General (r) del Ejército Yuber Aranguren, a juicio por presunto acoso sexual
El alto oficial retirado del Ejército está ante los estrados judiciales por el supuesto acoso sexual a una subalterna en hechos ocurridos en 2018. La Fiscalía le imputó los delitos de acoso sexual e injuria.
Por supuestas expresiones con tinte sexual a una subalterna, Yuber Armando Aranguren Rodríguez, general retirado del Ejército, irá a juicio en la Corte Suprema. La Fiscalía asegura que el oficial buscó aprovecharse de su cargo para obtener favores sexuales, sin el consentimiento de la mujer, ocasionándole graves daños, en hechos que se constituirían en los delitos de acoso sexual e injuria. El expediente en su contra deja al descubierto lo que habría sido su actuar, en 2018, mientras fue comandante de la Brigada XXVII del Ejército, con sede en Mocoa (Putumayo).
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Por supuestas expresiones con tinte sexual a una subalterna, Yuber Armando Aranguren Rodríguez, general retirado del Ejército, irá a juicio en la Corte Suprema. La Fiscalía asegura que el oficial buscó aprovecharse de su cargo para obtener favores sexuales, sin el consentimiento de la mujer, ocasionándole graves daños, en hechos que se constituirían en los delitos de acoso sexual e injuria. El expediente en su contra deja al descubierto lo que habría sido su actuar, en 2018, mientras fue comandante de la Brigada XXVII del Ejército, con sede en Mocoa (Putumayo).
El testimonio de la subteniente que lo denuncia quedó plasmado en el escrito de acusación, de 25 páginas, que conoció El Espectador. La militar le narró a la Fiscalía que Aranguren rompió los protocolos militares y se le insinuó en medio de reuniones de trabajo. El documento del ente acusador reconstruye el relato de la oficial, que incluye episodios como el de un evento militar, en el que el general retirado, al parecer, le dijo a la uniformada: “Usted tiene noviecito solo para administrarle el sueldo; para qué más lo va a tener, no solo para que le haga rico”.
Yuber Aranguren, quien estuvo a cargo de la Unidad de Planeación del Comando de las Fuerzas Militares, y se retiró de la institución en enero pasado, fue denunciado por la entonces subteniente María del Mar Cabrera. El expediente quedó en firme en diciembre de 2018, pero solo por el delito de injuria. Inicialmente, el caso no prometía trascender, pero una fallida conciliación entre los dos llevó a que la Fiscalía le imputara cargos a Aranguren, quien se declaró inocente. La diligencia se hizo el año pasado, y hoy su proceso se encuentra en etapa de juicio en la Sala de Primera Instancia de la Corte.
Aranguren Rodríguez, de 53 años, casado y con tres hijos, al parecer, asediaba de varias formas a su subalterna, con la pretensión de “obtener favores sexuales de ella, sin su consentimiento”. Cabrera señaló que día a día los comentarios iban subiendo de tono. “Me expresó, delante de unos señores comandantes del batallón, que yo era un bizcocho joven”, recordó la mujer. En otro episodio, al parecer, Aranguren le dijo: “Tómele foto a eso para las comunicaciones, no le vaya a enviar la foto a su noviecito. Esa chimba de relación que usted tiene se la voy a hacer acabar, y si se piensa casar, también la voy a desertar tanto para que no se case”.
El supuesto acoso no solo lo hacía en privado, sino también en público. En una ocasión, según la militar, Aranguren la dejó en vergüenza en medio de una formación del batallón. “Delante de todo el personal me dijo: ‘Las mujeres no van solo por el pipí, sino que detrás del pipí va la billetera, ¿cierto Cabrera?’. A lo cual toda la Brigada se rió y yo quedé en burla porque todos me miraban era a mí”, aseguró la subteniente a la Fiscalía. Incluso en un momento, el general le habría dicho que la iba a llevar a “un cerro para que les baje el nivel de testosterona a los soldados”.
