero sino que se dieron materiales para construcción y, además, dijo: “Se sabe en Barranquilla que los empleados de Olímpica o de cualquier empresa de los Char habitualmente tienen que poner votos para mantener sus empleos. Les piden cinco votos por cada empleado. También en los colegios que tienen convenio con la Alcaldía, se les exige a los papás poner votos para recibir becas”. Reportamos las primeras acciones de la Corte Suprema porque investigaba a Merlano por los delitos de concierto para delinquir, corrupción al sufragante agravado, ocultamiento, retención y posesión ilícita de cédulas, y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego accesorios, partes o municiones. También lo que dijo el testigo Francisco Rafael Valencia Borrero que resultó determinante para la investigación:

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Así fue el fraude electoral de Aida Merlano

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Corte Suprema envía a la cárcel a Aída Merlano por supuesta compra de votos

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El testimonio que hundió a Aída Merlano en la Corte Suprema

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¿Cómo funcionaba la red de compra de votos de Aida Merlano?

Para el 19 de julio de 2018, un día antes de la posesión del nuevo Congreso, fue la misma Corte Suprema de Justicia quien llamó a juicio a la electa senadora Aida Merlano, quien se había entregado 9 de abril en la sede de la Dijín de la Policía, en el occidente de Bogotá. Para el 21 de julio reconstruimos el expediente completo pues aunque la Corte Suprema le impidió asistir a la posesión como senadora, ella insistía en que era inocente y por eso alegaba su derecho a no perder su silla en el Congreso. Para ese momento, como nos lo contó Juan David Laverde, “El Espectador tuvo acceso a las piezas procesales más importantes del caso y armó la radiografía del expediente Merlano. Un proceso que ya derivó en el anuncio de la Fiscalía de próximas imputaciones al señalado círculo político de Aída Merlano, que también habría patrocinado la compraventa de sufragios. Este 30 de julio, en Barranquilla, serán imputados por los delitos de corrupción al sufragante y concierto para delinquir la excandidata a la Cámara de Representantes por Atlántico —y fórmula de Merlano— Lilibeth Llinás, los diputados Jorge Rangel y Margarita Ballén, los concejales Aissar Castro Bravo y Juan Carlos Zamora, y los exconcejales Aissar Castro Reyes (padre de Aissar Castro) y Vicente Támara”.

¿Qué decía la defensa de Merlano? El penalista Jesús Albeiro Yepes, abogado de la acusada, le dijo a El Espectador: “La defensa espera e insiste ante las autoridades en el respeto por el debido proceso, garantía que incorpora la presunción de inocencia y un tratamiento procesal y penitenciario acorde con estos principios. Que sea la oportunidad para denunciar que la senadora ha sido víctima de todas las condenas públicas por funcionarios y entidades públicas sin competencia para investigarla y juzgarla, y sometida a tratos ultrajantes y discriminatorios en el centro de reclusión no obstante sus graves padecimientos de salud”.

Nueve meses después -marzo de 2019- la noticia corría por cuenta de la salud de Merlano, quien había sido trasladada desde El Buen Pastor a un centro médico. En septiembre de 2018 se rumoró que la investigada había atentado contra su vida, pero en ninguno de los dos casos el Inpec pronunció palabra. Problemas gástricos y emocionales serían la causa de su traslado al centro médico.

Para el 16 de mayo de 2019 el Consejo de Estado anuló la elección de Merlano Rebolledo como senadora de la República. Según la Sección Quinta del Consejo de Estado, sí “existió una organización liderada por la señora Aida Merlano que tenía como propósito principal” la compra de votos. Y el 14 de septiembre de ese mismo año, tras la acusación de la Fiscalía contra Merlano de ser la cabeza de una empresa criminal que habría comprado votos en el Atlántico, fue la Corte Suprema de Justicia quien tras la respectiva investigación, la condenó a pagar 15 años de prisión por corrupción electoral. Como dijeron nuestros colegas de la sección Judicial: “pasó de ser una poderosa baronesa electoral del Atlántico, que logró unir a las casas políticas de los Gerlein y los Char, a la protagonista de una empresa criminal”.

La Fiscalía asegura tener pruebas de que Edwin Martínez Salas, José Antonio Manzaneda (expareja de Merlano) y Andrés Niño Muñoz cobraron 25 cheques girados por Gerlein. En total, dice la Fiscalía, el monto de los cheques habría alcanzado los $11 mil millones que habría usado Merlano y su organización para comprar los votos.

La decisión judicial también tocó de manera directa a otros políticos, como Arturo Char y Julio Gerlein, pues en el fallo se habla de una reunión que precisamente Arturo Char sostuvo con Merlano en octubre de 2017. ‘Allí se concertó el apoyo que ofrecerían los dos clanes políticos (Char y Gerlein) para que la aforada (Merlano) llegara al Senado y a la Cámara de Representantes, Lilibeth Llinás”.

