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Tres familias del Urabá antioqueño y Chocó ahora tienen la certeza de dónde están los restos de sus familiares desaparecidos, tras años de búsqueda y reclamos de verdad.
Allí, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Instituto Nacional de Medicina Legal hicieron la entrega digna de los cuerpos de tres víctimas del conflicto armado que habían sido encontrados en el Cementerio Religioso Municipal de Apartadó (Antioquia).
Los restos identificados corresponden a Eleal Palacios Martínez, Antonio Sepúlveda Carmona y Efigenio Mosquera Ibargüen, quienes habían sido exhumados entre el 10 y el 14 de junio de 2024, cuando el Grupo de Apoyo Técnico Forense recuperó los cuerpos de 16 personas que habrían muerto en hechos violentos.
La magistrada Nadiezhda Henríquez, de la Sala de Reconocimiento de Verdad de la JEP, fue quien ordenó las labores de búsqueda en el cementerio de Apartadó, en el marco del macrocaso 04, que investiga la situación territorial en el Urabá.
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Los detalles del proceso
Las autoridades tenían en su poder documentación medicolegal sobre cuerpos no identificados inhumados en este lugar, por lo que el proceso de identificación y entrega digna a sus familiares fue eficaz.
La información recopilada por las instituciones del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición sirvió para agilizar la identificación, el hallazgo de las familias y la entrega de los cuerpos.
Se pudo establecer que de los 16 cuerpos recuperados inicialmente en el cementerio de Apartadó, 16 tenían expedientes en Medicina Legal, lo que permitió dar con sus identidades a través de la práctica conocida como verificación de correspondencia de información post mortem in situ.
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Nueve de los cuerpos fueron identificados con esa metodología, incluidos los de Eleal Palacios Martínez, Antonio Sepúlveda Carmona y Efigenio Mosquera Ibargüen. Luego, en otros dos procedimientos de exhumación en el mismo cementerio, se recuperaron los restos de tras 47 víctimas que están siendo identificadas.
Hallar a los familiares
En el caso de Antonio Sepúlveda Carmona, su hermana, Érica Sepúlveda, tenía pistas sobre la posible ubicación del cuerpo de su hermano en la tumba 102 de la galería Ángel de Mi Guarda, en el cementerio de Apartadó.
Le entregó la información a un equipo de forenses que trabajaban es las exhumaciones en el lugar y lograron encontrar e identificar los restos de su hermano, a quien buscaban desde el año 2013. La confirmación de la identificación se hizo por medio análisis de Medicina Legal.
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Sobre Eleal Palacios Martínez y Efigenio Mosquera Ibargüen, las autoridades tenían hipótesis sobre el lugar en el que se encontraban sus cuerpos y las causas de su muerte, gracias a la información recopilada previamente por las instituciones. Finalmente, las autoridades dieron con sus familiares gracias a declaraciones de comparecientes del macrocaso 04 que investiga la JEP.
Tras la identificación, las familias de Eleal Palacios Martínez y Antonio Sepúlveda Carmona recibieron los restos de sus familiares el pasado 11 de diciembre en el municipio de Apartadó. Dos días después, el 13 de diciembre, la familia de Efigenio Mosquera Ibargüen recibió sus restos en el municipio de Tadó (Chocó).
Otro cuerpo fue identificado en el marco de las intervenciones forenses al cementerio de Apartadó, sobre el cual la UBPD no entregó mayores detalles. Corresponde, según las autoridades, a los restos de Leofanor Córdoba Mosquera, quien ya fue entregado a sus familiares en Quibdó (Chocó).
“Durante las entregas dignas, los familiares de las víctimas recibieron informes elaborados por profesionales forenses de la JEP, la Unidad de Búsqueda y Medicina Legal, los cuales detallaban el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de sus seres queridos, los contextos de sus muertes y los procedimientos científicos que permitieron su identificación”, explicaron desde la UBPD.
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El anuncio de esta entrega se da al tiempo que en La Escombrera de la Comuna 13, en Medellín, las mismas instituciones reportaron el hallazgo de los restos óseos de las tres primeras personas buscadas en ese lugar, que se conoce como la “fosa a cielo abierto” más grande del país. Un hallazgo clave tras cerca de dos décadas de lucha de las familias buscadoras.
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