La Colombia que recibe el nuevo comandante de las Fuerzas Militares

El almirante Francisco Cubides Granados es el nuevo comandante de las Fuerzas Militares del gobierno de Gustavo Petro. Quien por dos años se desempeñó en el puesto de mayor responsabilidad en la Armada, llega a coordinar las estrategias conjuntas de esa institución, del Ejército, Armada y de la Fuerza Aérea. “De sus dependencias emanan las directrices y las políticas de mando para los soldados de tierra, mar, aire y río”, establece la misión del Comando General de las Fuerzas Militares, que tendrá a su cargo una de las responsabilidades más delicadas que puede tener una Nación: la seguridad nacional. Sobre todo en un país que se mantiene en guerras cíclicas y que, con una nueva política de drogas, espera enfocar esfuerzos contra narcotraficantes de alto calibre.

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El primer reto del almirante Cubides es romper con el paradigma de que a las Fuerzas Militares las dirige un militar del ala del Ejército. Desde el gobierno de Juan Manuel Santos, con la presencia de Édgar Augusto Cely, un comandante de la Armada no asumía el poder de coordinación de las tres fuerzas de esencia militar. La elección podría marcar el interés del presidente Petro en desarrollar su política de drogas “Sembrando vida, desterramos el narcotráfico”, que, entre otros enfoques, destina millonarios recursos para una mayor interceptación de cargamentos de estupefacientes en el mar. De hecho, una de las razones por las que expertos consideran que el valor de la hoja de coca se desplomó es por la interceptación de algunas rutas en las costas, que no estaría permitiendo la exportación.

Como le explicó el coronel en reserva del Ejército, Carlos Javier Soler, a El País, otra de las tareas es justamente sostener la capacidad de liderazgo. “El primer reto que tiene el nuevo comandante de las Fuerzas Militares es articular y fortalecer el trabajo conjunto entre todas las fuerzas para alcanzar los niveles óptimos de la estrategia. Además, deberá mejorar todo lo que tiene que ver con los procesos de inteligencia y contrainteligencia, pues este sistema de las Fuerzas Militares está bastante averiado por la cantidad de oficiales que salieron de línea”, señaló. Será clave, entonces, el diálogo que pueda tener Cubides con los generales Emilio Cardozo, del Ejército; Luis Carlos Córdoba, de la Fuerza Área; quien lo suceda en la Armada; y, para operaciones que requieran policía, el general William Salamanca.

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Justamente, a finales del mes pasado el Ministerio de Defensa anunció el “plan Cauca”, una estrategia que articula a la Policía con las Fuerzas Militares para combatir la criminalidad en esa región del país. Los últimos meses el Cauca ha padecido una verdadera pesadilla por los hostigamientos y atentados en municipios, cuyos objetivos específicos han sido miembros de la Fuerza Pública y atribuidos a las disidencias de las FARC. En detalle, a las facciones del denominado Estado Mayor Central de Iván Mordisco, con quienes se había firmado un cese al fuego en septiembre pasado, que fracasó en febrero por la violencia de este grupo y cuyo desarrollo ahora se mide en vidas humanas en Cauca y cercanías al área metropolitana de Cali.

Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) entre el 17 de marzo y el 12 de junio de 2024, desde que fracasó el cese al fuego en el occidente del país, se han registrado 149 acciones violentas, 110 cometidas por las estructuras de las disidencias de Iván Mordisco que están fuera de la mesa de diálogo. Sin embargo, el EMC ha representado todo un dolor de cabeza para las Fuerzas Militares, pues en lo corrido del año han sido responsables por al menos 582 hechos de violencia en todo el país. Entre las situaciones más recurrentes están los ataques directos a la población civil, las disputas con otros actores ilegales, enfrentamientos con la Fuerza Pública y ataques directos a los servidores militares y de policía.

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Los laberintos del proyecto “paz total” también afectan otras regiones del país históricamente afectadas por el ELN, grupo guerrillero con el cual se tiene diálogos más avanzados con miras a un desarme pacífico y con enfoque político. En el último informe de incumplimientos del cese al fuego con este grupo, del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), a corte de julio se le atribuyen 45 eventos violentos. Entre ellas, 39 violaciones directas al cese al fuego y seis incumplimientos. El detalle muestra que el ELN sería responsable de cinco asesinatos, tres atentados y 52 secuestros, en Chocó, Arauca, Cauca, los Santanderes, Antioquia, Casanare, La Guajira y Risaralda.

