Así está distribuida la presencia de los grupos armados organizados en Colombia
Según cifras conocidas por El Espectador, en el país al menos 20.420 personas hacen parte de organizaciones como el ELN y las disidencias de las Farc: 10.600 en armas y 9.820 en redes de apoyo.
Gustavo Montes Arias
Las acciones de los grupos armados en el país continúan, igual que las operaciones militares para contener su expansión y evitar que se sigan escalando los conflictos por el control territorial y de las economías ilícitas. Sin embargo, la presencia de organizaciones al margen de la ley no deja de crecer y las cifras lo confirman.
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Las acciones de los grupos armados en el país continúan, igual que las operaciones militares para contener su expansión y evitar que se sigan escalando los conflictos por el control territorial y de las economías ilícitas. Sin embargo, la presencia de organizaciones al margen de la ley no deja de crecer y las cifras lo confirman.
El Clan del Golfo lleva la delantera en cuanto a número de personas en sus filas: 7.000, según cifras oficiales. Le siguen el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con 6.000 personas en armas; las disidencias del Estado Mayor Central, con 5.100; la Segunda Marquetalia, con 2.000, y Comuneros del Sur, que tiene 300 integrantes, como señalan los cálculos de las autoridades. Estas son las cifras más recientes que tiene el Gobierno y las Fuerzas Militares para tomar decisiones y desplegar su acción.
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Los integrantes de estos grupos armados están distribuidos en distintas zonas del país. En algunas tiene control total del territorio y en otras se disputan su manejo, lo que ha tenido efectos sobre la política de paz total del gobierno y el manejo del orden público.
El Espectador accedió a información reciente sobre cómo están distribuidos los grupos armados organizados en el país, especialmente las disidencias de las Farc y el ELN, así como a los sitios en los que el Clan del Golfo opera y controla los negocios del narcotráfico y la minería ilegal. Pese a un aumento del 40% de los combates de las Fuerzas Militares en este año, en comparación al año pasado, el mapa de distribución respecto al de 2023 no parece tener grandes cambios.
Los enclaves de las disidencias
En los departamentos de la región suroccidente se concentra una mayor presencia de las dos alas disidentes de las Farc. El Estado Mayor Central está organizado en cuatro bloques con jurisdicciones distintas. El Bloque Occidental Jacobo Arenas hace presencia en Cauca, Nariño y Valle del Cauca. Los Bloques Amazonas Manuel Marulanda y el Jorge Suárez Briceño operan en Caquetá, Guaviare, Huila, Meta, Putumayo y Tolima. Los dos primeros están al mando de alias Iván Mordisco y el tercero es dirigido por alias Calarcá.
Mordisco también tiene a su cargo el Comando Conjunto de Oriente Martín Vila, con incidencia en Arauca. El Bloque Magdalena Medio Gentil Duarte delinque en Bolívar, Bajo Cauca antioqueño, Cesar y Norte de Santander.
En cuanto a las disidencias de la Segunda Marquetalia, están divididas en cinco estructuras con influencia en ocho departamentos. La estructura Teófilo Forero opera en Caquetá y Huila; el Comando de Frontera también tiene presencia en Caquetá y Putumayo.
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La Coordinadora Guerrillera del Pacífico tiene incidencia en los departamentos del Cauca y Nariño. La Estructura Acacio Medina abarca a Guainía y Vichada y el ala conocida como Comisión 41 hace presencia en el departamento del Cesar. Un mapeo de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), publicado en octubre pasado, registró también presencia de esa facción disidente en Guaviare, Meta, Vaupés y dos puntos de La Pradera y Puerto Santander, en límites de Vaupés y Caquetá con Amazonas.
Sobre la presencia actual de las disidencias de las antiguas Farc en esa región, Andrés Cajiao, coordinador de la Unidad de Conflicto y Negociaciones de Paz de la FIP, señaló que el cambio en la dinámica de su expansión se ha mantenido estable frente a 2023 y se ha sostenido durante 2024.
Algo similar ha sucedido con otros grupos armados, incluso a pesar de la desarticulación de algunas de sus estructuras; tal es el caso del ELN, del cual se separó la facción de Comuneros del Sur, que ahora avanza en una negociación de paz paralela con el gobierno. “No hay un cambio sustancial en la presencia de los grupos en este último año, con algunas excepciones. Hay una fragmentación que es un cambio de nombre”, explicó.
Control del Clan del Golfo y el ELN
El Clan del Golfo ha tenido una presencia en crecimiento, anclada principalmente en la conformación de redes de apoyo de su accionar delictivo. De sus 7.000 integrantes, 4.600 hacen parte de esas redes y los 2.400 restantes están en armas. Pero también han tenido el mayor número de golpes por parte de las fuerzas militares: al menos 1.402 acciones en su contra durante 2024, según Fuerzas Militares.
En las regiones del Bajo Cauca y Nordeste antioqueño, Sur de Bolívar y Sur de Córdoba, ese grupo armado controla el negocio de la minería ilegal. En el norte del Chocó, norte de Antioquia y todos los departamentos de la Costa Caribe, el Clan del Golfo, en alianza con grupos delincuenciales y organizaciones transfronterizas, manejan las operaciones del narcotráfico.
En contraste con las cifras oficiales, la FIP no registra presencia del Clan del Golfo en el departamento de Atlántico. Pero sí en algunos municipios de Santander, Magdalena caldense, sur de Casanare, norte del Meta y del Vichada. También en el Chocó, donde la presencia del Clan del Golfo, el ELN y otros grupos armados se ha extendido por casi todo el litoral pacífico, alcanzando el límite con Panamá y el sur del Valle del Cauca. Allí el narcotráfico y la extorsión han afectado de forma especial a comunidades indígenas y afrodescendientes. Justo el sur del Chocó es una de las zonas de disputa en la que el experto, Carlos Cajiao, señaló que es necesario que haya mayor atención inmediata.
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La urgencia de presencia estatal también la tiene la región del río Caquetá, Arauca, el Catatumbo y el cañón del Micay. Finalmente, el ELN con el segundo mayor número de integrantes entre los grupos armados organizados, tiene presencia en Nariño y sur de Bolívar, donde controla la minería ilegal. En Antioquia, Bolívar y Chocó sostiene disputas territoriales contra el Clan del Golfo; lo mismo en Arauca, donde se las disputa con las disidencias del Estado Mayor Central. El bloque Comuneros del Sur, que ya no hace parte de su estructura central, concentró su presencia en el departamento de Nariño.
Con este mapa claro entre las autoridades, y sin mayores cambios entre 2023 y 2024, el próximo año pinta decisivo para el gobierno Petro, que insiste en su política de paz total, pero que en las regiones poco o nada ha cambiado.
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