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Con la llegada del nuevo comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro, hubo un remesón en los altos mandos de la institución castrense. Entre las personas que cambiaron de cargo está el brigadier general Diego Villegas Muñoz, excomandante de la Fuerza de Tarea Vulcano —unidad especial que opera en Catatumbo—, quien es investigado por falsos positivos, pidió pista en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y ahora estará al frente del Comando de Transformación Ejército del Futuro (Cotef), la dependencia encargada de la arquitectura de unas nuevas fuerzas armadas.
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Villegas, que firmó el acta de sometimiento a la JEP en febrero de este año, entrará a comandar el COTEF. Esta unidad del Ejército, creada en 2016, tiene la responsabilidad de liderar el proceso de construir unas nuevas Fuerzas Militares. Por un lado, con una línea militar, en la que se estudian los desafíos de seguridad que suponen a diario los grupos armados organizados. Y, por otro lado, con una línea que busca mejorar la relación que tienen los uniformados con los civiles.
El nombre de Villegas resonó mucho en la opinión pública este año, pues en abril uno de sus hombres, el cabo Daniel Eduardo Gómez Robledo, asesinó al excombatiente de las Farc Dimar Torres, quien se encontraba en proceso de reincorporación. Gómez fue condenado a 20 años de prisión en noviembre pasado, sus compañeros y su superior, coronel (r) Jorge Pérez Amézquita están en los estrados judiciales.
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Pero en su momento, las denuncias de la comunidad del municipio donde ocurrió el hecho, Convención (Norte de Santander), de que Torres había sido asesinado por el Ejército y de que hubo intención de encubrir el crimen, encendieron las alarmas y pusieron de primero en la agenda el crimen del excombatiente. Fue así como la Comisión de Paz del Senado de la República decidió viajar hasta el lugar para verificar las denuncias.
Tras constatar que todo indicaba que se trató de un homicidio y no un forcejeo que salió mal, como dijera el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, los congresistas convencieron al general Villegas que pidiera perdón públicamente por lo sucedido. Así lo hizo el alto oficial ante los habitantes de Convención y algunas cámaras de celular, que rápidamente viralizaron el momento. “Él puede decir lo que quiera, pero eso no es una posición institucional”, dijo después Botero, reprochando que pidiera perdón por unos hechos que todavía estaban siendo investigados.
(En contexto: Las dudas que rodean el homicidio de Dimar Torres y sus efectos)
Aunque a Villegas no lo investigaron disciplinariamente por el crimen del excombatiente Torres, el general sí carga el lastre de estar en el ojo de las autoridades por un delito similar. Aunque en un contexto diferente, el hombre que ahora estará a cargo de pensarse el Ejército como algo más allá de una fuerza de combate, está siendo investigado por ejecuciones extrajudiciales.
Se trata de la muerte de Ómer Alcides Villada, “persona de deficiencias mentales”, según reseñó la Fiscalía, que murió en marzo de 2008 en la vereda Palmitas, de Montebello (Antioquia) y que fue presentado como una baja en combate. Para el momento de los hechos, el general Villegas era el comandante del batallón Pedro Nel Ospina de la IV Brigada del Ejército (unidad que opera en la región) y el ente investigador le reprocha que, “se pagó recompensa a una persona que no conoce la región, ni a la víctima, ni dio información al Ejército Nacional para realizar la operación militar”.
A su vez, otra serie de muertes que el batallón Pedro Nel Ospina presentó como bajas en combate mientras Villegas fue comandante están bajo la lupa. Como reveló este diario, están los casos de Didier Durant Badillo, Andrés Hernández Roldán y un hombre sin identificar en Barbosa; el de Adrián Álvarez González, en el barrio San Cristóbal, de Medellín; el de Albeiro Tobón Marulanda, campesino que falleció “mientras iba con su hija menor de edad a laborar en el campo”, también en Montebello”, entre otros que fueron reportados a la justicia penal militar.