No pasaban 15 días desde que el país supo de la condena y la vinculación de los otros políticos cuando otra noticia de primera plana se tomaba la frase ya conocida de “ultima hora”: Aida Merlano se había fugado. “Después de haber sido trasladada a una cita médica, la exsenadora condenada por corrupción electoral no volvió a la cárcel el Buen Pastor. El Inpec no sabe cuál es su paradero”, nos contaron los colegas que cubrieron el hecho. Y las paradojas que se ven en este país: el mismo día que supimos de su fuga, el abogado radicaba en la Corte Suprema la apelación del fallo por el que la condenaron. Así que mientras las autoridades reaccionaban, se ofreció recompensa económica para quien diera información que permitiera encontrarla a la prófuga mientras el ministerio de Justicia sacaba de sus cargos a las cabezas del Inpec y del Buen Pastor. Ah, y también revelamos los detalles de cómo fue que Julio Gerlein Echavarría financió la estructura de corrupción electoral por la que había sido condenada Merlano, según la Fiscalía:

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Se fugó la excongresista condenada Aída Merlano

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Aída Merlano apeló su condena a 15 años de prisión el mismo día que se fugó

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Inpec y Buen Pastor se quedaron sin directores, tras la fuga de Aída Merlano

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Los pagos que habría hecho Julio Gerlein a la red de compra de votos de Aida Merlano

El 6 de febrero de 2020 reapareció Merlano, esta vez ante jueces venezolanos, porque la capturaron en Maracaibo con varias cédulas venezolanas y siete celulares, usando una peluca y extensiones rubias. “No tengo miedo a la justicia, sino al gobierno colombiano, a que me maten”, dijo. “Los únicos responsables de lo que me ocurra a mí y a mi familia son Álvaro Uribe, los Char y los Gerlein, quienes organizaron la fuga y mi asesinato”, agregó Merlano, tras asegurar que Julio Gerlein fue quien pagó por su fuga en octubre del año pasado. Denunció, además, que luego fue secuestrada.

Al día siguiente la Corte Suprema de Justicia pidió los buenos oficios de la vía diplomática entre los dos países y solicitó la extradición de Merlano con una copia del fallo completo que la condenó, la orden de captura dictada en su contra del 3 de octubre de 2019, dos días después de que se fugó, y la solicitud de circular roja de Interpol. Se trataba de seguir el deber ser, sí, pero como lo dijo el entonces fiscal encargado, Fabio Espitia, en el plano político no hay relaciones entre Colombia y Venezuela.

Las declaraciones de Merlano fueron vistas con dos miradas muy distantes: por un lado quienes parten de la base de que es una condenada, prófuga y que además estaría siendo parte de un show montado por el gobierno de Nicolás Maduro para hacerle daño a las instituciones colombianas. Por la otra están aquellos que más allá de la condición de prófuga y condenada, creen que tiene una versión de los hechos que deber ser escuchada e investigada. Y que debe ser la justicia colombiana quien debe encargarse de la situación. Entre sus declaraciones, por ejemplo, aseguró que la llevaron cerca de Valledupar, en donde fue abusada. “Aseguró que primero creyó que lo suyo había sido una fuga porque, según ella, así se lo propusieron abogados de Julio Gerlein. Pero después se percató de que el propósito era asesinarla. Sin embargo, minutos después recalcó que las personas que la custodiaron durante su cautiverio cerca de Valledupar fueron asesinadas, y ella se voló”, nos detallaban nuestros colegas de Judicial. Se fue lanza en ristre contra Germán Vargas Lleras, contra Iván Duque, contra Álvaro Uribe y contra Néstor Humberto Martínez. Habló de persecución política. Advirtió que tiene “videos, audios, pruebas escritas y contratos” para comprobar sus denuncias. Habló, como se esperaba, de la casa Char y la acusó de participar en la compra de votos.

Mientras las páginas de este caso seguían redactándose, escribimos sobre Lillibeth Llinás, la fórmula a la Cámara de Representantes de Aida Merlano en el Atlántico y que había sido llamada a juicio por el mismo caso de corrupción electoral. Publicamos la denuncia de cómo se compran los votos en Soledad, Atlántico, y también la condena a un vinculado en la fuga de Merlano y la cadena de corrupción que quedó en evidencia tras el escape.

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Capitán de Inpec fue condenado por ayudar en la fuga de Aida Merlano

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La “cadena de corrupción” en el Inpec que pudo haber tras la fuga de Aida Merlano

Y así llegamos a febrero de este año, cuando el tema volvió a tomar vigencia tras la publicación de una entrevista a Merlano, donde una vez más denunció la participación de la casa Char en la compra de votos de su campaña en el 2018, del supuesto secuestro del que ella dice fue víctima y también de la violación. “La condenada excongresista declaró por más de 13 horas en la Corte Suprema de Justicia en contra de esta casa política. Aunque todavía no es claro si tiene pruebas contundentes para asociar a los Char a un esquema de corrupción electoral, desde hace años se sabe su cercanía con esta familia”.

