Estas son las ubicaciones exactas de las disidencias de las FARC
El Estado Mayor Central (EMC) está dividido en dos por los liderazgos opuestos de alias Calarcá y alias Iván Mordisco. Con el primero, avanzan los diálogos de paz y se mantiene el cese al fuego. Con los segundos, hay una “ofensiva total”. Así se distribuyen sus filas en el país.
Jhoan Sebastian Cote
El Estado Mayor Central (EMC), como se le denominó durante dos años a los disidentes de las FARC que se negaron a firmar el Acuerdo de Paz, es un término del pasado a partir de julio de este año. Ese nombre con el que la organización quiso mostrarse como un grupo colegiado, que unificaría a los insurgentes de todo el país, se fracturó por cuenta de dos liderazgos opuestos. Por un lado, de Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco, con fuerte presencia en el Cauca y suroccidente nacional. Y por el otro, Alexander Díaz Mendoza, alias Calarcá, en compañía de Carlos Eduardo García, alias Andrey Téllez, al mando de las tropas principalmente ubicadas en Meta, Caquetá, los Santanderes, Bolívar y Antioquia.
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El Estado Mayor Central (EMC), como se le denominó durante dos años a los disidentes de las FARC que se negaron a firmar el Acuerdo de Paz, es un término del pasado a partir de julio de este año. Ese nombre con el que la organización quiso mostrarse como un grupo colegiado, que unificaría a los insurgentes de todo el país, se fracturó por cuenta de dos liderazgos opuestos. Por un lado, de Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco, con fuerte presencia en el Cauca y suroccidente nacional. Y por el otro, Alexander Díaz Mendoza, alias Calarcá, en compañía de Carlos Eduardo García, alias Andrey Téllez, al mando de las tropas principalmente ubicadas en Meta, Caquetá, los Santanderes, Bolívar y Antioquia.
En contexto: “Iván Mordisco es objetivo militar”: comandante de las Fuerzas Militares
La fractura entre ambos bandos se dio en el marco de los diálogos de paz total propuestos por el gobierno de Gustavo Petro. Las disidencias de Iván Mordisco habían tenido gran protagonismo en las conversaciones, al punto de que el presidente ordenó el cese al fuego incluso en territorios de gran interés para revivir la presencia estatal y que históricamente han estado en disputa, como lo es el Cauca y Valle del Cauca. No obstante, durante los últimos meses, el cese al fuego con los grupos de Mordisco se suspendió en perjuicio de algunas estructuras guerrilleras del Cauca, como sucedió en marzo, y, con el tiempo, terminó suspendido definitivamente por cuenta de un ataque armado a población indígena en zona rural de Toribío (Cauca), en marzo pasado.
En los últimos días, Iván Mordisco amenazó públicamente con atentar contra la conferencia sobre cambio climático COP16 a realizar en Cali en octubre y que contará con la participación de delegaciones de todo el mundo. A ello se han sumado constantes ataques contra subestaciones de Policía en municipios de Cauca y del Valle, y hasta un ataque con drones a la zona rural de Argelia, en el Plateado, donde un niño fue asesinado durante un partido de microfútbol. Aunque en un reciente comunicado, de hace dos días, Iván Mordisco públicamente se retractó de sus amenazas a la COP16 y aseguró seguir interesado en conversar la paz, pero para el gobierno parece que es tarde para su propuesta.
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En diálogo con El Espectador, el comandante general de las Fuerzas Militares, el almirante Francisco Cubides, explicó que mientras no haya un decreto de cese al fuego con Mordisco, será perseguido por las fuerzas de seguridad del Estado. “Iván Mordisco es objetivo militar. Así como lo son otros delincuentes de Colombia, como lo son Chiquito Malo, cabecilla del Clan del Golfo, e Iván Márquez de la Segunda Marquetalia”, dijo. Asimismo, el director general de la Policía, el general William Salamanca, reconoció públicamente la intención de su institución en perseguir las estructuras de Iván Mordisco hasta derrotarlas en los territorios.
Las disidencias de Iván Mordisco se dividen en cuatro bloques: el Comando Conjunto de Oriente Martín Villa, con presencia en Arauca, Casanare y Norte de Santander; el bloque Amazona Manuel Marulanda Vélez, que se ubica en Meta, Vaupés, Vichada, Guaviare, Caquetá, Putumayo, Amazonas; el Bloque Central Isaías Pardo, que permanece en Quindío, Huila, Tolima y Valle del Cauca; y el Bloque Occidental Jacobo Arenas, con sus famosas estructuras Dagoberto Ramos, Jaime Martínez, Carlos Patiño, Edison Leal y Franco Benavidez, entre otras, en Cauca, Nariño y Valle del Cauca.
Los alfiles de Iván Mordisco son, de un lado, alias Alonso 45, condenado por la sangrienta toma a Mitú en 1998, que dejó 43 civiles y militares muertos, a cargo de la estructura Carolina Ramírez, quien desde el Putumayo dirige las rutas de narcotráfico con destino a Brasil y Perú. Y del otro lado, alias Marlon Vásquez Arenas, quien sí llegó a firmar la paz en 2016, reincidió en el crimen y quien hace poco anunció la creación del nuevo bloque central del extinto EMC. Las Fuerzas Militares, según conoció este diario, estiman que los de Mordisco cuentan con alrededor de 2.700 insurgentes en sus zonas de acción.
La división entre los hombres de Iván Mordisco y los de Calarcá es todo un hecho para las Fuerzas Militares y, prueba de ello, es un reciente radiograma en el que el segundo comandante del Ejército, el mayor Omar Esteban Sepúlveda, les ordena a los militares de Colombia que dejen de mencionar las palabras “Estado Mayor Central”. La nueva terminología debe “relacionar específicamente el Frente, Bloque, Comisiones y Subestructura” de los informes sobre los disidentes, dado que el presidente Petro declaró “terminado cese al fuego con 24 estructuras lideradas por alias Iván Mordisco y acordó cese al fuego con 16 estructuras lideradas por alias Calarcá”.
