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El pasado 22 de noviembre, la Fiscalía inició una investigación preliminar contra el sacerdote Francisco de Roux, expresidente de la Comisión de la Verdad, y los también jesuitas Hans Zollner y Luis Javier Sarralde. Los tres son señalados de presunta omisión en el caso de abuso sexual cometido por el fallecido sacerdote Darío Chavarriaga contra los siete hermanos Llano Narváez, en hechos ocurridos durante la década de los 70.
En contexto: La historia del presunto encubrimiento a un pederasta contada por el padre De Roux
En una carta publicada hoy 23 de diciembre, De Roux afirmó que intentó encontrase con los hermanos Llano, pero “recibí el mensaje de que únicamente era posible en presencia del abogado. Por respeto a ellos y a la justicia, evité la discusión mediática. Espero poder encontrarnos como seres humanos”.
Asimismo, señaló que ha pedido ser llamado por la Fiscalía y “acojo lo que la justicia decida. No me importa prestigio personal con tal de que se haga justicia a las víctimas y a todos. Aunque moral y jurídicamente quedé tranquilo por lo que actué en 2014, cuando puse la sanción que estaba en mis manos poner y llevé el asunto a las instancias decisorias de Roma, de los Jesuitas y el Vaticano, hoy he comprendido el acrecentamiento de las expectativas de los Llano Narváez y la pertinencia de la causa en que se unen con muchos otros”.
Según la denuncia de los Llano, los sacerdotes habrían tenido conocimiento de los abusos y no habrían tomado las medidas necesarias para denunciarlos ante las autoridades o evitar su continuidad. Esto, según los abogados de las víctimas, no solo agravó el sufrimiento de los afectados, sino que permitió que el padre Chavarriaga reincidiera en sus crímenes.
Aunque el sacerdote Chavarriaga confesó su responsabilidad en una investigación eclesiástica, el caso nunca fue remitido a la justicia penal. En lugar de ello, el religioso, quien fungía como decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Javeriana, fue retirado de sus funciones y trasladado a una casa de reposo para religiosos donde falleció en 2015.
Denuncias de la familia Llano
Luis Fernando Llano, una de las víctimas, aseguró que el sacerdote Chavarriaga se aprovechó de su posición de autoridad como director de estudios del Colegio Mayor de San Bartolomé, en Bogotá, para abusar sexualmente de los menores, aprovechando la confianza de la familia y su influencia sobre la beca de estudios de los niños.
El caso tomó un nuevo rumbo luego de que la familia Llano denunciara el presunto encubrimiento y la omisión de los superiores eclesiásticos. Tras la compulsa de copias, la Fiscalía investiga al padre Francisco de Roux por los posibles delitos de favorecimiento y omisión de denuncia, en el marco de su rol como superior provincial de la Compañía de Jesús en Colombia en 2014.
La respuesta del padre Francisco de Roux
En su defensa, De Roux manifestó que tuvo conocimiento del caso hasta 2014 y que, en su momento, tomó las medidas que estaban a su alcance, como imponer sanciones internas y remitir el caso a las instancias eclesiásticas del Vaticano. Sin embargo, el sacerdote también reconoció las expectativas crecientes de las víctimas y aseguró que está dispuesto a colaborar con la justicia.
Lea: La verdad de los hermanos Llano: la familia que denunció al padre De Roux (I)
De Roux finalizó su mensaje expresando su solidaridad con las víctimas y su compromiso con la lucha contra la pederastia en la Iglesia: “La pederastia es un asunto que tenemos que enfrentar juntos en la Iglesia y en la sociedad. En la sinceridad, la franqueza, la justicia y el respeto, si queremos una solución a fondo con los cambios que faltan por hacerse. Es una construcción colectiva en verdad y justicia restaurativa hacia la reconciliación”.
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