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Por medio de una carta el general (r) Mario Montoya, quien comandó el Ejército hasta 2008, ofreció excusas por las declaraciones que dio en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y en las que, según trascendió, aseguró que los falsos positivos se cometieron porque los soldados eran de estratos 1 y 2. “Quiero presentarles excusas a todos y cada uno de ustedes”, escribió el militar en la misiva enviada a la Asociación Colombiana de Soldados e Infantes de Marina Profesionales en Retiro y Pensión de las Fuerzas Militares (Acosipar).
(En contexto: Montoya habría dicho que soldados cometieron "falsos positivos" porque eran de estratos 1 y 2)
Todo el revuelo por las declaraciones de Montoya se dio luego de que se conociera que, en el marco de una audiencia citada por Sala de Reconocimiento de esa instancia, al oficial le preguntaron por qué, bajo su comandancia, hubo un incremento en las ejecuciones extrajudiciales presentadas como bajas en combate. Es decir, falsos positivos. El alto oficial, según le contaron varias fuentes a este diario, respondió que ese incremento se debía a que los soldados eran de estratos bajos. Incluso, que les tuvieron que enseñar a manejar los cubiertos.
En la misiva enviada a los soldados, que conoció este diario, quien fuera jefe de la institución castrense en el gobierno de Álvaro Uribe, explicó su versión de lo ocurrido, dejando como salvedad que la diligencia es reservada: “ante una pregunta general que me formularon los magistrados sobre cómo mejorar el desempeño del Ejército y evitar que fallas operacionales cometidas anteriormente se repitiesen, expresé que consideraba necesario profesionalizar el Ejército”. Y remató que era necesario “lograr que el servicio militar fuese obligatorio para todas las clases sociales, por cuando hoy nadie quiere prestar el servicio militar y se le ha restado importancia a la tenencia de la libreta militar”.
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Aseguró que, en algún momento del desarrollo de ese argumento, dijo que “el Ejército tuvo la necesidad de brindarles normas de instrucción y reglas básicas de convivencia a todos los integrantes de la Fuerza recién incorporados”. Sin embargo, a renglón seguido aclara que, “desde el principio de mi intervención ante la JEP fui enfático en señalar mi confianza y credibilidad plena, en todos los soldados profesionales y regulares que fueron mis subordinados y subalternos”. Así, y con un “si en algún momento mis palabras les ofendieron”, fue como el general reiteró sus disculpas.
Según el oficial en retiro, “siempre” ha considerado que los soldados son “la base fundamental de nuestro glorioso Ejército” y agregó: “hoy más que nunca me siento orgulloso de haber compartido a lo largo de mi carrera militar con personas leales y valientes como ustedes”. La carta aparece firmada por el propio Montoya y se refiere, al inicio del cuerpo, a otro comunicado que firmaron diferentes miembros de Acosipar en el que rechazan tajantemente las declaraciones que, según se sabe, diera el general en la justicia especial.
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Montoya siempre ha insistido en su inocencia. Hace dos años, cuando firmó su sometimiento a la JEP, no reconoció los delitos que se le endilgan. De hecho, en esa primera audiencia, las víctimas de falsos positivos abandonaron el recinto porque creían que se les estaban vulnerando sus derechos. Y, en esta diligencia tan cuestionada el oficial en retiro aseguró que haría uso de su derecho al silencio.
Para llamar a comparecer a Montoya, la JEP tuvo en cuenta hechos como la Operación Orión, registrada el 16 de octubre de 2002 en la Comuna 13 de Medellín. Tras esta actuación, en la que participaron uniformados de la IV Brigada, se denunciaron homicidios, desapariciones forzadas y heridos. En ese momento el general en retiro fungía como comandante de esa unidad militar. También se incluyen los denominados "falsos positivos" de Soacha y Bogotá, decenas de jóvenes asesinados en indefensión y presentados como bajas en combate.