Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                03 de septiembre de 2016 - 09:00 p. m.

                                                                                                                                Esa mina llevaba mi nombre

                                                                                                                                El Centro Nacional de Memoria Histórica presenta esta semana un libro sobre víctimas de la Fuerza Pública que han pisado minas antipersonal en Colombia. La periodista Diana Durán es su autora.

                                                                                                                                Jorge Cardona Alzate

                                                                                                                                Diana Durán es periodista de la Universidad Autónoma de Occidente. Hoy es la editora judicial de este diario, la primera mujer en ocupar el cargo. / Cristian Garavito
                                                                                                                                Foto: CRISTIAN GARAVITO
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Fueron militares por vocación o llegaron por destino, pero una mina antipersonal cambió sus vidas para siempre. Algunos tienen la rabia intacta porque perdieron un brazo, la vista o las piernas. Otros asumieron que debían reinventarse con un nuevo cuerpo. En el contexto del Derecho Internacional Humanitario, son víctimas del conflicto y sus familias fueron su soporte. Todos están convencidos de que Colombia no puede seguir con la ceguera de la guerra.

                                                                                                                                Son los nueve protagonistas del libro Esa mina llevaba mi nombre, escrito por la periodista Diana Durán Núñez. Ellos y Ana María, una joven viuda que recibió el féretro sellado con el cadáver de su esposo para que no lo viera y mejor se quedara con su recuerdo. Historias de extremo dolor pero también de resiliencia, de colombianos que un día estaban orgullosos de portar uniformes, que sólo querían saber de sus armas, y una mina los retornó a la condición de civiles.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El soldado que ya no puede ver, pero hoy es campeón en lanzamiento de jabalina. El que quería ser sacerdote, descubrió su vocación de servicio en el Ejército, pero quedó sin ascenso. Los amigos del mismo nombre que, al ayudarse en la batalla, perdieron sus pies y compartieron su drama, hasta que uno de ellos murió en un absurdo accidente. El oficial que hace humor con su tragedia y ayuda a quienes les llega el turno de sufrir. Heridos por fuera y por dentro que sanan.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Un trabajo periodístico promovido por el Centro Nacional de Memoria Histórica, con apoyo de la Embajada de Suiza en Colombia, que pone al desnudo una faceta del conflicto que poco se advierte en las noticias. Las víctimas de minas prohibidas por el Tratado de Ottawa desde 1997. La mayoría, militares o personas ajenas a la guerra. Un capítulo sin muchos dolientes, que continúa latente porque, en promedio, cada dos días, alguien pisa una mina que trastoca su vida.

                                                                                                                                Durante un año, Diana Durán escuchó muchas historias, todas dolorosas. En Bogotá, Medellín, Cali, Villavicencio, Bucaramanga, en múltiples talleres promovidos por el Ministerio de Defensa o el Comando Estratégico de Transición. Ella se confiesa de lágrima fácil, pero se contuvo y después editó abatida. Lo importante era captar el coraje, hacer a un lado prejuicios o ideas y permitir que el periodismo fluyera en medio de su estupor.

                                                                                                                                Nacida en Cali pero educada en Bucaramanga, a pesar de su juventud, Diana Durán es, básicamente, reportera. En 2007, con su título de la Universidad Autónoma de Occidente bajo el brazo, viajó a Bogotá a probarse y la revista Semana le abrió la puerta. Escasamente tenía la experiencia de trabajar con su amigo Esaúd Urrutia, hoy secretario de Desarrollo Territorial en la capital del Valle. Pronto demostró que tenía vocación y carácter para ejercer el noble oficio.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                En febrero de 2008, cuando El Espectador regresaba a diario, entró a formar parte de su Sección Judicial. Un año más que intenso. El bombardeo a Raúl Reyes, la Operación Jaque, el escándalo de la parapolítica, la confrontación entre el gobierno Uribe y la Corte Suprema de Justicia, los falsos positivos. Una agenda para salir corriendo o quedarse a pulsar la realidad nacional. Ella decidió que ese era el mundo que quería entender para informar.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Un año después, en una convocatoria a periodistas de América, ganó un fellowship en el Washington Post, y de esa experiencia derivó un trabajo sobre los paramilitares presos en Estados Unidos, que fue premiado por la Sociedad Interamericana de Prensa. En 2011, se fue a Londres a estudiar una maestría en derechos humanos y regresó para dedicarse primero a entender lo que significó para Colombia el holocausto del Palacio de Justicia y después a asimilar la memoria de la violencia sin límites.

