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Torturados. Sin garantías. Sin defensa judicial. En “medio del excremento humano”. Así se sienten los 18 militares colombianos presos en Haití, quienes son acusados desde mitad de año por materializar el operativo que terminó en el magnicidio del antiguo presidente Jovenel Moïse. En un audio desde la isla caribe, los soldados en retiro aseguran que quieren inculparlos injustamente y que antiguas declaraciones que se llevaron los titulares de prensa, aceptando su responsabilidad, se rindieron bajo amenazas.
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“Hablen con el Gobierno de Haití, presionen al Gobierno de Haití. Envíen una comisión que verifique las torturas. Fuimos torturados en pleno siglo XXI por la policía haitiana. Todas las declaraciones ante policía judicial fueron bajo tortura, sin abogado. Nos han quemado con aceite, nos han macheteado el cuerpo, nos han arrancado las uñas, nos han tumbado los dientes a patadas. Por favor ayuda, hagan público este mensaje”, señaló uno de los militares presos en Haití, a quienes se les acusa entrar en la misma casa de Moïse, el pasado 7 de julio, y balearlo hasta la muerte.
De acuerdo con el mensaje, los militares colombianos señalan que les han violado todos los derechos. Que llevan dos meses sin acceso a un abogado y que fuerzas externas intentarían absolver a los supuestos verdaderos responsables. Agregan que solo les permiten alimentarse una vez al día, con arroz. Aseguran, además, que algunos soldados retirados han perdido hasta 20 kilos de peso. Solicitaron ayuda del presidente Iván Duque, del expresidente Álvaro Uribe y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
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“Por favor, necesitamos su ayuda. Somos 18 colombianos de bien, engañados y prisioneros en esta cárcel. Los necesitamos, por favor. Ayúdenos, ayúdenos. Presionen al Gobierno Haitiano por nuestra extradición. Ayúdenos con un abogado. No tenemos ni siquiera un abogado, no tenemos contacto con nuestras familias. No tenemos dinero. Sobrevivimos de la caridad. Nosotros nos encontramos en medio de ratas, en medio de excremento humano. Así estamos viviendo. Ustedes son nuestra luz de esperanza. Es un auxilio humanitario”, concluyen.
La investigación por el asesinato de Jovenel Moïse está en manos del magistrado Garry Orélien desde agosto pasado, luego de que el antiguo magistrado renunciara a indagar y contar la verdad judicial del magnicidio. La Policía haitiana ha detenido a 44 personas, entre ellas 12 policías de la isla, los 18 presuntos mercenarios o “contratistas de seguridad colombianos” y dos estadounidenses de origen haitiano. El ministro de Justicia Rockefeller Vincent ha dado instrucciones para instalar un dispositivo de seguridad especial en las celdas donde están los nacionales.
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Información de inteligencia colombiana, dada a conocer por el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas, señala al médico haitiano Emmanuel Sanon como cabeza del plan que acabó con la vida del presidente Moïse. En información de julio pasado, Vargas aseguró que tendría como probar que el determinador del asesinato, al parecer a petición de Sanon, fue el exfuncionario del Ministerio de Justicia, Joseph Felix Badio. Autoridades de la isla explicaron, hace dos meses, que Badio incluso trabajó en la Unidad Anticorrupción del gobierno, pero fue despedido por violaciones de reglas éticas.
Para que la ficha de Badio encaje en la investigación hay que partir de Emmanuel Sanon, de 63 años, quien según la policía de Haití es el denominado autor intelectual. Léon Charles, jefe de la institución investigadora, sostiene que Sanon llegó a la isla con objetivos políticos hace meses, luego de vivir durante décadas en Florida (Estados Unidos). Sanon está detenido y es, por ahora, sobre quien pesa la hipótesis más fuerte. El acusado se habría contactado con una empresa de investigación, CTU Security Services, para reclutar un grupo de mercenarios.
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“Se ratifica que las reuniones iniciales fueron realizadas en Miami entre personas que trabajaban para la empresa CTU Security Services, con James Solages (estadounidense traductor del grupo), Arcángel Pretelt (presunto mercenario colombiano), Tony Intriago (venezolano dueño de la empresa según Diario Libre de República Dominicana) y Emmanuel Sanon”, explicó el general Jorge Luis Vargas. La Policía agrega que de esas reuniones participó Duberney Capador, uno de los militares colombianos que resultó muerto en la respuesta estatal haitiana.
Capador, al parecer, entregó información de la reunión al militar detenido Germán Alejandro Rivera. Luego, el ciudadano ecuatoriano Walter Veintemilla, a través de la empresa World Wide Capital, habría comprado pasajes para el ingreso de los presuntos mercenarios a República Dominicana, país que comparte la misma zona geográfica con Haití. Están a un paso. Una vez en la isla, habrían llegado a Haití donde por tres semanas, dice la Policía, prestaron servicios de seguridad en grupos de siete.
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“Posteriormente en reunión con Joseph Fálix Badio y una persona llamada Ascar, Germán Rivera y Duberney Capador son informados de que se va a arrestar al presidente supuestamente. Se comienza la organización y la planeación operacional delincuencial para hacer esto. De esa acción se enteran la empresa CTU, Emmanuel Sanon y varias personas que ya están capturadas”, puntualizó Vargas. Ya en agosto, los militares colombianos habrían cercado la casa del presidente Moïse. Joseph Félix Badio, al parecer, le dio la orden al nacional Capador para asesinar al presidente. Se cree que entraron a la casa, acabaron con la seguridad y mataron al mandatario. Su esposa, Martine Moïse, sobrevivió a pesar de recibir disparos en las extremidades.
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