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En la planta de Acerías Paz del Río, ubicada en el municipio de Nobsa (Boyacá), las Fuerzas Militares lideraron la segunda jornada de fundición de armas incautadas, decomisadas y entregadas voluntariamente a las autoridades. En total 23.514 armas traumáticas y de fuego serán convertidas en 43,5 toneladas de insumos para la elaboración de acero y la construcción de obras civiles y militares.
Esto se da en el marco de la iniciativa “Destruyendo el miedo, construyendo esperanza”, con la cual las Fuerzas Militares buscan aportar a la construcción de paz y que articula también el trabajo de la Policía Nacional y de la Fiscalía General de la Nación.
“Este acto es un aporte institucional a la consolidación de la paz y la seguridad de la población civil. De igual manera, busca contribuir a la economía circular y la protección del medio ambiente”, expresaron desde las Fuerzas Militares.
En el evento hizo presencia el general Hugo Alejandro López, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, quien resaltó que al menos el 11% de las armas llevadas a fundición eran legales y fueron entregadas de manera voluntaria. Algunas de ellas fueron recibidas en sitios claves del conflicto, como el Bajo Cauca antioqueño, sur de Bolívar, Norte de Santander, Arauca, Chocó, Atlántico, Cesar y Magdalena.
“Con esta acción nos sumamos a la cifra histórica de más de 50 mil armas destruidas en lo que va corrido del año 2024, construyendo un proceso continuo de desarme que busca erradicar la violencia en nuestras calles y campos”, señaló el general.
Entre los insumos de construcción de obras civiles y militares que se producirán con las armas fundidas estarán estribos, flejes, acero figurado, pernos, cerchas, varilla corrugada, malla electrosoldada y alambres. Materiales necesarios para la construcción de puentes, vías, escuelas, colegios, plantas de tratamiento de aguas, bases y alojamientos militares.
Por su parte, Fabio Galán Sánchez, presidente de Paz del Río, destacó la importancia de que en más de 70 años de historia de la empresa, por segundo año consecutivo se puedan vincular a las Fuerzas Militares para aportarle a la paz del país.
“La destrucción de estas armas no solamente representa un hito significativo para el país al eliminar una cantidad tan considerable de instrumentos del miedo; también nos invita a transformarnos como sociedad, avanzando en el camino hacia la paz, la tolerancia y la convivencia”, señaló.
La ruta de las armas
Entre las armas fundidas hubo revólveres, pistolas, fusiles, carabinas, ametralladoras, subametralladoras, morteros y lanza granadas de diferentes calibres. También armas traumáticas que fueron modificadas por criminales y accesorios incautados en operaciones militares y de policía en contra de grupos armados y delincuenciales común, que tuvieron acopio en Bogotá.
Luego de la llegada de las armas hasta la planta industrial, serán fundidas y transformadas en materiales de construcción. Al tiempo, las Fuerzas Militares avanzan con la Fiscalía General de la Nación para continuar con la iniciativa y entregar a transformación un nuevo cargamento de armas en el primer semestre de 2024, como señaló el general López.
Según información de las Fuerzas Militares, en los últimos 30 años se han destruido más de 670.000 armas incautadas por las autoridades y entregadas voluntariamente por comunidades en el país.
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