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Alejandro Pizano hijo del excontroller de la Ruta del Sol II, Jorge Enrique Pizano, falleció el 11 de noviembre de 2018 luego de tomar un agua saborizada mezclada con cianuro. Cerca de cuatro años después de lo ocurrido, la Fiscalía pidió la preclusión de la investigación que se adelanta por estos hechos.
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La muerte de Alejandro ocurrió tan solo tres días después del fallecimiento de su padre producto de un infarto mientras se afeitaba en el baño. Jorge Enrique era un testigo clave en el escándalo Odebrecht, pues había sido contratado como controller, para que garantizara el buen uso de los recursos de la de la concesión Ruta del Sol II, que se firmó por más de $1.200 millones de dólares.
Desde ese momento la muerte de Alejandro empezó a ser investigada por la Fiscalía. En 2020 el ente investigador determinó que el fallecimiento fue producto de un accidente y, con ese argumento, se cerró el caso. No obstante, la Procuraduría refutó la decisión y la catalogó de “apresurada” y de carecer del fundamento necesario. Sin embargo, este viernes la Fiscalía lo intentó de nuevo.
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Esta vez la Fiscalía a través de Carlos Mauricio Escobar argumentó que la muerte de Alejandro se produjo por tomar agua de una botella que se encontraba en el escritorio de su padre, la cual fue colocada por él mismo. “Ese lugar es muy restringido. Fue Jorge Enrique quien puso la botella sobre su escritorio”, dijo el fiscal.
En su argumentación, el fiscal Escobar explicó además que se pudo corroborar que la botella que tomó Alejandro era de su padre porque solo él consumía ese tipo de bebida en la casa y porque Jorge Enrique ya le había dicho a algunas personas que tenía intenciones de suicidarse. “Jorge preparó la bebida, pero lo que ocurrió es que a Jorge Enrique le sobrevino una muerte repentina y la botella quedó y de esa botella es que toma Alejandro”
Meses antes de la muerte de Jorge Enrique Pizano, la Fiscalía anunció que le imputaría cargos por supuestas irregularidades en la contratación del proyecto Tunjuelo-Canoas. Pero la audiencia, en donde el ente investigador le iba a imputar los delitos de peculado por apropiación, cohecho e interés indebido en la celebración de contratos, nunca suceció.
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Sin embargo, Pizano era una pieza clave en la investigación por el entramado de corrupción en que Odebrecht pagó sobornos a varios funcionarios públicos y otros empresarios a cambio de quedarse con millonarios contratos en Colombia. Según la versión que le entregó Pizano a las autoridades, desde 2012 existían reportes de que algo andaba mal dentro de la Concesionaria Ruta del Sol. En su función de comptroller conoció de contratos que se pagaron sin justificación alguna, por lo que alertó a los directivos de Corficolombiana y Odebrecht sobre posibles irregularidades.
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