Alex Char, quien hace parte de Equipo por Colombia y quien comparte campaña con Enrique Peñalosa, Federico Gutiérrez, David Barguil y Aydee Lizarazo como precandidatos a la presidencia, no ha tocado el tema fondo. Mientras el país esperaba una respuesta, Peñalosa, exalcalde de Bogotá, le dijo a BluRadio: “No hemos hablado de eso”.

Así que, detengámonos un momento. ¿Qué de todo lo que ha dicho Merlano tiene pruebas y qué tanto impacto puede tener si se tiene en cuenta la información que hoy todos conocemos? El Espectador, en este texto, le puso la lupa a su versión para entender la trascendencia de su testimonio, qué hay de nuevo en él y qué implicaciones tendrían, judicial y políticamente, las denuncias de la excongresista prófuga de la justicia colombiana. Entre lo nuevo está que “la excongresista dijo que denunciará por secuestro y abuso sexual a los Char, aunque todavía no hay ningún documento radicado en la Fiscalía. Por su parte, la defensa del precandidato ha insistido en que es mentira, que Merlano no tiene cómo probar nada de sus denuncias y que él también la denunciará por falso testimonio”, nos contaba la sección Judicial. Vinculó nuevos nombres, como Fuad Char, Héctor Amarís, más conocido como el Oso Yogui, José Vargas, Laureano Acuña, conocido como El Gato Volador, Julio Gerlein, Alfredo Varela y José Name (de quien dijo, textualmente, será el primero que le volará la cabeza). De todos ellos el único vinculado a la investigación es Gerlein. Merlano también habló de una relación amorosa con Alex Char, de un costoso regalo. La respuesta de la misma familia Char fue que era un episodio del pasado. Se habla de denuncias de lado y lado, pero hasta el momento no hay ninguna radicada en la Fiscalía.

Julio Gerlein era uno de los más destacados empresarios de Barranquilla. Su empresa Valorcon había promovido cerca de 100 proyectos de vivienda y de infraestructura vial o deportiva.

Todo este escándalo de corrupción ha cobrado más fuerza porque uno de los Char está en la competencia por la presidencia de Colombia. Por eso para los cinco precandidatos de la coalición de centro (Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, Jorge Robledo, Alejandro Gaviria y Carlos Amaya), Alex Char debe renunciar a su precandidatura presidencial tras las denuncias de Aida Merlano. Y, de paso, también cuestionaron a sus compañeros de Equipo por Colombia.

El 5 de febrero se revelaron audios de una supuesta conversación entre Merlano y Gerlein donde el empresario le confirma que sí entregó plata para su campaña y todo fue a través de una empresa de la familia Char. Mientras el escándalo no paraba de crecer, precisamente Alejandro Char no asistía ni a un debate hecho en Barranquilla, su propia casa; y analizamos el impacto del avance de este caso judicial en la campaña política del candidato costeño. También contamos la compulsa de copias de la Corte a la Fiscalía donde aparecen salpicados Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe, Germán Vargas Lleras y Néstor Humberto Martínez.

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Pero, más allá del escándalo mediático, el país necesita revisar esas denuncias de Merlano porque son muy graves. La rama judicial debe llegar al fondo de la investigación. Tan solo el audio donde se habla de $12.000 millones se convierte en una prueba para analizar y verificar su autenticidad, pero que además va acorde con la millonaria necesidad de recursos para poder comprar los votos. Un caso probado y sobre el que ya se dictó condena incluso sobre Merlano. Por ahora lo que se viene es la escucha de testigos. Ya lo hizo Rafael Rocha, quien se desempeñó como uno de los coordinadores de la campaña que llevó a Merlano a ganar una curul en las elecciones de 2018. Dijo que él vio quién llevaba el dinero a la campaña: “Julio Gerlein y al chofer de él. Se lo entregaban a Edwin Martínez y este se lo entregaba a José Manzaneda (padre de la hija de Merlano), quien era el tesorero de la campaña, y él se lo entregaba a los pagadores”.

Merlano es una delincuente, lideró toda una supuesta estructura de compra de votos, el país lo vio y la Corte Suprema la condenó. Ahora lo más sano es que pasemos de las acusaciones en redes sociales y entrevistas en medios de comunicación a denuncias formales en la Fiscalía. Que se adelante la investigación y que se pongan sobre la mesa las pruebas que se dicen tener. La presunción de inocencia es un derecho y como tal hay que respetarlo, para todos. En este momento los colombianos estamos tratando de escuchar ideas para elegir al próximo líder o lideresa que llevará las riendas del país y lo que menos queremos es que exista sobre uno de ellos cualquier manto de duda. La corrupción es uno de nuestros mayores males y la compra de votos es uno de sus combustibles, así que debemos, entre todos, combatirla. Es tarea de cada uno denunciar pero, sobre todo, educar en la necesidad de una libre elección, muy a pesar de la pobreza, donde unos pocos pesos terminan comprando conciencias. De ahí el reto que tenemos todos por luchar contra este problema de raíz y más de cara a las elecciones que estamos a punto de vivir, tanto para el Congreso como para el primer cargo de elección popular de Colombia, el del presidente de la Nación.

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