La columna “Jaime Martínez” y la afectación que deja en el Cauca
Columna “Jaime Martínez”, la “Dagoberto Ramos” y la Segunda Marquetalia se disputan el territorio por las rentas que deja el narcotráfico. El más reciente ataque es la emboscada a más de 10 militares en Buenos Aires (Cauca).
La violencia en el Cauca no da tregua. Seis militares muertos, seis más heridos y siete desaparecidos es el saldo que dejó una emboscada a tropas del Batallón de Infantería número 8 ubicado en ese departamento. El violento ataque, ocasionado con ráfagas de fusil, tatucos y granadas, fue perpetrado por miembros de la columna Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, en la madrugada de este martes, en la vereda Munchique, en el municipio de Buenos Aires.
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La violencia en el Cauca no da tregua. Seis militares muertos, seis más heridos y siete desaparecidos es el saldo que dejó una emboscada a tropas del Batallón de Infantería número 8 ubicado en ese departamento. El violento ataque, ocasionado con ráfagas de fusil, tatucos y granadas, fue perpetrado por miembros de la columna Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, en la madrugada de este martes, en la vereda Munchique, en el municipio de Buenos Aires.
El panorama en materia de violencia parece repetirse. Este municipio del Cauca, en 2015, fue el escenario de otro crimen en contra del Ejército. Los hechos se registraron por cuenta de las Farc mientras el Gobierno de Juan Manuel Santos estaba sentado en La Habana (Cuba), negociando el acuerdo de paz que se firmaría al siguiente año. En ese entonces, el grupo guerrillero causó la muerte de más de 10 soldados que hacían guardia en el municipio. Siete años después, el episodio volvió a suceder, aunque sin una negociación de paz de por medio.
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Así lo aclaró el presidente Gustavo Petro en la mañana de este martes, al termino de un consejo de seguridad que contó con la presencia del ministro de Defensa, Iván Velásquez, la cúpula militar y policial y autoridades locales. La conclusión del encuentro: No retirará la presencia de la fuerza pública del departamento y no habrá cese de operaciones militares en contra de estructuras disidentes porque no hay de por medio una negociación en firme.
Sin negociación a la vista, lo que sí existe hoy en día es la disposición de participar de lo que se ha conocido como la “paz total”. La organización que delinque en el sur del país y que está al mando de Néstor Gregorio Viera, alias Iván Mordisco, en agosto pasado, confirmó que tenía “una clara disposición de resolver los problemas estructurales del país por la vía política. Estamos en disposición de avanzar hacia la nueva Colombia que tanto anhelaron nuestros camaradas Manuel Marulanda, Jacobo Arenas y Jorge Briceño”, expuso el exjefe guerrillero a través de un video.
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Iván Mordisco, cuya muerte confirmó el gobierno de Iván Duque y meses después desmintió la administración Petro, fue uno de los primeros exjefes guerrilleros que, junto con Gentil Duarte, desertaron del proceso de paz cuyo acuerdo se firmó en diciembre de 2016. Los exguerrilleros empezaron a formar nuevamente las filas disidentes para no perder su presencia hegemónica en el Cauca, especialmente, en los municipios de Buenos Aires y Santander de Quilichao, al norte del departamento. La clave fue el reclutamiento de hombres que se apartaron del Acuerdo de Paz.
Así, la violencia en el Cauca nunca cesó. En el radar de las autoridades está que en el departamento hacen presencia la columna Jaime Martínez, la Dagoberto Ramos y, con claras intenciones de posicionarse con el controal de la zona, está la llamada Segunda Marquetalia, al mando del exjefe guerrillero Iván Márquez, de quien se conoce ha intentado ingresar a la zona con apoyo del Ejército de Liberación Nacional (Eln). Aunque hace unos meses circuló la versión de que había muerto en un enfrentamiento por la zona fronteriza de Venezuela, el comisionado de Paz, Danilo Rueda, confirmó que Márquez está vivo.
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No es coincidencia que la guerra en el Cauca siga siendo una sangrienta. Se trata de un enclave que está ubicado estratégicamente para alimentar las rentas que deja el narcotráfico y la minería ilegal. Las rutas para sacar droga por el Pacífico para llegar a Centroamérica son apetecidas por todos los bandos, desde las organizaciones disidentes, hasta el Eln que también hace presencia en la zona, de ahí que a menudo se presenten confrontaciones entre sí. Por ejemplo, se sabe que miembros de la Segunda Marquetalia han tenido enfrentamientos con los disidentes al mando de Iván Mordisco.
Según un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en el país existen seis tipos de conflictos. Uno de ellos es, precisamente, el de las fuerzas militares contra estructuras disidentes. Esa situación no es ajena al escenario que padece el Cauca y su población, pues, además, de las disputas entre bandas, deben enfrentarse a la presión del Estado de erradicar el narcotráfico. No obstante, esos enfrentamientos dejan en medio del fuego a la población civil.
Afectación a la comunidad
En enero de este año, en Buenos Aires (Cauca) se registró la masacre de tres miembros de una misma familia y una menor de edad resultó herida. Días atrás se conoció del homicidio del coordinador de la Guardia Indígena, Albeiro Camayo. Aunque situaciones como estas parecen ser el pan de cada día en esa zona, lo que tienen en común los asesinatos es que fueron perpetrados por la columna Jaime Martínez, de ahí que la lupa de la Defensoría del Pueblo se fije en ese lugar.
Desde 2019, el órgano defensor alertó sobre el riesgo inminente que corrían comunidades como el resguardo Las Delicias y la población ubicada en los sectores de Mazamorrero, Palo Blanco, La Balsa, Mandules, Mirasol, San Ignacio y Santa Catalina, todos ubicados en el municipio de Buenos Aires. En el radar de la Defensoría también está que en el Norte del Cauca se concentra el 50.6 % del total de homicidios ocurridos en lo corrido de este año.
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Los asesinatos de líderes sociales es otra situación que en el Cauca no da tregua. A menos de un mes para que se acabe el año, el reporte anual muestra que han sido asesinados 17 defensores de derechos humanos, de los cuales, al menos 10 ocurrieron en el Norte del Cauca. Además, la población también ha sido víctima de desplazamientos masivos. Solo entre 2021 y lo corrido de 2022, las autoridades han atendido a más de 767 personas por ese flagelo.
Por otro lado, un reporte de la Fiscalía de mayo de este año señala que la columna Jaime Martínez ha sido la responsable de constantes ataques a la población civil en el Cauca. A la estructura disidente se le señala de cometer extorsiones, desplazamientos forzados, homicidios a civiles y a miembros de la fuerza pública, así como también restringir la movilidad en las zonas para tener control territorial. Del mismo modo, son señalados de pelear a sangre el control del territorio.
Aunque la organización disidente al mando de Iván Mordisco ha mostrado intención de paz con el Gobierno de Petro, y en el Congreso se creó una iniciativa para que desertores puedan tener nuevamente chance de negociar su entrega de armas, el jefe de Estado fue enfático en señalar que no se ha tenido acercamientos para una pronta y posible negociación, por lo que aseguró que las operaciones militares en su contra seguirán avanzando, no solo esa zona, sino en todo el territorio nacional.
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