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Las Farc deberá pagar a Lawrence Delloye, hijo de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, 36 millones de dólares por el secuestro que perpetró el grupo guerrillero en contra de su madre durante 2002 y 2008. La decisión es del juez Matthew Brann del Tribunal del Distrito Medio de Pensilvania en Estados Unidos, que acogió la demanda presentada, en 2018, en la que alegó que la retención de su madre le causó estrés emocional.
“Mientras las FARC mantenían a Betancourt como rehén, la mataron de hambre, la amenazaron y la maltrataron. Las FARC también publicaron varios videos de rehenes que mostraban que Betancourt estaba viva. Estos videos causaron a Delloye una inmensa angustia emocional, que se manifestó en noches de insomnio y pérdidas educativas”, resaltó el fallo que le dio la razón al hijo de la excandidata presidencial.
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En el documento reposa que el secuestro de su madre “destruyó su sentido de confianza, la confianza en la vida y en los demás, perjudicando su capacidad de mostrar afecto y recibir amor”. Para el hijo de la excandidata no es un secreto que el suplicio que padeció su madre no solo la afectó a ella en su integridad sino también a él en su cotidianidad. En su demanda Delloye dijo que “las FARC lo sometieron a tortura psicológica y a abandono emocional a través de la ausencia de su madre”, que duró más de seis años. Los miembros de la familia de Betancourt no solo corroboraron tal declaración, sino que la sostuvieron ante las autoridades.
Por lo anterior, “el Tribunal considera que estas declaraciones no controvertidas son creíbles y suficientes para determinar los daños y perjuicios sin una audiencia. Considerando cuidadosamente estas declaraciones junto con las indemnizaciones por daños anteriores por terrorismo”.
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La Corte que no solo acogió los argumentos de Delloye, sino también dejó claro que junto con su abogado presentaron la demanda en el tiempo oportuno condenó por actos de rebeldía a más de 10 miembros de la desmovilizada estructura. Se trata de: Jorge Enrique Rodríguez Mendieta, alias “Iván Vargas”; Yarlei Banol Ramos, alias “Diana”; Josué Cuesta León, alias “El Viejo”; Nayibe Rojas Valderrama, alias “Sonia”; José Antonio Celis, alias “Calvo”; Juan Diego Giraldo, alias “Flaco”; José Fernando Romero Mejía, alias “El Morocho”; Luciano Marín, alias “Iván Márquez”; Noe Suarez Rojas alias “Germán Briceño”; Henry Castellanos Garzón, alias “Romana”; Martin Cuero; Helí Mejía Mendoza, alias “Martin Sombra” y Walter Tapiero, alias comandante Romel.
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El secuestro de la excandidata presidencial se presentó en 2002 mientras ella se movilizaba por las vías de Caquetá con su coequipera Clara Rojas. Ambas que fueron raptadas por el grupo subversivo estaban haciendo campaña para llegar a la Casa de Nariño. No obstante, los planes de las Farc que hoy aún cuestiona Betancourt no solo la alejaron de la política sino también de su familia. En una última intervención hecha ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) la mujer de nacionalidad colombofrancesa pidió saber quienes dieron las directrices para su retención.
“Quiero saber particularidades de la orden de mi secuestro. Quiero que se me explique cómo se discutió esa orden”, fue el pedido que le hizo en noviembre pasado a la magistrada de la JEP Julietta Lemaitre quien presidía una audiencia en el macrocaso de secuestro. Betancourt resaltó que en algún momento tuvo conocimiento que el retén en el que cayó secuestrada fue instalado gracias a un aviso que provino desde el aeropuerto de Florencia donde había gran afluencia de presencia militar. “Allá había al menos 1.000 soldados y 12 helicópteros Black Hawk, y yo quisiera entender que fue lo que pasó en esas horas que llevaron a que ellos instalaran un retén por donde yo iba a pasar”, repuso.
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