                                                                                                                                En 2013, su cobertura con dos colegas sobre el atroz asesinato de Rosa Elvira Cely en el Parque Nacional, en Bogotá, le significó que fuera galardonada con el Premio Simón Bolívar. Ese mismo año fue becada en Estados Unidos con el premio World Press Institute Fellowship. Al año siguiente, recibió el Premio Álvaro Gómez Hurtado, que otorga el Concejo de Bogotá. El día que el presidente Santos y Timochenko anunciaron el acuerdo de víctimas en La Habana, asumió como nueva editora judicial de El Espectador.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hoy, con su equipo de reporteros, devela a diario lo que pasa en las cloacas del país, pero le faltaba un libro para emular a sus referentes bibliográficos: Diego Fonseca, Leila Guerriero o la gente del periódico El Faro de El Salvador. Ahora ya lo tiene en sus manos; esta semana lo presentará en el Museo Nacional: representa su encuentro con colombianos que se vieron en el límite, sobrevivieron y, cuando parecían cruzados para siempre por la desgracia, encontraron el giro para volver a empezar.

                                                                                                                                Esa mina llevaba mi nombre, para significar, lo que creen muchos de quienes las pisaron, que estaban destinadas a sus vidas. Una parte de la memoria colombiana de los últimos tiempos que, desde 1990 hasta la fecha, tiene a más de 10.000 personas sin piernas o sin brazos, el 61 % de ellas militares. Hombres que también quieren que Colombia sepa que son los primeros que buscan un país en paz.

                                                                                                                                Diana Durán es periodista de la Universidad Autónoma de Occidente. Hoy es la editora judicial de este diario, la primera mujer en ocupar el cargo. / Cristian Garavito
                                                                                                                                Foto: CRISTIAN GARAVITO
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Fueron militares por vocación o llegaron por destino, pero una mina antipersonal cambió sus vidas para siempre. Algunos tienen la rabia intacta porque perdieron un brazo, la vista o las piernas. Otros asumieron que debían reinventarse con un nuevo cuerpo. En el contexto del Derecho Internacional Humanitario, son víctimas del conflicto y sus familias fueron su soporte. Todos están convencidos de que Colombia no puede seguir con la ceguera de la guerra.

                                                                                                                                Son los nueve protagonistas del libro Esa mina llevaba mi nombre, escrito por la periodista Diana Durán Núñez. Ellos y Ana María, una joven viuda que recibió el féretro sellado con el cadáver de su esposo para que no lo viera y mejor se quedara con su recuerdo. Historias de extremo dolor pero también de resiliencia, de colombianos que un día estaban orgullosos de portar uniformes, que sólo querían saber de sus armas, y una mina los retornó a la condición de civiles.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El soldado que ya no puede ver, pero hoy es campeón en lanzamiento de jabalina. El que quería ser sacerdote, descubrió su vocación de servicio en el Ejército, pero quedó sin ascenso. Los amigos del mismo nombre que, al ayudarse en la batalla, perdieron sus pies y compartieron su drama, hasta que uno de ellos murió en un absurdo accidente. El oficial que hace humor con su tragedia y ayuda a quienes les llega el turno de sufrir. Heridos por fuera y por dentro que sanan.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Un trabajo periodístico promovido por el Centro Nacional de Memoria Histórica, con apoyo de la Embajada de Suiza en Colombia, que pone al desnudo una faceta del conflicto que poco se advierte en las noticias. Las víctimas de minas prohibidas por el Tratado de Ottawa desde 1997. La mayoría, militares o personas ajenas a la guerra. Un capítulo sin muchos dolientes, que continúa latente porque, en promedio, cada dos días, alguien pisa una mina que trastoca su vida.

