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La Sala número 2 de Juzgamiento de la Procuraduría está a punto de decidir sobre el expediente del mayor Carlos Javier Arenas, señalado, tanto disciplinaria como penalmente, de ser el responsable de la muerte de Brayan Fernando Niño, durante el paro nacional de 2021. La víctima fue impactada por un arma de gas lacrimógeno en su cabeza, presuntamente eyectada por el mayor Arenas.
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Ante la inminencia de la decisión disciplinaria, la oenegé internacional Human Rights Watch envió un correo a la Sala de Juzgamiento de la Procuraduría con el objetivo de lograr una sanción ejemplar en caso de que Arenas resulte responsable. “Como organización internacional de derechos humanos, seguimos con atención este proceso teniendo en cuenta las obligaciones internacionales del Estado colombiano de juzgar y sancionar debidamente violaciones de derechos humanos”, señaló.
El correo contiene la investigación en terreno y documental realizada por HRW, en la que da cuenta de que Brayan Niño estaba participando de la protesta pacífica en el municipio de Madrid (Cundinamarca). Entonces, miembros del Esmad dispararon proyectiles de gas lacrimógeno ante los manifestantes que estaban huyendo, entre ellos Niño, quien justo había volteado a mirar hacia atrás, como lo relató un testigo.
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“Human Rights Watch pudo corroborar videos de un vehículo blindado que disparaba lo que parecen ser gases lacrimógenos a los manifestantes esa noche. Autoridades judiciales con conocimiento del caso señalaron que el impacto que recibió Niño en el ojo le provocó la muerte. El 6 de mayo, las autoridades de la justicia militar detuvieron a un policía por cargos de homicidio en relación con este caso. El 13 de mayo, la Fiscalía solicitó que el caso sea conocido únicamente por la justicia ordinaria”, concluye la oenegé.
Justo después de la emergencia, fue detenido por orden de la Justicia Penal Militar el mayor Carlos Javier Arenas. Luego de dos años de investigaciones, en 2023, la Fiscalía imputó a Arenas por el delito de homicidio. Tal sería la solidez del caso que, luego de ello, lo llamó a juicio y el expediente penal se encuentra a punto de iniciar audiencias preparatorias.
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La Fiscalía tiene clara su teoría del caso. Arenas fue el comandante y supervisor del escuadrón del Esmad que atendió las protestas de aquel día en la glorieta El Sosiego de Madrid. Luego de una movilización de motos, Arenas llegó a las manifestaciones en una tanqueta en calidad de copiloto, por lo cual se habría sentado en la parte superior derecha. Desde allí, como muestran los videos en poder de la Fiscalía, se aprecian al menos tres disparos de un arma lanzagases.
El ente investigador tendría cómo probar que el mayor Arenas estaba en la tanqueta y que también estaba a cargo de un fusil lanzagases de 40 mm con determinado serial. “Sabía las consecuencias de disparar a corta distancia. Usted estaba en condiciones de prever como probable la producción de la muerte o por lo menos heridas graves a alguno de los manifestantes, al utilizar un arma de menor letalidad”, ha dicho la Fiscalía. Ahora, con la verificación de HRW, la Procuraduría deberá tomar la primera decisión de fondo en el caso.
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