Expertos rajaron al exmagistrado Carlos Bernal en examen para llegar a la CIDH
El abogado y exmagistrado de la Corte Constitucional se postuló para quedarse con una vacante en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, evaluadores externos resaltaron que les preocupa su aparente dificultad para construir consensos
A finales de febrero de este año, el gobierno de Iván Duque postuló oficialmente al abogado Carlos Bernal Pulido, con la intención de que pueda llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El exmagistrado de la Corte Constitucional agradeció la nominación que calificó como un honor para su carrera. Así, Bernal debía iniciar un proceso de evaluación con ese organismo internacional que arrancó con un cuestionario que le envió un panel independiente de expertos que evaluó punto tras punto las hojas de vida de los candidatos, sus conocimientos y trayectorias en el mundo jurídico. Para Bernal, el resultado de ese examen no resultó sobresaliente.
(En contexto: Gobierno postula como comisionado de la CIDH al exmagistrado Carlos Bernal)
Aunque él mismo explicó en mayo de 2021 que estaba sorprendido por las preguntas de la evaluación que, según él, no tenían nada que ver con sus condiciones profesionales o académicas, lo cierto es que sí lo contestó. Sin embargo, nunca realizó la segunda parte del proceso que incluía una entrevista con el panel de expertos y expertas. Y ese vacío en el proceso fue reprochado por los evaluadores. “A través de correos electrónicos y llamadas telefónicas que no fueron respondidas por su parte, el Panel le ofreció nuevamente su disponibilidad de entrevistarlo. Carlos Bernal fue el único candidato, de la Corte y de la Comisión, que no participó en esta etapa de entrevistas”, dice el informe de los expertos.
Además de cuestionar el hecho de que no haya participado en la entrevista, la evaluación de Bernal tuvo como puntos sobresalientes su amplia trayectoria académica. Es abogado de la Universidad Externado de Colombia, tiene un doctorado de la Universidad de Salamanca (España), y además tiene una maestría y doctorado en Filosofía de la Universidad de Florida (Estados Unidos). Además, ha sido profesor de su alma máter, de la Universidad de Macquarie (Australia) y hoy se encuentra vinculado como profesor titular en la Universidad de Dayton (Estados Unidos) y en la Universidad de La Sabana (Colombia).
(Le podría interesar: Así fue el paso de Carlos Bernal en la Corte Constitucional
“El candidato Bernal ha sido un autor prolífico en la producción de publicaciones jurídicas y filosóficas en revistas científicas de diversos países, escribiendo fundamentalmente sobre derecho constitucional, responsabilidad extracontractual del Estado, democracia, institucionalidad, el principio de proporcionalidad, derechos fundamentales, justicia transicional y derecho ambiental, entre otros temas”, dice la evaluación del Panel. Además de resaltar su trayectoria académica, los expertos mencionaron que era evidente su conocimiento en derecho constitucional y que, además, su conocimiento del tema a nivel internacional, podría ser un plus para la CIDH.
Sin embargo, los “peros” del panel fueron más abundantes que los elogios. Además de reprochar que no haya contestado sus comunicaciones para reprogramar una entrevista, los evaluadores observaron que, tras su paso por la Corte Constitucional, alto tribunal en el que solo duró tres de los siete años que duraba su periodo, dejó una estela que podía resultar preocupante para la Comisión. Por ejemplo, los expertos resaltaron que recibieron información “acerca de que el candidato (Bernal) emitió algunos votos que podrían ser contrarios a los derechos de ciertos grupos en situación de discriminación histórica”. Y, como no participó en la entrevista, los expertos no pudieron ahondar en esta situación.
(Le recomendamos leer: Nuevos magistrados: más allá de la religión de Cristina Pardo y Carlos Bernal)
Otro de los puntos que reseñó el panel de expertos es la evidencia que encontró en la relatoría de la Corte Constitucional en donde hay registros de que, en solo tres años, Bernal emitió al menos 300 salvamentos de voto en las decisiones que tomó el alto tribunal. “No obstante la libertad de los integrantes de cuerpos colegiados para salvar su voto frente a la mayoría, lo anterior podría apuntar a una dificultad del candidato para construir consensos y generar acuerdos satisfactorios o de compromiso de manera colectiva acordes con los estándares de derechos humanos”, señaló el panel con preocupación. Los evaluadores fueron más allá de su alarma en el informe final.
“Para mi gran desilusión, el panel no formula preguntas objetivas sobre mi experticia ni sobre mis ideas acerca de cómo la CIDH puede mejorar sus funciones. Se trata más bien de preguntas que traslucen un ataque personal y fundado en perjuicios inaceptables en un foro de esta altura”, señaló Carlos Bernal en mayo pasado. “Con sinceridad, considero que estas preguntas son irrespetuosas de la libertad de conciencia y de religión”, agregó el exmagistrado, en referencia a varias preguntas del panel en las que habrían pedido más información sobre su fe cristiana, así como de los motivos que lo llevaron a renuncia a la Corte Constitucional que, según él, fueron personales y familiares.