                                                                                                                                Durante un año, Diana Durán escuchó muchas historias, todas dolorosas. En Bogotá, Medellín, Cali, Villavicencio, Bucaramanga, en múltiples talleres promovidos por el Ministerio de Defensa o el Comando Estratégico de Transición. Ella se confiesa de lágrima fácil, pero se contuvo y después editó abatida. Lo importante era captar el coraje, hacer a un lado prejuicios o ideas y permitir que el periodismo fluyera en medio de su estupor.

                                                                                                                                Nacida en Cali pero educada en Bucaramanga, a pesar de su juventud, Diana Durán es, básicamente, reportera. En 2007, con su título de la Universidad Autónoma de Occidente bajo el brazo, viajó a Bogotá a probarse y la revista Semana le abrió la puerta. Escasamente tenía la experiencia de trabajar con su amigo Esaúd Urrutia, hoy secretario de Desarrollo Territorial en la capital del Valle. Pronto demostró que tenía vocación y carácter para ejercer el noble oficio.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                En febrero de 2008, cuando El Espectador regresaba a diario, entró a formar parte de su Sección Judicial. Un año más que intenso. El bombardeo a Raúl Reyes, la Operación Jaque, el escándalo de la parapolítica, la confrontación entre el gobierno Uribe y la Corte Suprema de Justicia, los falsos positivos. Una agenda para salir corriendo o quedarse a pulsar la realidad nacional. Ella decidió que ese era el mundo que quería entender para informar.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Un año después, en una convocatoria a periodistas de América, ganó un fellowship en el Washington Post, y de esa experiencia derivó un trabajo sobre los paramilitares presos en Estados Unidos, que fue premiado por la Sociedad Interamericana de Prensa. En 2011, se fue a Londres a estudiar una maestría en derechos humanos y regresó para dedicarse primero a entender lo que significó para Colombia el holocausto del Palacio de Justicia y después a asimilar la memoria de la violencia sin límites.

                                                                                                                                En 2013, su cobertura con dos colegas sobre el atroz asesinato de Rosa Elvira Cely en el Parque Nacional, en Bogotá, le significó que fuera galardonada con el Premio Simón Bolívar. Ese mismo año fue becada en Estados Unidos con el premio World Press Institute Fellowship. Al año siguiente, recibió el Premio Álvaro Gómez Hurtado, que otorga el Concejo de Bogotá. El día que el presidente Santos y Timochenko anunciaron el acuerdo de víctimas en La Habana, asumió como nueva editora judicial de El Espectador.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hoy, con su equipo de reporteros, devela a diario lo que pasa en las cloacas del país, pero le faltaba un libro para emular a sus referentes bibliográficos: Diego Fonseca, Leila Guerriero o la gente del periódico El Faro de El Salvador. Ahora ya lo tiene en sus manos; esta semana lo presentará en el Museo Nacional: representa su encuentro con colombianos que se vieron en el límite, sobrevivieron y, cuando parecían cruzados para siempre por la desgracia, encontraron el giro para volver a empezar.

                                                                                                                                Esa mina llevaba mi nombre, para significar, lo que creen muchos de quienes las pisaron, que estaban destinadas a sus vidas. Una parte de la memoria colombiana de los últimos tiempos que, desde 1990 hasta la fecha, tiene a más de 10.000 personas sin piernas o sin brazos, el 61 % de ellas militares. Hombres que también quieren que Colombia sepa que son los primeros que buscan un país en paz.

                                                                                                                                Por Jorge Cardona Alzate

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar