General Mario Montoya deja la dirección del Ejército
Como se venía rumorando, este martes se anunció la salida del comandante del Ejército, general Mario Montoya, uno de los gestores de la Operación Jaque. El general Óscar González lo reemplazaría en su cargo.
El Espectador
El General Mario Montoya anunció que deja la dirección del Ejército, luego de varios días de conocerse la más dura purga en el interior de la institución castrense, tras el escándalo de las desapariciones de los jóvenes de Soacha, quienes más tarde fueron presentados como muertos, en aparentes combates con unidades del Ejército en Ocaña, Norte de Santander.
El general Mario Montoya fue uno de los principales gestores de la Operación Jaque que terminó con la liberación de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, 11 miembros de la Fuerza Pública y tres estadounidenses.
Momentos después de anunciar la renuncia del Ejército, el General Mario Montoya, dijo: "Señor Presidente (Uribe) he pasado 39 años al servicio de mi Patria, y creo haber llegado al final de la jornada...Nadie mejor que mis soldados pueden dar testimonio de mi gran dedicación para lograr para los colombianos la paz que, por años, hemos anhelado..."
Desde el momento en que se conoció una de las más históricas podas en el Ejército, que dejó de civil a tres generales, entre los 25 oficiales retirados de la institución, comenzaron las presiones de la oposición para la salida del Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Germán Varón Cotrino, al conocer la noticia, dijo que infortunadamente los operativos militares que habían sido exitosos, como la Operación Jaque, terminaron empañados con el tema de los desaparecidos en distintas regiones del país.
A la vez, lamentó que el General haya salido de esta manera y dijo que desconoce si pueden venir más renuncias dentro del alto mando militar. Indicó que el tema de la posible renuncia del titular de la cartera de Defensa, no ha sido tratada en el seno del Partido Cambio Radical.
Por su parte, Rafael Pardo, ex ministro de Defensa, dijo que tiene toda lógica la salida del General Montoya y consideró que debe ahondarse en los hechos que motivaron la purga en el Ejército colombiano. "El tema de los falsos positivos y la destitución de los oficiales lo dejó sin una explicación razonable".
"Comienza a abrirse paso en Colombia la tesis de que se pueda responder aun cuando no se tenga una responsabilidad directa", dijo el ex fiscal General, Alfonso Gómez Méndez, al calificar de injusta la salida del alto oficial.
El presidente del opositor Polo Democrático, Carlos Gaviria, consideró que la renuncia del General Montoya fue tarde, y que para el bien del país deben venir otras denuncias. "En un estado de derecho no pueden ocurrir esas cosas. En Colombia nos estanos acostumbrando a que el fin justifica los medios. Esta es una renuncia que ha debido presentarse antes".
El coordinador del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Iván Cepeda Castro, se mostró de acuerdo con la renuncia del general Montoya y consideró que era necesaria.
“Esta renuncia era indispensable, sin embargo es insuficiente, porque es necesario que renuncie la cúpula militar en pleno y además de eso, el ministro de Defensa, quien es el responsable ya que ninguno de estos hechos pudieron haber ocurrido sin su conocimiento”, dijo Cepeda.
Sugirió que se hace necesario crear una política de seguridad donde no tengan cabida hechos de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, ya que la actual política “tiene una concepción de otorgar estímulos a miembros de la Fuerza Pública cuando muestran buenos resultados en las operaciones militares”.
Su vida en el Ejército
El hoy oficial en retiro asumió como comandante de la IV Brigada del Ejército el 28 de diciembre de 2001, y estuvo allí hasta el 15 de diciembre de 2003. Durante ese periodo se realizaron diversas operaciones militares de gran envergadura contra los grupos insurgentes asentados en su jurisdicción, entre ellas se destacan cuatro: Mariscal, Meteoro, Marcial y Orión, todas ellas bajo la dirección del ex general Montoya.
La primera operación militar bajo el mando de Montoya se inició el 21 de mayo de 2002. Llamada Mariscal, se desarrolló con el propósito de desalojar de la comuna 13 a grupos de milicianos de las Farc, el Eln y los Comandos Armados del Pueblo (Cap).
Luego se conoció la operación Meteoro, realizada en agosto de 2002 en el Oriente antioqueño. Los informes oficiales dieron cuenta que durante su ejecución el Ejército logró recuperar el control de la autopista Medellín-Bogotá “con 2.500 efectivos que cada tres kilómetros tienen montados retenes y se encuentran apoyados en la vigilancia por un carro artillado y un tanque de guerra”.
Le siguió la operación Orión, ejecutada entre el 16 y el 18 de octubre de 2002 en la comuna 13 de Medellín por tropas combinadas de la IV Brigada del Ejército, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, la Fiscalía y el DAS, apoyados por helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana, ordenada por el presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, con el fin de desalojar de allí a los milicianos del Eln, las Farc y de los Comandos Armados del Pueblo (Cap).
En marzo de 2003, se ejecutó la operación Marcial, que, según reportes estatales, le permitió al Ejército retomar la iniciativa en la lucha contra la guerrilla “lo cual se expresa en los 141combates contra los frentes 9 y 47 de las Farc y Carlos Alirio Buitrago y Bernardo López Arroyabe del Eln”. Según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, desde que se inició esa operación y hasta diciembre de ese año “se presentaron 215 bajas en las filas de la subversión, 85 capturas, 128 entregas voluntarias, 42 campos minados desactivados y 92 campamentos desmantelados”.