Entre otras cosas, la militar también señaló que Aranguren se expresó de manera grotesca sobre su cuerpo. El comentario de menor calibre fue cuando le dijo “que era una mamacita, que estaba muy buena”, recoge el escrito de acusación. En julio de 2018, Cabrera encaró al general. “Le expuse que por favor no me hablara de forma tan grosera ni vulgar. Le dije que yo merecía respeto y me dijo: ‘Hagamos algo, por cada grosería que yo diga, usted me da un beso a ver si se me quita lo grosero’”, le contó la mujer a la justicia.
Es decir, su intento de increpar al general Aranguren solo llevó a que su superior la hiciera quedar mal delante de varios uniformados que presenciaron la situación. “Yo le dije que cómo se le ocurría decir eso y le pedí que me respetara, a lo que él contestó: ‘suiche, relájese’”. La militar contó varios de estos episodios, con contenido explícito y detalles escabrosos, pero hubo uno, en particular, que la dejó perpleja. Ocurrió en agosto de 2018, en medio de una crisis por la avalancha que ocurrió en Mocoa.
La uniformada iba en su carro personal, cuando, según cuenta, la abordó el general Aranguren. El oficial se subió al carro y le dio la orden de llevarlo a un lugar específico. Cabrera recordó así lo que ocurrió ese día en su vehículo: “Me tocó la pierna de forma vulgar, me asusté demasiado y le dije que me respetara”. La militar presentó la queja ante la Oficina de Género del Ejército, pero el caso terminó archivado. Una vez Aranguren supo de la denuncia que instauró su subordinada, ordenó que fuera trasladada al Batallón de Servicios, ubicado en la misma Brigada.
“Los hechos descritos afectaron a la oficial, pues le causaron desazón, tensión emocional y malestar anímico y corporal”, reprochó la Fiscalía en el escrito de acusación. Para el ente investigador, Aranguren, como general del Ejército, incurrió en acoso sexual, porque en búsqueda de obtener un beneficio personal y valiéndose “de su superioridad, de autoridad, de poder, sexo y posición laboral, acosó, persiguió, hostigó y asedió física y verbalmente a la entonces subteniente”. Añadió que, a partir de las expresiones hacia la militar, “se puede concluir que el general dejó visible su pensamiento en relación con la mujer como objeto sexual”.
Sobre el delito de injuria que también le fue imputado al oficial en retiro, la Fiscalía señaló en el documento que los comentarios en contra de la militar tenían como fin ridiculizarla, denigrarla y humillarla públicamente. Y logró su objetivo, con las risas y burlas a las que fue expuesta en medio de un entorno laboral. La entonces subteniente tuvo que solicitar traslado de esa Brigada a otra unidad, personalmente al general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares, quien intervino a través de una psicóloga de la institución que siguió de cerca el proceso.
En el expediente penal en contra del general Aranguren también reposa una evaluación psiquiátrica de Medicina Legal que le hicieron a Cabrera, en la que concluyeron que padece trastornos de ansiedad y depresión relacionados con lo padecido tras su paso por la Brigada 27. En diálogo con este diario, Majer Abushihab, abogado que defiende los intereses del general retirado, afirmó que demostrarán con pruebas la inocencia del oficial.
En medio del proceso le han solicitado a la Fiscalía que aclare puntualmente cuáles hechos corresponden a injuria y cuáles a acoso sexual. Lo que llama la atención del penalista es que el ente acusador no tenga pruebas sólidas, como audios o grabaciones que permitan vincular directamente al general con una actuación de irrespeto hacia la que fue su subalterna. “Se cae de su peso que no tenga un chat o una grabación (…) estoy seguro que nunca hubo acoso. El general siempre ha sido una persona respetuosa con las mujeres, de eso tenemos pruebas”, dijo el penalista, y añadió que no descartan que la denuncia persiga intereses económicos y de traslados.
Además de este expediente en la Corte Suprema, fue llamado a rendir versión voluntaria en el macrocaso 03 de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que investiga los falsos positivos. La citación se registró en febrero del año pasado. Por ahora, el general (r) está citado el próximo 6 de junio para el juicio en su contra, que conducirá el despacho del magistrado Jorge Caldas. En las próximas semanas, Aranguren se convertirá en uno de los primeros altos oficiales del Ejército en ir a juicio por acoso sexual a una subordinada.