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En diciembre de 2014, un mes antes de ser arrestado por una investigación en su contra por parapolítica, un familiar del exsenador Julio Manzur recibió una llamada de alguien cercano: "Al doctor Manzur lo van a coger preso. Ven a Barranquilla y hablamos del tema". En el mensaje, le dejaron claro que en la reunión estaría el abogado Gustavo Moreno, quien para entonces era un abogado reputado que apenas unos meses atrás había lanzado su libro "El falso testimonio" en Cartagena y Valledupar, en presencia de la crema y nata judicial de entonces, como el exmagistrado Francisco Ricaurte. Pero desde esa llamada, dice el exsenador, era claro para dónde iba el agua.
"Dije que no aceptaba. Que prefería defenderme ante la Corte Suprema, tal cual ocurrió. Pasé más de dos años preso, esa fu mi elección", expresa Manzur. En entrevista con El Espectador el exsenador, quien salió del Congreso en 2009 tras conocerse que se había abierto una investigación en su contra por presuntos nexos con los paramilitares de Salvatore Mancuso, fue detenido el 24 de enero de 2015 en el centro comercial Buenavista de Montería (Córdoba), con fines de indagatoria. Así quedó vinculado formalmente a la investigación.
Manzur fue llamado a juicio porque, supuestamente, los paramilitares de Salvatore Mancuso lo ayudaron para llegar al Congreso en 2006. En 2009, tras ocho años como representante y 11 como senador, este expresidente del Partido Conservador renunció a su escaño en el Congreso y casi seis años después fue detenido. Tanto Manzur como el propio Mancuso han rechazado la versión de la alianza entre el líder político y los "paras"; fue llamado a juicio y este proceso no ha concluido.
El mismo día de su captura o al día siguiente, señala, Moreno volvió a contactar a otro pariente muy cercano al exsenador para "ofrecer sus servicios profesionales. La reunión se dio y los celulares, por petición de Moreno, se apagaron. Manzur -asevera él- dio la misma indicación: "No me interesa". "Moreno nos pidió una suma de dinero grande para defenderme, una suma por fuera de lo que indicaba el mercado. Incluía lo que nos imaginábamos, pero la verdad es que yo no le di espacio para que me extorsionara. Y quiero ser claro: él ahí no mencionó a magistrados. Ningún magistrado o exmagistrado ha tenido contacto conmigo ni con gente cercana a mí".
Manzur sostiene que, tras ocho años de indagaciones, en 2015 su proceso cambió de la noche a la mañana y que los testigos que lo favorecían, de repente, dejaron de ser creíbles. Expresa, sin embargo, que la Corte Suprema le ha dado todas las garantías para defenderse. "Mi caso no se ha cerrado, pero yo espero un final feliz. Creo que querían amedrentarme y doblegarme a la voluntad ajena, no quise arreglar nada con nadie y me capturaron". Manzur ya estaba detenido cuando se dio la reunión con Gustavo Moreno, pero le preguntó a su conocido qué impresión se había llevado de él. "Se sentía poderoso y lo transmitía", le respondieron.