Asimismo, el comandante Cubides deberá montar la estrategia de seguridad contra otros grupos criminales como el Clan del Golfo, la Segunda Marquetalia, la Oficina de Envigado, las Autodefensas de la Sierra Nevada, los Shotas y Espartanos en Buenaventura, y demás. De ahí la importancia de contar con unas Fuerzas Armadas más robustas, como lo está buscando el Ministerio de Defensa con el “plan 16.000″, que busca la incorporación pronta de 11.000 nuevos soldados, 3.300 miembros de la Armada y 2.700 servidores de la Fuerza Aérea. De esa manera, entonces, comienza la era del almirante Cubides en las Fuerzas Militares, con grandes retos en la etapa medular del gobierno Petro y en plenas conversaciones de paz que hacen el trabajo militar aún más delicado.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

El almirante Francisco Cubides Granados es el nuevo comandante de las Fuerzas Militares del gobierno de Gustavo Petro. Quien por dos años se desempeñó en el puesto de mayor responsabilidad en la Armada, llega a coordinar las estrategias conjuntas de esa institución, del Ejército, Armada y de la Fuerza Aérea. “De sus dependencias emanan las directrices y las políticas de mando para los soldados de tierra, mar, aire y río”, establece la misión del Comando General de las Fuerzas Militares, que tendrá a su cargo una de las responsabilidades más delicadas que puede tener una Nación: la seguridad nacional. Sobre todo en un país que se mantiene en guerras cíclicas y que, con una nueva política de drogas, espera enfocar esfuerzos contra narcotraficantes de alto calibre.

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Como le explicó el coronel en reserva del Ejército, Carlos Javier Soler, a El País, otra de las tareas es justamente sostener la capacidad de liderazgo. “El primer reto que tiene el nuevo comandante de las Fuerzas Militares es articular y fortalecer el trabajo conjunto entre todas las fuerzas para alcanzar los niveles óptimos de la estrategia. Además, deberá mejorar todo lo que tiene que ver con los procesos de inteligencia y contrainteligencia, pues este sistema de las Fuerzas Militares está bastante averiado por la cantidad de oficiales que salieron de línea”, señaló. Será clave, entonces, el diálogo que pueda tener Cubides con los generales Emilio Cardozo, del Ejército; Luis Carlos Córdoba, de la Fuerza Área; quien lo suceda en la Armada; y, para operaciones que requieran policía, el general William Salamanca.

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Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) entre el 17 de marzo y el 12 de junio de 2024, desde que fracasó el cese al fuego en el occidente del país, se han registrado 149 acciones violentas, 110 cometidas por las estructuras de las disidencias de Iván Mordisco que están fuera de la mesa de diálogo. Sin embargo, el EMC ha representado todo un dolor de cabeza para las Fuerzas Militares, pues en lo corrido del año han sido responsables por al menos 582 hechos de violencia en todo el país. Entre las situaciones más recurrentes están los ataques directos a la población civil, las disputas con otros actores ilegales, enfrentamientos con la Fuerza Pública y ataques directos a los servidores militares y de policía.

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Asimismo, el comandante Cubides deberá montar la estrategia de seguridad contra otros grupos criminales como el Clan del Golfo, la Segunda Marquetalia, la Oficina de Envigado, las Autodefensas de la Sierra Nevada, los Shotas y Espartanos en Buenaventura, y demás. De ahí la importancia de contar con unas Fuerzas Armadas más robustas, como lo está buscando el Ministerio de Defensa con el “plan 16.000″, que busca la incorporación pronta de 11.000 nuevos soldados, 3.300 miembros de la Armada y 2.700 servidores de la Fuerza Aérea. De esa manera, entonces, comienza la era del almirante Cubides en las Fuerzas Militares, con grandes retos en la etapa medular del gobierno Petro y en plenas conversaciones de paz que hacen el trabajo militar aún más delicado.

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