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El Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas, el pasado jueves, afirmó que en Colombia “miles de cadáveres sin identificar yacen en cementerios o depósitos mal administrados, como un hangar del aeropuerto de Bogotá, donde actualmente se almacenan unos 20.000 cuerpos sin identificar”. Atribuyeron tal afirmación al Instituto Nacional de Medicina Legal, el cual, sin embargo, en las últimas horas negó haber aportado esa información. La Procuraduría, además, realizó una visita preventiva en la que determinó que el supuesto hallazgo es falso.
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Colombia, no obstante, permanece a la expectativa de saber de qué manera la cifra resultó publicada y cuál es su sustento. Hasta el momento el Comité contra la Desaparición Forzada no se ha vuelto a pronunciar, mientras expertos y autoridades nacionales consideran imposible un descubrimiento de esa proporción. El Espectador consultó al exdirector de Medicina Legal, Carlos Valdés, quien califica la publicación de esa cifra como “irrisoria”, aunque reconoce que, de descubrirse la presencia de al menos un fragmento óseo, sería un escándalo monumental.
Usted decía que es absurdo y técnicamente imposible pensar que eso es real. ¿Por qué?
La noticia dada por este organismo de Naciones Unidas se considera inverosímil por tres razones técnico-científicas muy importantes. Lo primero que el Instituto de Medicina Legal no recupera por sí solo los cuerpos, no tiene funciones de policía judicial por ley. Por lo tanto, todos los cuerpos que recibe el Instituto de Medicina Legal, sean frescos o esqueletizados, los recibe de autoridades como la Fiscalía, la Policía Judicial, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, la JEP.
En todo momento, cuando se recibe un cuerpo por una autoridad, a la autoridad se le informa dónde va a permanecer el cuerpo y se inicia un procedimiento de cadena de custodia. Es una serie de cuidados que tienden a preservar el cuerpo y la capacidad demostrativa, es decir, la información que se quiere obtener del cuerpo. En este caso, la principal información de los cuerpos esqueletizados es acerca de su identidad. Toda la autoridad sabe dónde se guardan los cuerpos.
Punto dos, desde el comienzo de mi administración, en el 2011, se construyeron unos repositorios con apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja. Son lugares donde se pueden guardar los cuerpos técnicamente, porque requiere unas condiciones específicas de humedad, temperatura y presión atmosférica. Esos repositorios se construyeron en varias ciudades, por ejemplo, en Tumaco, Quibdó, Villavicencio, San José del Guaviare y Florencia. Se construyeron con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja, precisamente para preservar los cuerpos que las autoridades exhumaban de cementerios oficiales y clandestinos, enterramientos que se encontraban esporádicos. El instituto tiene repositorios con una gran capacidad.
Lo tercero es que siempre que se recupera un cuerpo se tiene control sobre los cuerpos en los repositorios, porque a cada cuerpo esqueletizado se le ubica un chip que es, valga la comparación, como los chips que utilizan los almacenes para las prendas de vestir a fin de que una persona no saque una prenda de vestir sin haberla pagado porque al salir por la puerta suena. Esos chips permiten tener un control sobre el número de cuerpos que permanecen en esas instalaciones; el momento en que se saca un cuerpo, se trae un cuerpo, o en el momento en que quiera hacer un balance, un inventario, los chip dan el número inmediato de cuerpos que se encuentran allí, y por eso se tiene un control.
La última vez que el Instituto investigó una desaparición de un cuerpo fue hace como 18 años, porque el instituto tiene un control en sistemas de calidad muy exigente, controles que se hacen a nivel nacional y a nivel internacional. Es inaudito que alguien diga eso.
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De ser cierto que haya al menos un solo cuerpo, sería un escándalo. ¿No?
Claro que sí, porque si solo existe un cuerpo, la pregunta es por qué está ahí. Sería porque viola todas las normas forenses técnico-científicas dadas por el Instituto. Un solo cuerpo, un solo fragmento de hueso, para el Instituto sería un escándalo. Por eso es que creo que no existe esa posibilidad, por los controles que tiene hoy el Instituto.
¿Cómo se llega a esa afirmación? ¿De dónde cree que pudo haberse equivocado alguien?
En este momento no lo considero un error, porque no sabría cómo una persona puede tener una fuente que le diga eso y darle credibilidad. Esto es un imaginario, ni en las peores situaciones del instituto, que tiene 110 años de existencia; ni siquiera en el 9 de abril de 1948 el instituto hizo esta barbaridad.
¿Hay información de que alguna vez se hayan agrupado cuerpos en el aeropuerto?
Nunca, y no hay posibilidad de una fosa clandestina. El territorio del aeropuerto ha sufrido muchas modificaciones. Esto no es un aeropuerto en un potrero, es un territorio que ha tenido estudios topográficos y de ingeniería. No es posible eso.
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¿Cuáles son los lugares en los que más le ha llamado la atención la existencia de una fosa?
Hay muchos lugares porque Colombia, en sus más de 60 años de violencia y de muchos muertos, recordemos que en promedio tenemos más de 120.000 desaparecidos, muchos cuerpos han sido enterrados en muchos lugares inauditos; muchos cuerpos han sido desaparecidos en las masacres de El Salado, Mapiripán, Pueblo Bello, etcétera. Los cuerpos, en la violencia que ha generado este conflicto, han sido destruidos, han sido depositados para que los animales se los devoren.
Recuerdo cuando hace muchos años se iniciaba la construcción de la represa en Antioquia, las poblaciones que tenían ese territorio para la construcción de la represa de Ituango tenían cementerios, tenían fosas que se excavaron, se exhumaron y fueron muy pocos de los cuerpos que quedaron allí. La recuperación de cuerpos hace parte de la historia del Instituto de Medicina Legal, de la Fiscalía y de la Procuraduría, el hallazgo de fosas en lugares realmente inauditos de nuestra geografía, pero jamás en un aeropuerto.
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Hay cifras de que Bogotá es el lugar del país donde más hay datos sobre desaparecidos, no necesariamente del conflicto armado, y la cifra supera las 30.000. ¿Cuáles creen que son los lugares probables donde esos cuerpos pueden ser hallados?
El fenómeno de la desaparición forzada en Colombia tiene muchos matices. No solo la desaparición se da por el conflicto político, por el conflicto armado; hay intereses del crimen organizado, hay intereses particulares de desaparición forzada. Lograr decir que los cuerpos se van a encontrar en tal sitio sería algo irresponsable, porque cada ser humano que sufre una desaparición forzada es un contexto diferente y las posibilidades de hallazgo son diferentes. No se puede decir eso.
El instituto es una institución muy seria, científica, por demás, que en los 110 años de existencia ha sido un coherente con la realidad de la sociedad colombiana y que ha trabajado siempre en pro de las ciencias forenses.
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