(En contexto: “No existe un derecho fundamental a abortar”: el voto del magistrado Carlos Bernal)
Sin rodeos, los expertos escribieron que la revisión a la hoja de vida de Bernal y sus planteamientos jurídicos generaron “dudas razonables respecto de si el candidato tendría las cualidades necesarias específicas que el cargo de Comisionado requiere, entre ellas el generar diálogos y consensos para avanzar en materia de derechos humanos”. Dudas que se ampliaron con una advertencia más complicada: si Bernal aplicara los mismos criterios que tuvo en su paso por la Corte Constitucional, se afectarían los estándares del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. A pesar de su certera evaluación, el panel de expertos no explicó cuáles serían esas decisiones que podrían ser lesivas para el sistema.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
A finales de febrero de este año, el gobierno de Iván Duque postuló oficialmente al abogado Carlos Bernal Pulido, con la intención de que pueda llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El exmagistrado de la Corte Constitucional agradeció la nominación que calificó como un honor para su carrera. Así, Bernal debía iniciar un proceso de evaluación con ese organismo internacional que arrancó con un cuestionario que le envió un panel independiente de expertos que evaluó punto tras punto las hojas de vida de los candidatos, sus conocimientos y trayectorias en el mundo jurídico. Para Bernal, el resultado de ese examen no resultó sobresaliente.
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Aunque él mismo explicó en mayo de 2021 que estaba sorprendido por las preguntas de la evaluación que, según él, no tenían nada que ver con sus condiciones profesionales o académicas, lo cierto es que sí lo contestó. Sin embargo, nunca realizó la segunda parte del proceso que incluía una entrevista con el panel de expertos y expertas. Y ese vacío en el proceso fue reprochado por los evaluadores. “A través de correos electrónicos y llamadas telefónicas que no fueron respondidas por su parte, el Panel le ofreció nuevamente su disponibilidad de entrevistarlo. Carlos Bernal fue el único candidato, de la Corte y de la Comisión, que no participó en esta etapa de entrevistas”, dice el informe de los expertos.
Además de cuestionar el hecho de que no haya participado en la entrevista, la evaluación de Bernal tuvo como puntos sobresalientes su amplia trayectoria académica. Es abogado de la Universidad Externado de Colombia, tiene un doctorado de la Universidad de Salamanca (España), y además tiene una maestría y doctorado en Filosofía de la Universidad de Florida (Estados Unidos). Además, ha sido profesor de su alma máter, de la Universidad de Macquarie (Australia) y hoy se encuentra vinculado como profesor titular en la Universidad de Dayton (Estados Unidos) y en la Universidad de La Sabana (Colombia).
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“El candidato Bernal ha sido un autor prolífico en la producción de publicaciones jurídicas y filosóficas en revistas científicas de diversos países, escribiendo fundamentalmente sobre derecho constitucional, responsabilidad extracontractual del Estado, democracia, institucionalidad, el principio de proporcionalidad, derechos fundamentales, justicia transicional y derecho ambiental, entre otros temas”, dice la evaluación del Panel. Además de resaltar su trayectoria académica, los expertos mencionaron que era evidente su conocimiento en derecho constitucional y que, además, su conocimiento del tema a nivel internacional, podría ser un plus para la CIDH.
Sin embargo, los “peros” del panel fueron más abundantes que los elogios. Además de reprochar que no haya contestado sus comunicaciones para reprogramar una entrevista, los evaluadores observaron que, tras su paso por la Corte Constitucional, alto tribunal en el que solo duró tres de los siete años que duraba su periodo, dejó una estela que podía resultar preocupante para la Comisión. Por ejemplo, los expertos resaltaron que recibieron información “acerca de que el candidato (Bernal) emitió algunos votos que podrían ser contrarios a los derechos de ciertos grupos en situación de discriminación histórica”. Y, como no participó en la entrevista, los expertos no pudieron ahondar en esta situación.
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“Para mi gran desilusión, el panel no formula preguntas objetivas sobre mi experticia ni sobre mis ideas acerca de cómo la CIDH puede mejorar sus funciones. Se trata más bien de preguntas que traslucen un ataque personal y fundado en perjuicios inaceptables en un foro de esta altura”, señaló Carlos Bernal en mayo pasado. “Con sinceridad, considero que estas preguntas son irrespetuosas de la libertad de conciencia y de religión”, agregó el exmagistrado, en referencia a varias preguntas del panel en las que habrían pedido más información sobre su fe cristiana, así como de los motivos que lo llevaron a renuncia a la Corte Constitucional que, según él, fueron personales y familiares.
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