Y finalmente, en julio 2 del 2008 Montoya coordinó y desarrolló la operación Jaque, que logró la liberación de los tres norteamericanos, de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y de once policías y militares, que llevaban en poder de las Frac hace más de seis años.
El General Mario Montoya anunció que deja la dirección del Ejército, luego de varios días de conocerse la más dura purga en el interior de la institución castrense, tras el escándalo de las desapariciones de los jóvenes de Soacha, quienes más tarde fueron presentados como muertos, en aparentes combates con unidades del Ejército en Ocaña, Norte de Santander.
El general Mario Montoya fue uno de los principales gestores de la Operación Jaque que terminó con la liberación de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, 11 miembros de la Fuerza Pública y tres estadounidenses.
Momentos después de anunciar la renuncia del Ejército, el General Mario Montoya, dijo: "Señor Presidente (Uribe) he pasado 39 años al servicio de mi Patria, y creo haber llegado al final de la jornada...Nadie mejor que mis soldados pueden dar testimonio de mi gran dedicación para lograr para los colombianos la paz que, por años, hemos anhelado..."
Desde el momento en que se conoció una de las más históricas podas en el Ejército, que dejó de civil a tres generales, entre los 25 oficiales retirados de la institución, comenzaron las presiones de la oposición para la salida del Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Germán Varón Cotrino, al conocer la noticia, dijo que infortunadamente los operativos militares que habían sido exitosos, como la Operación Jaque, terminaron empañados con el tema de los desaparecidos en distintas regiones del país.
A la vez, lamentó que el General haya salido de esta manera y dijo que desconoce si pueden venir más renuncias dentro del alto mando militar. Indicó que el tema de la posible renuncia del titular de la cartera de Defensa, no ha sido tratada en el seno del Partido Cambio Radical.
Por su parte, Rafael Pardo, ex ministro de Defensa, dijo que tiene toda lógica la salida del General Montoya y consideró que debe ahondarse en los hechos que motivaron la purga en el Ejército colombiano. "El tema de los falsos positivos y la destitución de los oficiales lo dejó sin una explicación razonable".
"Comienza a abrirse paso en Colombia la tesis de que se pueda responder aun cuando no se tenga una responsabilidad directa", dijo el ex fiscal General, Alfonso Gómez Méndez, al calificar de injusta la salida del alto oficial.
El presidente del opositor Polo Democrático, Carlos Gaviria, consideró que la renuncia del General Montoya fue tarde, y que para el bien del país deben venir otras denuncias. "En un estado de derecho no pueden ocurrir esas cosas. En Colombia nos estanos acostumbrando a que el fin justifica los medios. Esta es una renuncia que ha debido presentarse antes".
El coordinador del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Iván Cepeda Castro, se mostró de acuerdo con la renuncia del general Montoya y consideró que era necesaria.
“Esta renuncia era indispensable, sin embargo es insuficiente, porque es necesario que renuncie la cúpula militar en pleno y además de eso, el ministro de Defensa, quien es el responsable ya que ninguno de estos hechos pudieron haber ocurrido sin su conocimiento”, dijo Cepeda.
Sugirió que se hace necesario crear una política de seguridad donde no tengan cabida hechos de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, ya que la actual política “tiene una concepción de otorgar estímulos a miembros de la Fuerza Pública cuando muestran buenos resultados en las operaciones militares”.
Su vida en el Ejército
El hoy oficial en retiro asumió como comandante de la IV Brigada del Ejército el 28 de diciembre de 2001, y estuvo allí hasta el 15 de diciembre de 2003. Durante ese periodo se realizaron diversas operaciones militares de gran envergadura contra los grupos insurgentes asentados en su jurisdicción, entre ellas se destacan cuatro: Mariscal, Meteoro, Marcial y Orión, todas ellas bajo la dirección del ex general Montoya.
La primera operación militar bajo el mando de Montoya se inició el 21 de mayo de 2002. Llamada Mariscal, se desarrolló con el propósito de desalojar de la comuna 13 a grupos de milicianos de las Farc, el Eln y los Comandos Armados del Pueblo (Cap).
Luego se conoció la operación Meteoro, realizada en agosto de 2002 en el Oriente antioqueño. Los informes oficiales dieron cuenta que durante su ejecución el Ejército logró recuperar el control de la autopista Medellín-Bogotá “con 2.500 efectivos que cada tres kilómetros tienen montados retenes y se encuentran apoyados en la vigilancia por un carro artillado y un tanque de guerra”.
Le siguió la operación Orión, ejecutada entre el 16 y el 18 de octubre de 2002 en la comuna 13 de Medellín por tropas combinadas de la IV Brigada del Ejército, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, la Fiscalía y el DAS, apoyados por helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana, ordenada por el presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, con el fin de desalojar de allí a los milicianos del Eln, las Farc y de los Comandos Armados del Pueblo (Cap).
En marzo de 2003, se ejecutó la operación Marcial, que, según reportes estatales, le permitió al Ejército retomar la iniciativa en la lucha contra la guerrilla “lo cual se expresa en los 141combates contra los frentes 9 y 47 de las Farc y Carlos Alirio Buitrago y Bernardo López Arroyabe del Eln”. Según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, desde que se inició esa operación y hasta diciembre de ese año “se presentaron 215 bajas en las filas de la subversión, 85 capturas, 128 entregas voluntarias, 42 campos minados desactivados y 92 campamentos desmantelados”.
Y finalmente, en julio 2 del 2008 Montoya coordinó y desarrolló la operación Jaque, que logró la liberación de los tres norteamericanos, de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y de once policías y militares, que llevaban en poder de las Frac hace más de seis años.