Alias Calarcá tiene suspendida su orden de captura desde febrero pasado, tras negociación del Alto Comisionado para la Paz con la Fiscalía. Mientras Iván Mordisco perdía espacio en la denominada paz total, Calarcá anunció su intención de seguir dialogando desde abril pasado y hasta la fecha. Cuando El Espectador le preguntó las razones de las primeras fracturas con Mordisco, respondió así: “Pues sí se venían dando unas contradicciones, unos problemas internos debido a diversos motivos, pero creo que hasta ahora no habían sido contradicciones antagónicas, sino que se podían amolar, afinar”. Hoy, tienen la garantía de un cese al fuego en sus territorios.
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Las disidencias de alias Calarcá se dividen en dos bloques: el Bloque Magdalena Medio Gentil Duarte, con presencia en Bolívar, Antioquia y Norte de Santander; y el Bloque Jorge Suárez Briceño, que se ubica en Meta, Huila, Tolima, Caquetá, Guaviare y Putumayo. Las Fuerzas Militares consideran que las disidencias de alias Calarcá cuentan con un estimado de 1.750 integrantes. Este diario conoció que el gobierno planea otorgarle un cese al fuego por tres meses, y no por seis, como venía declarándose, con miras a evaluar la voluntad de paz de alias Calarcá. Ello incluye no recaer en confrontaciones, no tener presencia en centros poblados, desescalamiento del conflicto y no reclutar ni hacer proselitismo con menores de edad.
Las conversaciones con Calarcá, de todas maneras, sufrieron su primer antecedente crítico el pasado 23 de julio, cuando uniformados del Ejército detuvieron una caravana de camionetas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) en la que se movilizaba Calarcá, en la vía que de Anorí conduce a Medellín. Aunque es legítimo que disidentes en conversación con el gobierno sean beneficiarios de un esquema de protección, según ordenó el Ejecutivo, el problema estaba en que parte de los ocupantes tenían órdenes de captura vigentes y a otros se les encontró armas y millones en dinero en efectivo. Es decir, fueron capturados en flagrancia. La detención causó el rechazo de alias Andrey Téllez, hombre fuerte en el Catatumbo, quien aseguró que el procedimiento realizado por las autoridades judiciales fue una “humillación”.
Al final, tras analizar la situación jurídica del grupo de disidentes que terminó capturado, un juez de la República aceptó la petición de la Fiscalía de enviar a prisión a Édgar Jesús Orrego, alias Firu, a quien la justicia buscaba por tres expedientes. El primero, reportó el ente investigador ante el juez de Garantías, ocurrió el 9 de diciembre de 2019, cuando, al parecer, Orrego dispuso un ataque con granadas contra una vivienda en Guadalupe (Santander), y luego habrían hurtado varias reses. Otro, del 30 de enero de este año, cuando presuntamente ordenó el asesinato de cuatro personas en la vereda La Frisolera, en Don Matías (Antioquia). Y en el último, ocurrido el 23 de julio, habría ordenado el asesinato de un hombre en Campamento (Antioquia), como retaliación por obstaculizar las actividades ilícitas del grupo armado.
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Otro de los capturados en los vehículos blindados de la UNP —en los que según las autoridades se encontraron $233 millones y US$8.200, dos pistolas nueve milímetros, 17 cartuchos, una empuñadura de fusil y un chaleco balístico— es Omar Delgado Novoa, alias Hermes Boyaco. Estaba escoltado en las camionetas de la UNP, a pesar de tener una orden de captura emitida por un juzgado de control de garantías de Puerto Lleras (Meta), por ser posible responsable de delitos como homicidio y concierto para delinquir. Al final, tal fue la crisis por estas capturas que, en menos de 72 horas, las delegaciones del Gobierno y los frentes de la disidencia del Estado Mayor Central que aún están en la mesa de diálogos tuvieron al menos tres reuniones para salvar el proceso. Las conversaciones convocaron a la Misión de la ONU, MAPP-OEA, el Consejo Mundial de Iglesias, la Conferencia Episcopal de Colombia y a los embajadores de Suiza, Irlanda y Noruega como países garantes.
Para realizar las acciones ofensivas, el comandante de las Fuerzas Militares, Cubides, confirmó que no hay posibilidad de confusión, aunque el EMC haya quedado dividido. “¿Cómo hacemos para identificar los grupos? Cada uno tiene bloques o frentes que están ubicados en el país. Traigamos a la conversación a las disidencias de Iván Mordisco y a las disidencias de alias Calarcá. Aunque hasta hace poco se definían como el Estado Mayor Central (EMC), están ubicados en lugares diferentes”, explicó. Y dejó claro que, aunque con los de Calarcá haya cese al fuego, si los evidencia en situación de flagrancia, atacando a la fuerza pública o realizando acciones de narcotráfico, también irán por ellos.
Las divisiones le dieron también paso a la creación de nuevos frentes, como el 57 Yair Bermúdez, que en abril pasado se separó de la estructura Adán Izquierdo del Bloque Central de Iván Mordisco, en el Valle, por diferencias ideológicas y de control territorial. El reto para las Fuerzas Militares es mediar y actuar en el marco de la Constitución en regiones que tienen territorios en disputa por hasta tres o cuatro grupos distintos Incluidos aquellos que no están en conversaciones de paz, lo cual supone toda una partida de ajedrez para las fuerzas de seguridad del Estado. Entretanto, la ofensiva será total contra Iván Mordisco y los diálogos se enfocarán en los disidentes de Calarcá.
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